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Octubre del 2006

EL ALTAR DE ORO DEL INCIENSO / 2

Por cristianogiv - 12 de Octubre, 2006, 18:07, Categoría: General

ATENCIÓN: el presente capítulo y los 3 siguientes corresponden al final de la serie LA CASA Y EL SACERDOCIO, que por error de configuración que no hemos podido reparar aún, se adelantaron al comienzo de la serie.

el autor no es responsable por el contenido de las propagandas

TODOS LOS LIBROS DE ESTE BLOG SON RELACIONADOS AL FINAL DE LA SERIE "LA CASA Y EL SACERDOCIO".

Si hace click en categoría "General" podrá enlazar todos los capítulos y llegar al depósito del fondo.

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LA CASA Y EL SACERDOCIO  35 b

capítulo 35  b

EL ALTAR DE ORO DEL INCIENSO

parte II 

La cornisa de oro


Sigamos en Éxodo 30: A3Y lo cubrirás de oro puro, su cubierta, sus paredes en derredor y sus cuernos; y le harás en derredor una cornisa de oro@. Ya cuando estudiamos el arca del pacto vimos lo que es una cornisa. Una cornisa es como una especie de refuerzo; es también un adorno que muestra la parte de arriba; o sea que esto es algo firme; una cornisa representa algo firme, algo confirmado, porque ya el altar en sí mismo es firme, pero con una cornisa es confirmado; por eso también son dos cubos que es el número dos, el número de confirmación. AEn boca de dos o tres testigos conste toda palabra@ (Mateo 18:16). El número del testimonio es el número dos, y eso también está representado en las cornisas; es decir, intercedemos porque las misericordias del Señor son firmes; ese altar tiene cornisas para que el altar no se desbarate. Los cubos son la medida de la altura del altar de oro. Además, es necesario persistir en oración.

Cuando usted hace una mesa cuadrada, si no está bien asegurada queda chueca, )verdad? Para que no quede chueca usted tiene que hacerle un refuerzo, y eso es lo que es la cornisa, y eso representa la intercesión; tiene una base firme; si la intercesión va a ser nuestro subjetivismo, eso no es firme, esa mesa se pone chueca; pero si es no lo que tú eres, no lo que tú sientes, no lo que tú opinas, sino lo que el Señor es, entonces eso es algo firme; lo que la palabra dice, aunque tú no lo sientas, eso es firme, lo que el Señor es.

El Señor promete que todo lo que pidamos al Padre, en Su nombre, según Su voluntad, Él lo hará; entonces podemos venir al Señor sobre esa base segura del nombre de Jesucristo, de las promesas de Jesucristo, de las condiciones de Jesucristo. Podemos decir: Gracias porque hemos recibido lo que hemos pedido; no porque lo sientes, sino, Señor, tú dijiste que lo que te pidiéramos creyéramos que lo hemos recibido, y lo recibimos; pero a veces nosotros sentimos una cosa, pero la experiencia después nos desengaña; cuando basamos todo en lo que sentimos; yo siento, yo opino; eso siempre desengaña.

 

La oración de fe


Nunca mires lo que sientes, mira lo que el Señor es y lo que el Señor dice, y créelo con la fe más sencilla; no le añadas más cosas a esa fe simple; si de verdad crees, cree en simplicidad. Tu oración puede ser como la del hermano George Müller; el hermano George Müller fue un hermano muy famoso por sus oraciones. Hay un libro de él que dice: cincuenta mil oraciones respondidas; Dios respondió más de 50.000 oraciones, y las oraciones de él no eran largas; no se ponía a dar gritos ni nada. Padre: en el nombre de Jesucristo, muchas gracias, tal cosa; esas eran las oraciones de George Müller, porque él no se basaba en lo que él era, en el mérito de su ministerio de oración, nada de eso. Padre, en el nombre del Señor. Una vez iba atravesando el Atlántico en un viaje entre el viejo y el nuevo continente por el Atlántico norte, y se armó un problema, y él tenía que llegar temprano a dar una conferencia y parecía que no iban a poder llegar; entonces él bajó con el capitán al cuarto de máquinas del barco y le dijo: Yo necesito estar a tal hora en Nueva York porque tengo que dar una conferencia; no, señor Müller, no vamos a poder llegar porque mire como está esto. No, no, vamos a orar; entonces el capitán también era creyente; y él oró así, una oración de medio minuto; Señor, gracias porque Tú dijiste que todo lo que te pedimos, Tú nos lo das; Tú me mandaste a dar esa conferencia a esa hora, así que confiamos en que esto será así, en el nombre del Señor Jesús; y el otro siguió allá; no, vamos ya, subamos a la plataforma. Cuando subieron ya había calmado la tormenta.

Oraciones así, )por qué? porque es que nosotros decimos: Así no es, así no tiene que ser, esa cosa tan fácil de invocar el nombre del Señor, no; hay que subir de rodillas a Monserrate, derramar sangre. Ese es el hombre, siempre basado en lo que él es, siempre basado en sus sentimientos, en sus acciones; eso es lo que hacen los brujos, agarran una muñeca de trapo, la ponen cabeza para abajo queriendo producir las cosas; claro que producen, porque los demonios cabalgan sobre esa energía síquica y producen asuntos; por eso los demonios quieren que ejerzamos el poder latente de nuestra alma.

Pero no es eso, no es lo que hace nuestra alma, es lo que hace el Señor, y lo único que él pide es fe. Si tú tienes fe como un granito de mostaza es suficiente para mover montes; lo que él pide es una fe pequeñita pero que sea verdadera en el Señor. Creo, aunque mis pensamientos, mis experiencias sean contrarios, creo en ti. Cuando crees, Él sabe y Él es fiel; Él no puede negarse a Sí mismo; nunca nada humano. )Amén, hermanos? Nunca nada humano debe venir a la vista de Dios; todo cubierto de oro, todo en el nombre de Jesús.

 

Los anillos


A4Le harás también dos anillos de oro debajo de su cornisa, a sus dos esquinas (dos en cada esquina, son cuatro, pero habla de dos en una esquina e implícitamente los dos de la otra esquina) a ambos lados suyos, para meter las varas con que será llevado@. Interesante. Dios dice que el altar de oro será llevado; había que trasladar el campamento de Sinaí a Kibrot Hataava, de Kibrot Hataava para Hazerot, de Hazerot para Ritma, de Ritma para Rimón Peres, de Rimón Peres para Libna, de Libna para Rissa, de Rissa para Ceelata y todas esas jornadas; el tabernáculo tiene que ser llevado, cada uno de los muebles tiene que ser llevado. )Eso qué quiere decir? eso quiere decir que nuestras experiencias no serán estáticas, sino dinámicas, que el Señor nos avanza de una posición a otra más adelantada. Estábamos en esta estación, pero hay que llevar todo: el arca, el candelero, la mesa, todo, hay que llevar también el altar, llevarlo todo, )a dónde? A una posición más avanzada de las jornadas. Esas jornadas son hacia la plenitud de Cristo; o sea que nuestras experiencias son dinámicas, se profundizan cada vez más.

 

Las varas

Al principio tienes una experiencia sencilla, legítima en la presencia de Dios como iglesia, pero el Señor quiere llevarte de esa experiencia a una más avanzada; por eso Él previó que todo el mobiliario, incluidos los muebles, tengan sus anillos; por eso dice: Alas varas con que será llevado@; o sea, el altar que representa el ministerio de intercesión en Cristo tiene que ser llevado, tiene que ir de una experiencia a otra más profunda, y el Señor nos conduce a otra más profunda, y eso está representado justamente en esos anillos para meter las varas. )Para qué son los anillos? Para las varas. )Para qué son las varas? Para ser llevado. )Llevado de dónde? De una jornada a otra más avanzada. )Amén? Ahora dice: A5Harás las varas de madera de acacia, y las cubrirás de oro@. Porque las varas las llevaban los levitas; eran los levitas los que llevaban esto; unos levitas eran coatitas, otros levitas eran gersonitas, otros levitas eran meraritas, y unos estaban encargados de una cosa, otros de otra, porque la carga del ministerio Dios la distribuye entre los hermanos. Un hermano comparte una cosa, otro hermano comparte otra cosa, otro hermano comparte otra cosa, porque la carga que el Señor pone es diferente; Dios le encarga a unos el candelero, a otros el incensario, a otros les encarga esto; a Elezar le encarga una cosa, como decía Manolito, y él tiene que hacer partícipe, distribuir entre los levitas.


Los sumos sacerdotes tenían que tomar el arca y ponerla en determina­dos levitas; luego cubrían la mesa y la colocaban encima de otros levitas; luego cubrían el candelero, etc.; iban repartiendo esas cargas y todos iban llevando las cargas; o sea que estas varas representan el peso del arca, el peso de ese aspecto del ministerio. Hay hermanos que tienen esa carga especial más que otros; unos tienen una carga de intercesión más que otros. )Por qué? porque a ellos les toca cargar el altar de oro del incienso; otros son totalmente cristocéntricos, les toca cargar el arca; otros hablan más de la iglesia, incluso más que de Cristo, y es que están cargando el candelero; pero la iglesia no puede estar atomizada. Una iglesia de sólo candeleros, una iglesia de sólo panes; como ahora el pueblo está atomizado, unas son congregaciones de alabanza y tienen alabanza muy bonita; otras son congregaciones de la palabra, de la palabra y de la palabra, pero no tienen alabanza; otras son congregaciones de servicio social, pero no entran en la palabra ni en la alabanza; y cuando está atomizado todo, entonces los santos que deberíamos estar complementán­donos, no lo hacemos. Los que tienen alabanza sirvan al cuerpo, los que tienen enseñanza sirvan al cuerpo, los que sirven en lo social sirvan al cuerpo, todos equilibrados; por eso en Jerusalén la iglesia era una sola; aunque los ministros eran muchos en Jerusalén, Pedro no tenía una iglesia, ni Andrés tenía otra, ni Felipe tenía otra y Jacobo tenía otra, no; la iglesia tenía a todos juntos. Felipe hacia su parte, Andrés la suya, y Bartolomé lo suyo, y la iglesia tenía todo el servicio de todos.

Pero cuando estamos atomizados, )qué sucede? (Ah! los hermanos están hasta aquí de Gino porque sólo Gino, Gino, Gino; ya están cansados de Gino; pero Arcadio tiene otra cosa, Hernando tiene otra cosa, Alejandro tiene otra cosa, Guillermo tiene otra cosa, Isadora tiene otra cosa; cada uno tiene algo. )Me entienden, hermanos? Por eso los apóstoles contaban el uno con el otro; ninguno era el hombre orquesta que hacía todo; cada uno hace su parte. Si a mi me toca llevar estacas, llevo estacas. (Ay, ay! porque si no hay estacas se cae la tienda; pero son sólo estacas, no es el arca; pero hay lugar para tener las estacas. Entonces, hermanos, así es; unos hermanos tienen la carga sobre unos asuntos y otros tienen otra carga; todas las cargas deben ser llevadas pero en su debido orden; aunque las cargas son distintas no son iguales. Primero es el arca; primero lo de Cristo, Su divinidad, Su humanidad, la esencia del evangelio, Su obra, la justificación por la fe; esa es el arca. Primero el arca con el propiciatorio; ahí está la divinidad, la humanidad de Cristo; ahí está Su obra expiatoria recibida por fe. Entonces ahora sí viene la vida de la iglesia, el partir el pan, la comunión de los santos y el testimonio de la iglesia; y entonces así como sobre el pan de la proposición se añadía incienso, quiere decir que a la vida de la iglesia hay que añadirle oración.


Hermanos, siempre es tradicionalmente olvidada la oración, porque es lo que el diablo más combate; entonces ahora estemos alertas, no nos vamos a dejar robar la oración de la iglesia. Cuando nos reunimos vamos a orar, y si hay reuniones para oración vamos a orar con la iglesia, y si hay cualquier tipo de reuniones vamos a orar, porque ahí es donde está el poder de la iglesia; donde más cerca quiere Dios el ministerio de la iglesia. No es que no quiera lo otro; claro, Dios quiere servicio, quiere predicación, pero lo que más quiere es oración, intercesión. Cuando los ministros Bernabé, Saulo, Lucio, Níger, Manaén estaban ministrando al Señor, fue cuando el Espíritu Santo dijo: AApartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado@ (Hechos 13:2). Ellos se reunían a orar, estar delante del Señor orando para que el Espíritu dirija la oración. Ahora que el Espíritu la dirija no quiere decir que tú estás orando sin ejercer tu responsabilidad y tu dominio propio, porque el Espíritu te da dominio propio; no puedes quedarte como un fakir o como un médium, así en blanco, y viene cualquier otro espíritu y se cuela haciéndose pasar por Dios; es vigilando, orando, comprobando, y claro, totalmente presente en tu personalidad, en tu sobriedad; pero el Espíritu no necesita que tú tengas la mente en blanco, porque Él no manipula tu mente, el Santísimo no es tu mente, Él vive es en tu espíritu, y allí él te puede indicar; tú puedes estar haciendo alguna cosa, pero cuando el Espíritu te indica algo, tú lo entiendes claramente. )Amén, hermanos?

 

La alistada de las lámparas cada mañana

A7Y Aarón quemará incienso aromático sobre él@. Ya en pocos minutos consideraremos esto del incienso aromático. )Qué es lo que hace que el incienso sea aromático? Nos vamos a dar cuenta de que son sólo los distintos aspectos de la obra de Cristo los que hacen aromático el incienso; no es nada del hombre, no es nada humano; es lo provisto por Dios en Cristo lo que da el olor de Cristo; la fragancia de Cristo es el incienso aromático. Dice: Lo quemará Aarón. )Quién es el que tiene que mover el incensario? Es Aarón. Aarón representa el sumo sacerdocio, representa a Cristo. Es Cristo el que está a la diestra del Padre dirigiendo nuestras oraciones. Él no dirige solamente nuestras oraciones; Él dirige si tenemos que viajar, si tenemos que quedarnos, él lo dirige a la diestra del Padre; el Espíritu de Jesús le dijo a Pablo: No vayas, ni tampoco vayas allá; entonces le mostró una visión para que viera dónde tenía que ir; o sea, si los movimientos los dirige el Señor a la diestra del Padre a través de su Espíritu, como lo dice en el griego, el Espíritu de Jesús era el que prohibía, o el que enviaba, o el que mandaba, cuánto más nuestras oraciones. Nuestras oraciones son dirigidas por Él. Hay oraciones que dirigimos nosotros, )pero tenemos la experiencia de oraciones dirigidas por Dios? A eso nos quiere llevar el Señor, a las oraciones, a las cargas puestas por Dios, a diferencia de las cargas nuestras que ha sido el énfasis de los hermanos. ACada mañana cuando aliste las lámparas lo quemará@. (Aleluya!


Hay algo que se llama el alistamiento de las lámparas. Las lámparas se refieren a nuestro espíritu. Ustedes recuerdan aquel pasaje de Proverbios 20:27 que dice: ALámpara de Yahveh es el espíritu del hombre, la cual escudriña lo más profundo del corazón@. Lo más profundo del corazón es la parte del espíritu, y lo menos profundo es la parte del alma: los pensamientos, los sentimientos, las emociones; hasta las decisiones no es lo más profundo; lo más profundo es la conciencia, porque el espíritu tiene la función de la conciencia. Un espíritu recto, la rectitud de la conciencia es la que nos debe dirigir; el corazón nos reprende. Reprender es función de la conciencia, como estaba enseñando Arcadio hoy. )Amén? Entonces, hermanos, dice: La lámpara del Señor es el espíritu del hombre; no habla del Espíritu de Dios. El Espíritu de Dios es el fuego que enciende nuestro espíritu; el nuestro es el espíritu humano. La Biblia habla del espíritu del hombre y del Espíritu de Dios. Romanos 8:16 dice: AEl Espíritu mismo (con mayúscula, el de Dios) da testimonio a nuestro espíritu, (ese es el humano) de que somos hijos de Dios@. Zacarías 12:1 dice que AYahveh, que extiende los cielos y funda la tierra, y forma el espíritu del hombre dentro de él@. Eso significa que nosotros todos los seres humanos, hombres o mujeres, tenemos espíritu y el espíritu es la capital del ser humano, es la parte que está en lo más íntimo; es el Lugar Santísimo del templo. Eso es el espíritu del hombre.

Entonces el Señor quiere enseñarnos a andar en Espíritu, y por la mañana lo primero que tenemos que hacer es alistarlo y quemar incienso; y eso está anhelando el Señor Jesús, porque Él intercede por nosotros; de seguro que si no nos preocupamos por alistar la lámpara, el Señor empieza a interceder por ti, como intercedió por Pedro. Señor, concédele arrepen­tirse de andar en la carne, andar así; ayúdale que te invoque, que vuelva a ti, que vuelva al aplomo, que deje su locura, que deje el apuro, )verdad? Porque así apresurado no podemos hacer nada. Por la mañana hay que alistar las lámparas; entonces el incienso se presenta junto con el alista­miento de las lámparas. Lo vemos allí. Volvamos allí de nuevo donde estamos, en Éxodo capítulo 30.


A7Y Aarón quemará incienso aromático sobre él; cada mañana cuando aliste las lámparas lo quemará@. Noten que estas dos cosas son al mismo tiempo: la alistada de las lámparas y la quemada del incienso; o sea que es cuando se está quemando el incienso que se está alistando las lámparas; o se está alistando las lámparas cuando está quemando el incienso. Cuando nosotros en unión con Cristo, porque ese es nuestro Aarón, abrimos los ojos, al abrir los ojos lo primero que hacemos es decir: Señor Jesús; y empezamos a orar. Ahí se empieza a quemar el incienso y ahí se empieza a listar la lámpara; la lámpara es nuestro espíritu; si no, vamos a vivir una vida en la carne, y eso es lo que el diablo quiere. El diablo organizó el mundo para que no tengamos tiempo de quemar el incienso ni alistar la lámpara; tenemos que hacer esto, tenemos que hacer aquello, no podemos invocar el Señor, no podemos orar; lo que tenemos que hacer es orar. )Amén? Invocar al Señor, aunque sea un rato; si tiene una cosa muy urgente, cinco minutos aunque sea. Cuando usted está orando en el nombre del Señor está quemando el incienso, y al mismo tiempo que quema el incienso está alistando la lámpara; o sea, su espíritu está siendo sensible, porque si no somos sensibles y no estamos fuertes en el espíritu, )cuál será la consecuencia? Porque dijo el Señor: AEl espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil@ (Mateo 26:41).

La carne nos llevaría a cualquier locura; aunque sabemos que no debe ser hecho lo haríamos, porque estamos débiles en el espíritu. Lo único que fortalece el espíritu es el Señor mismo; no son métodos, no es que, bueno, el capítulo del día es éste, no; no son métodos, no son tácticas, es Su persona. Señor Jesús; y te agarras de Él, y comienzas a orar, a interceder; y si te da otras lenguas en unión con Él, entonces más quemas el incienso y vas alistando la lámpara; o sea, tu espíritu va quedando encendido, fervoroso, sensible; y por eso cuando alguien dice un chiste sucio, tú ya no te ríes, sino que te da tristeza, porque el espíritu está encendido; pero cuando el espíritu está apagado, amortiguado, entonces te ríes también; entonces te lleva lo que el diablo tiene preparado para ese día. El diablo tiene todo el mundo preparado, y muchos demonios asignados para cada persona para impedirle que ande en Cristo; y si lo primero que hacemos por la mañana no es invocar al Señor, entonces )qué sucede? No hablo de tácticas, hablo de contacto, de fe simple en Su persona; deseo demostrar al Señor que sólo queremos vivir por Él, sabiendo que somos unos miserables; pero Él vino a los miserables. Gracias a Dios, Él se puso a los miserables en el hombro y en el pecho; gracias a Dios porque, por causa de lo miserables que somos, podemos descansar en Él; entonces Él nos ayuda, porque el espíritu está sensible, está encendido, como dice más adelante, también por la noche; porque también para dormir hay que dormir pero nuestro corazón debe seguir velando.

 

No ofrecer incienso extraño

ACada mañana cuando aliste las lámparas lo quemará. 8Y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer, quemará el incienso@. También por la noche el espíritu debe estar encendido. Por eso dice en el Cantar de los Cantares: AYo dormía, pero mi corazón velaba@ (5:2). Antes de dormir: Señor, en tus manos me encomiendo. Por ejemplo, te van a operar, te van a poner la careta con la anestesia. Señor Jesús, y te vas en el nombre del Señor; Él guarda tu espíritu. Como el Señor Jesús: APadre, en tus manos encomiendo mi espíritu@ (Lucas 23:46). Vas a dormir. (Ah! pero no hacemos eso, y entonces viene el diablo y nos mete una pesadilla, porque no encendimos el espíritu al anochecer. Por eso dice: cada mañana y cuando Aarón encienda las lámparas al anochecer quemará el incienso; eso es lo normal que Dios quiere para toda la iglesia y para cada uno de nosotros.


ARito perpetuo delante de Yahveh por vuestras generaciones. 9No ofreceréis sobre él incienso extraño, ni holocausto, ni ofrenda; ni tampoco derramaréis sobre él libación@. Porque el holocausto, la ofrenda y la libación se ofrecen en el atrio; en el altar de bronce en el atrio, allí es donde se ofrece; ahora ya no hay que ofrecerlo más porque ya fue ofrecido. Ahora viene, Señor, muere por mí, no; ya murió por ti. Señor Jesús, ya viene sobre la base de lo que está hecho; no tener que repetir una cosa que ya fue hecha, es una lección espiritual importante. A veces nuestras oraciones no se basan en lo que ya está hecho, sino que pedimos que haga; a veces aun la oración expresa incredulidad porque no se basa en lo que ya está hecho, sino que quiere volver a hacer lo que ya está hecho; hay que venir sobre la base: Señor, me amas, demostraste tu amor enviando a tu Hijo, el murió, derramó Su sangre por mis pecados; todo lo que pido en tu nombre es cierto; como cantamos: APor tu inmensa bondad, cuanto pido de ti, yo sé bien, tú me das@. APadre, gracias porque siempre me oyes@, decía el Señor Jesús; esa era la experiencia de confianza del Señor. No hay que repetir lo que ya fue hecho, lo que ya fue pagado; el precio ya fue pagado, ya sobre esa única base. Nuestra oración es: Señor, me darás, me darás, no; Padre, necesito esto para caminar contigo, para servirte, gracias en el nombre del Señor Jesús.

Esa es una fe sencilla; no es necesario movilizar todas las emociones, subir, bajar, gritar, no; solamente fe, fe; no hay mérito sino en Su nombre; nada más es meritorio. Aunque a veces nosotros no nos damos cuenta, a veces nosotros valoramos mucho la emoción, el espectáculo, la neblina que se desaparece la valoramos mucho; pero el Señor es muy aplomado, el Señor, cuando se acaba toda la neblina, es cuando Él habla; mientras nosotros estamos hablando como Job, )recuerdan? Job hablaba, Elifaz le contestaba y el otro decía y le contraatacaba y Dios estaba callado; fue cuando ya se les acabó el repertorio, cuando dice: Aquí terminan las palabras de Job, ahí fue cuando Dios habló, cuando se le acabaron a Job las palabras, cuando él se dio cuenta que lo que hablaba no lo había entendido bien, pues dice: AYo hablaba lo que no entendía@; ahí fue cuando Dios habló. )Amén, hermanos? Nunca nos basemos en algo distinto a Su persona; según Su palabra nada más.

 

Las implicaciones del incienso extraño


A9No ofreceréis sobre él incienso extraño@. Ya los hermanos hicieron mención en las conversaciones pasadas. Incienso extraño quiere decir que no es según Dios, que tiene otra fórmula diferente; ya vamos a estudiar de aquí a poquito la fórmula. Dios dijo: el incienso será así, así y así. Un incienso extraño quiere decir que tiene otra cosa, que no tiene esto, pero tiene esto otro; Dios prohíbe el incienso extraño. )Cuál es el incienso extraño? Es el que fabrica el hombre, ese es el incienso extraño; ahora, el incienso que no es extraño es el que provee Dios. Dios proveyó a Jesús; Él murió, y todos los elementos, las especies que están en el incienso representan distintos aspectos de Su muerte; Él resucitó, también el incienso representa la ascensión del Señor; entonces todo es provisto por Dios; lo que es fabricado por nosotros es incienso nuestro. Ahora, Dios dice que esto es algo santísimo; o sea, nosotros Su pueblo tenemos que aprender a no andar desbocados confiados en nuestra propia carne; debemos aprender a desconfiar de nosotros, pero tampoco meternos en un mar de vacilaciones, de confusiones, porque el diablo también es así. (Ah! ahora que quieres agradar a Dios, tienes que... y te empieza a dar una serie de instrucciones, y tú empiezas a caer en subjetivismos. )Será que estoy en el espíritu? )Será que estoy en la carne? )Será que esto es de Dios? )Será que esto es mío? Quedamos todos mirando hacia nosotros mismos, como si Dios esperara algo de nosotros; no, no te preocupes, deja de lado esas vacilaciones; el Señor te ama gratis, gratis; estoy ante Él porque Él me amó; nada de vacilaciones, nada de sentimientos. Eso dejémoslo que el Señor lo vaya poniendo en orden, pero no se empieza por ahí; se empieza por el arca, por el Lugar Santísimo, después se pone en orden lo otro; incluso lo último que se pone en orden es aprender a orar bien; así que no se preocupen si no hemos aprendido. Eso es lo último que se aprende, a orar como iglesia y bajar del cielo las respuestas y el reino de Dios. Venga tú reino; lo agarramos que venga. Amén.

 

Los cuernos de la expiación


A10Y sobre sus cuernos hará Aarón expiación una vez en el año@. Es porque hubo expiación, que esos cuernos sirven para que uno se agarre, porque hubo expiación. AHará Aarón expiación una vez en el año con la sangre del sacrificio por el pecado para expiación; una vez en el año hará expiación sobre él por vuestras generaciones; será muy santo a Yahveh@. Ahora, dense cuenta quién subiría. Miren en sus Biblias el capítulo 30 de Éxodo, miren que uno pensaría: Bueno, ahora que ya habló del altar del incienso, lo más lógico es que hable ahora del incienso, pero no, no; el Señor sigue insistiendo en cuál es la base para que las oraciones suban; entonces antes de hablar del incienso, Él habla del rescate, de la fuente de bronce y del aceite de la unción. )Todo eso de qué nos habla? )De qué nos habla el precio del rescate? Nos habla de Cristo. Cristo pagó el precio de nuestro rescate. )De qué nos habla la fuente de bronce? Del arrepenti­miento, del lavamiento de la regeneración; nosotros nos reconocemos a nosotros mismos, cambiamos nuestra manera de ver; antes éramos los mejores del mundo; ahora, Señor, si tú no tienes misericordia de mí, no sé dónde esconderme; )por qué? porque en la fuente de bronce estaban los espejos de las mujeres de Israel; entonces uno se miraba en el espejo y ahí es cuando uno se da cuenta de quién es; porque cuando uno no se ve a sí mismo, uno piensa que está bien; pero cuando uno se ve es que descubre que tiene que estar bajo el rescate y bajo la limpieza, ser perdonado, arrepentirse; arrepentirse no quiere decir llorar demasiado; arrepentirse es ver las cosas como Dios. Antes tú veías las cosas de una manera, ahora ves como Dios te ve, y ves como son las cosas; ahora no te engañas acerca de ti mismo ni de nadie; sabes que todos somos unos pobres pecadores, que si Él no nos agarrara, todos estaríamos quién sabe donde, )verdad?

Entonces sobre la base del rescate, sobre la base de la fuente de bronce, sobre la base del Espíritu, sobre el óleo de la unción, ahora sí se puede hablar del incienso; o sea que el incienso viene después del rescate, después del arrepentimiento y la regeneración, después del lavacro de la regeneración, después de la unción del Espíritu; ahora sí es el lugar de hablar del incienso, ahora sí hay incienso. Por eso el Señor no pasó del altar directamente al incienso, sino que como habló del altar al final, después de hablar de todo, así también habla del incienso al final después de hablar de todo. )Amén?

 

El incienso


Entonces ahora sí lleguemos al incienso, porque ya hemos tenido en cuenta su base. Ahí mismo en el capítulo 30, del verso 34 al 38 se nos habla del incienso que se ofrece en el altar del incienso. Este incienso se refiere a la oración de los santos en Cristo; o sea, la intercesión de Cristo que Él distribuye, que Él carga en los espíritus de los santos de la iglesia, y la iglesia entonces reproduce, ora en el Espíritu esa misma intercesión que Él a la diestra del Padre está realizando. Él desde la diestra del Padre tiene todo dominio; Él tiene dominio de lo que pasa en las naciones, de lo que pasa en los hogares, de lo que pasa en el cielo, hasta en los infiernos Él tiene dominio; Él tiene las llaves de los cielos, tiene las llaves del infierno, tiene las llaves de la muerte, las llaves del reino, Él tiene todas las llaves; entonces Él es el que está realizando todas las cosas. El Padre le muestra a Él lo que el Padre está haciendo, entonces el Hijo por el Espíritu lo carga en la iglesia. Cuando los hermanos están en espíritu reciben carga de Dios, aunque sea ir a visitar a alguien; cuando tú sientes ese deseo de ir a visitar a alguien es porque el Padre quiere visitar a alguien, porque el Hijo quiere visitar a alguien, porque el Espíritu quiere visitar a alguien; entonces tú vas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu. Muchos hermanos no saben que ese hermano que llega movido por Dios a visitarlo es la visitación de Dios; un hermano que llega a tocar a la puerta porque Dios lo encomendó, es la visitación de Dios, no sólo de ese hermano; a ese hermano lo movió el Espíritu porque el Hijo movió al Espíritu y porque el Padre movió al Hijo; entonces el Padre, el Hijo y el Espíritu movieron a esa persona; eso, lo que Dios mueve, la acción de Dios, esa es la verdadera obra de Dios.

Hay muchas cosas que se hacen sin que Él mueva, como Ismael nació por la propia fuerza de Abraham; en cambio Isaac nació por el Espíritu; el Espíritu intervino para rejuvenecer a ese viejito y a esa viejita, )verdad? El que yo te daré, no el que tú me produjiste, el que yo te daré, esa es la diferencia; lo que se hace por uno mismo eso es Ismael; lo que el Señor nos da, lo que Él mueve, la acción de Dios, no un montón de cosas que nosotros estamos con tantos deberes que cumplir que no sabemos por cual empezar, )verdad? Hay tantas cosas que hacer, pero hay que hacer, sí, las que Dios te puso. Dios te puso en las circunstancias, te puso ahí, te dio esa carga, te dio ese discernimiento; como le dijo Mardoqueo a Ester: Ester, Dios puede hacer esto por otro lado, pero quién sabe si para esta hora estás tú ahí. De pronto tú te das cuenta que Dios te puso, y que te toca a ti, y tienes esa confianza, esa luz verde en el espíritu, esa libertad en el espíritu, y tienes que hacer eso, )amén?

Ahora, lo que tú haces no es todo ni es lo único; es una parte. Dios está haciendo todas las cosas en todos, pero a nosotros nos toca nuestra parte; pero no pensando que sólo con nosotros actúa Dios; lo que Dios hace con nosotros hagámoslo con Dios, pero démonos cuenta de que Dios está actuando con todos Sus hijos aunque esté en la peor denominación; si está en el Espíritu, Dios va a hacer algo; ya después Dios va a quitar toda la paja, pero mientras tanto ya está haciendo algo, )amén?

 

El óleo que baja y el incienso que sube


Entremos ahora en el incienso. Veamos el Salmo 141, solamente para entrar. Salmo 141:2: ASuba mi oración delante de ti como el incienso, el don de mis manos como la ofrenda de la tarde@. Aquí nos damos cuenta por la misma Palabra como lo dice en otras partes, como lo leíamos en Apocalipsis, aquí también en el Salmo dice que nuestra oración sube como el incienso. )Amén, hermanos? Claro, nuestra oración según el arte del perfumador. )Amén? es decir, en Cristo. Entonces empecemos el verso 34 del capítulo 30 de Éxodo: ADijo además@. (Ay! Aademás@, no sólo dijo esto; primero dijo lo de la unción, después dijo lo del incienso; inclusive aquí los de las Sociedades Bíblicas no pusieron un título separado, pusieron: el aceite de la unción y el incienso; aunque no es parte del texto nos muestra que estas dos cosas están juntas. El aceite de la unción desciende de arriba para abajo, el incienso va de abajo para arriba; la obra del Señor es una obra para abajo y es una para arriba. Del cielo nos viene el óleo, el aceite de la unción, y de la tierra sube el incienso; o sea que la obra de Dios es: Padre, yo les he manifestado tu nombre; el Señor es el que nos trae el aceite; el óleo viene desde la cabeza de Aarón, pasa a la barba y sigue al borde de las vestiduras; o sea, la obra de Dios como el rocío; de abajo para arriba es una parte de la obra del Señor en Cristo. Una parte es Dios hacerse hombre, traer la divinidad a la humanidad; la otra parte, la del incienso, la de la resurrección.

Hermanos, )ustedes no saben lo que significa que en la iglesia se ore en Espíritu? )Saben qué es eso? Es adelantar casi lo que va a ser la manifestación gloriosa de los hijos de Dios. El incienso es la humanidad siendo llevada a Dios; Dios siendo llevado a la humanidad es el aceite de la unción; la humanidad siendo llevada a Dios, entrando en la presencia, es el incienso. Hermanos, )no han notado ustedes que cuando están orando en Espíritu son otras personas? Parece que usted no es ese bajo, ese gordo, ese lleno de problemas; parece que usted es lo que realmente es, un hijo de Dios glorioso; porque un día este forro será quitado y seremos revestidos de nuestra verdadera identidad. Cuando estamos en la presencia de Dios percibimos una majestad que Dios te ha dado, que tú no la mereces pero que Él te ha hecho, porque eso es lo que Él nos hace, hijos e hijas de Dios; llegamos allá. (Ah! cuando estamos en el atrio somos mendigos, pero cuando pasamos el velo que es morir a nosotros y estar en el Espíritu, ahora somos hijos, somos hijas, ahora tienes una majestad que puedes decir como dijo Elías: Padre, que no llueva por tres años y medio; y eso sucede porque estás revestido de majestad; no porque quieres, porque qué fácil es que uno, como el chamán, haga toda la fuerza, el ejercicio para lograr algo; no, nada de eso; cuando es algo de Dios, es algo que tú te das cuenta y tienes un gustito pequeñito de la identidad tuya en el cielo; de pronto vuelves otra vez a la realidad terrenal y te encuentras con todas las cosas; pero el Señor nos quiere ir adaptando para el Paraíso.


Aun este campamento es para adaptarnos para el paraíso, ir preparán­donos de lo natural a lo espiritual. Entonces, un verso para entender estos dos aspectos: el del aceite que baja y el del incienso que sube, la obra del Señor, la divinidad en humanidad. ADios fue manifestado en la carne, justificado en el Espíritu, visto de ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo@;[1] eso es el aceite; y ahora el incienso: ARecibido arriba en gloria@; ese es el incienso. )Amén? Primero es el óleo de la santa unción, ahora el incienso. Veamos esos dos aspectos en Hebreos 2:11-12: A11Porque el que santifica (ese es el Verbo de Dios que se hizo carne y nos trajo el Espíritu, ese es el óleo de la unción que baja) y los que son santificados (esos son los que nacen de nuevo, resucitan con Cristo y se sientan con Cristo en los lugares celestiales, los que suben con el incienso; el que santifica es el Verbo que se hizo carne; los santificados son los regenerados, resucitados con Cristo), de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos (no se avergüenza diciendo, miren la parte de bajada), 12diciendo: Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré@. Esa es la bajada de la divinidad a la humanidad. Anunciaré a mis hermanos tu nombre, como dice: Padre, les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún;[2] esa es la bajada; ahora viene la subida de Él mismo resucitado, ascendido, morando en la iglesia y levantando la iglesia. Ahora viene la otra parte: Aen medio de la iglesia@, esa palabra que dice ahí congregación es una traducción al español, pero la palabra en griego es ekklesía. En medio de la iglesia te alabaré; o sea que la alabanza es no solamente nuestra, es el Señor por Su Espíritu en nosotros el que nos presenta al Padre. Nosotros alabamos al Padre como un regalo que el Hijo le hace al Padre. El Padre le reconcilia a los perversos, a los enemigos, a los perdidos, los limpia y los convierte en una ofrenda para Dios, como dice Romanos: la ofrenda de los gentiles santificados; o sea que dice: en medio de la iglesia te alabaré; ese es ya Cristo en la iglesia, dentro de nosotros, siendo presentados a Dios. Ahora alabamos a Dios, nos dirigimos a Dios; antes estábamos dirigidos aquí como las gallinas picoteando el piso; pero Él vino, ahí bajó, de arriba para abajo. Anunciaré a mis hermanos tu nombre; ahora la parte de aquí abajo: y en medio de la iglesia te alabaré. No sólo lo alaba, sino que nos resucitará en el día postrero y nos presentará con gran alegría, así como el sacerdote presentaba aquellas gavillas, las presentaba delante de Dios. Entonces cuando nosotros estamos cantando a Dios debemos entender eso: somos el cuerpo de Cristo, estamos en las manos del Señor siendo presentados al Padre como el fruto de su aflicción. (Aleluya! El Padre valora esas alabanzas porque esas alabanzas descansan en lo que hizo Jesucristo; nos perdonó, nos regeneró, nos constituyó hijos, nos constituyó sacerdotes, nos constituyó una ofrenda mecida, espigas. )Amén? En medio de la iglesia te alabaré; esa es la parte que va de abajo para arriba.

 

Olor de vida para vida


Ahora sí volvamos a Éxodo 30:34. Todo esto era para clarificar esa palabra, ADijo además@; primero había dicho lo de la bajada, lo del óleo que viene desde la cabeza, baja a la barba hasta el borde de las vestiduras. Ahora dice: A34Dijo además Yahveh a Moisés: Toma especias aromáticas@. Hermanos, la palabra aroma, es una palabra misteriosa porque uno como que no lo ve, como que no lo oye, como que no lo toca, pero está ahí; es algo delicioso; una fragancia es algo delicioso, es algo que como que nos hace hablar del otro lado. Fíjense en que la fragancia a veces es en el viento, o sea, es el espíritu de la cosa. A veces estamos en una reunión, pues sí, las sillas pueden ser muy buenas, pero el espíritu está raro; en cambio cuando Cristo está siendo liberado, cuando los hermanos están en Espíritu, hay un espíritu en el ambiente, ese es un aroma, eso es una fragancia. San Pablo decía que había la fragancia de Cristo, decía que para los que se salvan, la vida de Cristo en nosotros es como un olor de vida para vida, pero para los que se pierden, los que no quieren saber de Cristo, es olor de muerte para muerte; se sienten condenados, porque las cucarachas están tranquilas cuando todo está oscuro, pero cuando se prende la luz, salen disparadas. El mundo está tranquilo en sus cosas, pero cuando los santos están viviendo una vida por la que los otros se sienten acusados, entonces dice que es olor de muerte para ellos.

Cristo es olor de vida para los que lo reciben; pero es el juicio. Si yo no hubiera venido y les hubiera hablado, no tendrían pecado, dijo el Señor, pero ahora no tienen excusa por su pecado. Si yo no hubiera hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho no tendrían excusa; pero ahora a Cristo le han aborrecido; o sea que Él es olor de muerte para los que no lo reciben y es olor de vida para los que lo reciben; es el aroma. Hermanos, a veces cuando nosotros somos tan naturales, no percibimos estas cosas y no les damos valor; le damos valor a las cosas que tienen apariencia exterior; eso del toque del Espíritu, que la fragancia de Cristo, eso no. Oro, plata, comida, eso sí como que se ve, sabe rico, )verdad? Pero eso de primogenitura, no. Yo quiero lentejas, dijo Esaú; para mi lentejas son lentejas. Creo que hoy son lentejas. No estoy en contra de la cocina, pero primogenitura, eso para Esaú parecía como algo muy místico, hermanos. Pero nosotros no somos solamente animales, tenemos espíritu y nuestro espíritu está capacitado para percibir esas cosas que se tienen que exprezar con palabras así: Aaroma@, el espíritu de la reunión.


Anoche me decía un hermano: Me gusta el espíritu de la hermana Isadora; ella es una hermana, pero el Espíritu del Señor usó su espíritu, y el hermano me decía: Me gusta el espíritu de la hermana Isadora. Es bonito encontrar y ver el espíritu de los hermanos, el espíritu de las personas; a veces la persona puede estar muy encopetada, con una corbata bien puesta, pero la persona tiene un espíritu raro. )Se dan cuenta? Hay algo que se llama el espíritu de la cosa, y el aroma va en el viento; el aroma de Cristo lo trae el Espíritu. El Espíritu de Cristo es como una fragancia que da vida a los que tienen a Cristo y lo reciben y que anuncia juicio a los que lo rechazan; y en ese caso es olor de muerte para muerte. Entonces hermanos, hay cosas espirituales que sólo se disciernen en el espíritu. Cuando nosotros somos naturales no percibimos ese mundo espiritual; vemos las lentejas, eso es lo que vemos; pero cuando vas madurando en el Señor empiezas a valorar algunas cosas; ahora ya no miras tanto las palabras, sino el espíritu de las palabras. De pronto antes no te preocupabas en los gestos. Ese hermano o esa hermana tiene unos gestos tan agradables, no son así burdos como los míos, sino que se nota que esa persona está en el Espíritu, no importa su temperamento. Aun en un temperamento duro, cuando es el tono de Cristo, es algo tan precioso.

Hermanos, lo que el Señor quiere es que Su gloria que llena a toda la tierra, empiece primero a ser olida; por ahora es olida; el olor de Cristo; después va a ser vista, pero por ahora es olida. Fíjense, hermanos, a veces viene una persona, está con los hermanos y no sabe qué es lo que le gusta, se siente cómodo, no sabe qué es, es la fragancia de Cristo que le hace sentirse en paz, descomplicado, está en Espíritu, en santidad; hay algo que le hace sentir confiado. Aunque no lo puede explicar en su mente, y su alma no lo entiende bien, su espíritu capta algo que le gusta; porque eso es lo que hace la fragancia; la fragancia atrae. Los demonios son atraídos como las moscas por fragancias no tan agradables; cuando ven un montón de cosas por ahí vienen los demonios, pero los ángeles no; y nosotros también por la fragancia de Cristo somos atraídos. La fragancia de Cristo es el verdadero secreto de la iglesia. Solamente la gente va a ser atraída a Cristo, cuando, aunque ellos no lo entienden, reciben en su espíritu la fragancia de Cristo; aunque no lo entiendan, hay algo en su interior que los atrae; y lo mismo es el toque de Dios. El toque de Dios es tan difícil de explicar; pueden estar todas las personas allí. Pablo estaba predicando, muchos le oyeron, pero Dios tocó el corazón de Lidia.[3] Hubo algo misterioso que se llama el toque de Dios; )cómo explicar eso exteriormen­te? Pero ella fue tocada, algo sobrenatural entró en ella y vio algo distinto, algo que no se puede ver con los ojos naturales; porque las cosas del Espíritu se disciernen espiritualmente, y el hombre síquico no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios.[4] Cuando oremos, oremos para que el Espíritu toque a las personas, para que el Señor les abra el corazón, la vista espiritual, para que toquen lo que de Cristo haya entre nosotros. Nada tiene valor de lo que nosotros tenemos, sino el Espíritu de Cristo, el toque de Cristo, eso es lo que tiene valor.

 

La mezcla de las especies


Entonces sigamos aquí en la descripción de este incienso: AToma especias aromáticas, estacte y uña aromática y gálbano aromático e incienso puro; de todo en igual peso, 35y harás de ello el incienso@. Aquí el incienso es una especia, lo que se llama olíbano, esa es la especia del incienso; el olíbano es como decir la base sobre la cual se ponen las especies, así como también en el aceite de la unción estaba el aceite y estaban las especies que nos recordaba ayer nuestro hermano Hernando. Venía la mirra, venía la canela, venía el cálamo, venía la casia, esas especies se colocaban en el aceite; entonces el aceite que representa el Espíritu,  porta esas especies que representan a Cristo. AÉl tomará de lo mío y os lo hará saber@ (Juan 16:14). El Espíritu toma lo que es de Cristo; el aceite trae las especies, las hace bajar de la cabeza al ministerio, a la barba y de la barba al borde de las vestiduras, a toda la iglesia. Entonces, hermanos, lo mismo sucede aquí con el incienso. El incienso equivale, como decir, al aceite al que se le ponen las especies; al incienso se le ponen también especies. Las especies del óleo son diferentes a las especies del incienso que son relativas, se relacionan. En las especies del aceite de la unción, del óleo de la santa unción, son esas cuatro que mencioné, y las del incienso son estas tres aquí: estacte, uña aromática y gálbano e incienso puro.

Ahí es el lugar, digamos, la base en la cual se mezclan las otras especies, y se le añade también sal. Aquí en esta traducción que nosotros tenemos no aparece la sal, pero en hebreo aparece la sal, y en otras traducciones aparece la sal. Reina Valera donde dice allí: A35y harás de ello el incienso, un perfume según el arte del perfumador (esa es la voluntad del Padre, el arte del perfumador), bien mezclado, puro y santo@, donde dice: bien mezclado, la palabra exacta en el hebreo es Asalado@, o sea mezclado con sal; es decir, el incienso tiene sal. Aquí la palabra mezclado no dijo que era lo que tenía esa mezcla, como si fueran sólo esas especies. Cuando vas al hebreo, ahí es donde menciona que es salado; ustedes saben lo que significa la sal en la Biblia.


Vamos a detenernos por un tiempo en estas especies. Hermanos, este es el último día del retiro; quizá nos tomemos un tiempito más, no falta mucho. Aquí aparecen tres especies. Dios siempre escoge el número tres, inclusive aunque las cuatro especies del óleo de la unción son cuatro, son tres medidas, porque Dios es tres; es un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo; un único Dios Trino; el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son un mismo Dios, pero cada uno es una persona. El Padre es el Padre, el Hijo es el Hijo del Padre y el Espíritu es el Espíritu del Padre y del Hijo. )Amén? Entonces voy a llamarles la atención a la manera como Dios lo presenta. Vamos primero al tabernáculo, allí en Éxodo 26; quiero llamarles la atención aquí al versículo 31 y 32, para ver una cosa interesante; dice: A31También harás un velo de azul, púrpura, carmesí, y lino torcido@. Ustedes recuerdan que el velo representa la carne de Cristo, )verdad? Eso lo dice en Hebreos 10:20: Adel velo, esto es, de su carne@. Entonces aquí está hablando de Cristo como Verbo divino: azul; púrpura: rey; carmesí: redentor; y lino torcido: o sea la obra de la justicia de Cristo, justicia de Dios. ASerá hecho de obra primorosa@. Cuando Dios usa la palabra Aprimorosa@, es porque para Dios Su hijo es primoroso; en Él tiene contentamiento. ACon querubines@. )Por qué? porque Él es también el rey del mundo de los ángeles, no sólo del de la tierra; Él es cabeza de todo principado y potestad, no sólo de la iglesia, Él es cabeza sobre todas las cosas.

Miren el verso 32; fíjense en cómo este velo consta de tres partes, pero la parte de en medio es la que se abre: A32Y lo pondrás sobre cuatro columnas de madera de acacia cubiertas de oro; sus capiteles de oro, sobre basas de plata@. El velo sobre cuatro columnas. Imagínense: columnas 1 y 2, forman una sección; columnas 2 y 3 forman la sección del medio; columnas 3 y 4 forman la sección final; o sea, que el velo cubre tres secciones. La palabra del Señor dice que en el Hijo está la plenitud de la Deidad; la casa de Dios no es solamente casa del Espíritu Santo, no sólo casa de Cristo, es casa de la Trinidad. Mi Padre y yo vendremos y haremos morada con él; y )quién es el que viene? El Espíritu Santo; entonces cuando viene el Espíritu Santo, nos trae al Hijo y cuando viene el Hijo nos trae al Padre, porque el Padre está en el Hijo. Tú, Padre, en mí, y yo en ti; claro, por el Espíritu, en ellos; o sea que en la casa de Dios está el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, no sólo el Espíritu Santo; Cristo mora en nosotros. Dice: )No sabéis que Jesucristo mora en vosotros? a menos que no estéis aprobados; y el Padre también mora; un Dios y Padre, el cual es sobre todos, por todos y en todos; dentro de Sus hijos el Padre también. El Padre y yo vendremos, o sea, en la iglesia, en el tabernáculo, está el Padre, está el Hijo y está el Espíritu Santo; por eso aparecen tres medidas; las cuatro columnas hacen tres medidas del velo. De la primera columna a la segunda, la primera sección; de la segunda a la tercera, la segunda sección y de la tercera a la cuarta, la tercera sección. )Por qué? porque es la casa del Dios Trino, pero )quién fue el que murió? )El Padre? )El Espíritu Santo? )Quién murió? El Hijo; por eso es la columna entre la segunda y la tercera, o sea que la sección del medio es la que se abre. El velo fue rasgado por la mitad, de arriba abajo y no por la derecha, ni por la izquierda, sino por el centro; por eso, la cortina va abierta por la parte del medio, porque el del medio es el Hijo. )Amén?

 

El aceite de la unción que baja


Ahora vamos a ver el mismo principio en el óleo de la santa unción y luego en el incienso. Entonces pasemos de nuevo al capítulo 30; vamos a ver las tres medidas, pero la del medio partida por el medio; así como la cortina se parte por el medio, así la medida del medio se parte, porque se refiere al Hijo. Estamos en el capítulo 30 viendo el óleo de la Santa Unción; veamos lo que dice el verso 23, el mismo principio aparece aquí: A23To­marás especias finas: de mirra excelente, quinientos siclos@. Esa es una medida completa: quinientos siclos. Estas especies no son para el incienso, sino para el aceite. ADe mirra@; la mirra era la fragancia para cubrir la muerte; los muertos huelen muy feo, entonces los embalsaman con mirra. Cuando el Señor Jesús nació, los tres magos de oriente, de Anatolia, le trajeron tres especies: Oro, incienso y mirra. El oro reconociéndolo como la divinidad en servicio para muerte. Oro, incienso y mirra. La mirra era con la que embalsamaban a los muertos; aun querían hacerlo a Jesús; las mujeres llevaron mirra y otras especies para embalsamarlo; o sea que la mirra representa la muerte de Cristo. Entonces el Espíritu Santo nos trae la mirra, el óleo trae la mirra; o sea que nosotros no podemos morir a nosotros mismos sino en virtud de la muerte de Cristo; Cristo murió y es en unión con Cristo que podemos negarnos a nosotros mismos; nadie se puede negar a sí mismo si no está en unión con Cristo. Es la mirra que trae el aceite, la que aplica la muerte de Cristo, y como Él murió, nosotros también morimos.


Ahora, fíjense en el medio lo que dice aquí: AY de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático, doscientos cincuenta, 24de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas un hin@. Del aceite es un hin, y ahí al aceite se le pone: quinientos de mirra, esa es la medida, quinientos; la otra medida: quinientos de casia; pero en el medio es doscientos cincuenta y doscientos cincuenta, o sea, los quinientos del medio están partidos en dos, así como el tabernáculo, el velo por la mitad que se partía en dos; así también aquí todas estas especies hablan de Cristo. La medida, los primeros quinientos están enteros, quinientos de mirra; los quinientos últimos, quinientos de casia están enteros, pero los quinientos del medio están partidos en dos: doscientos cincuenta de canela, doscientos cincuenta de cálamo. La canela representa la fragancia de Cristo, y el cálamo es una caña que se levanta del barro representando la resurrección de Cristo. La casia es una resina que ahuyenta las serpientes; o sea, todo eso nos habla de la obra de Cristo; la muerte de Cristo, la fragancia de Cristo, la resurrección de Cristo y Su señorío sobre todos los espíritus; todo eso lo trae el aceite; el aceite nos trae lo que Cristo es. Él pasó por la muerte, venció a la muerte, resucitó, ascendió, ahora es el Señor sobre todas las cosas y nosotros estamos unidos al que murió, muertos con Él, resucitados con Él, sentados con Él en lugares celestiales. El óleo de la unción trayendo esas especies significa el Espíritu revistiéndonos de Cristo, de todo lo que hizo Cristo; esa es la parte de arriba para abajo. )Se dieron cuenta? Que los quinientos del medio están partidos por la mitad, doscientos cincuenta y doscientos cincuenta, porque tres medidas son la Trinidad, pero fue el segundo de la Trinidad, el Hijo el que murió; por eso, como entre la segunda y la tercera columna se rasgó el velo, también la segunda medida se partió en dos: canela doscientos cincuenta y cálamo doscientos cincuenta.

 

El aroma que sube

Ahora, ese mismo principio pero en otro aspecto se ve aquí en las especies del incienso. El incienso es para arriba, el incienso es el que sube, )verdad? El aceite baja, pero el incienso sube, representa la resurrección y ascensión de Cristo intercediendo por nosotros, )verdad? Pero miren, cuando sube el incienso, no sube solo; así como el Espíritu nos trae lo que es de Cristo, también la oración va en el nombre de Cristo; como decíamos al principio, nada puede llegar a Dios aparte de los valores de Cristo. En estas tres especies, vamos a ver que representan distintos aspectos de la muerte de Cristo que se presenta a Dios. Él es la ofrenda por las transgresiones, murió como cordero para perdonar nuestros pecados, pero también Él es la serpiente de bronce ensartada en el asta, el sacrificio por el pecado y también es el grano de trigo que muere para liberar el Espíritu, para que la vida del Señor entre en nosotros. Son distintos aspectos de la obra de Cristo que están representados en estas especies. )Cuáles son? Estacte, uña aromática y gálbano aromático; esas tres especies; la primera y la tercera son resinas vegetales; la del medio es de un animalito que tiene dos partes, que es como una especie de conchita, como una especie de ostra, que es animal. La primera especie que se llama aquí estacte es una resina olorosa, la otra que se llama gálbano es otra resina olorosa que tiene propiedades diferentes de la primera, pero la del medio es un animalito


En el tabernáculo, el primero y el tercero estaban iguales, pero el del medio era diferente, estaba partido; lo mismo pasaba con la medida del aceite de la unción; la primera y la tercera medidas completas, la del medio partida; y aquí lo mismo; la primera y la tercera de las especies son resinas; lo que se llama aquí estacte, esa palabra en el hebreo es nataf; es una especie de mirra, pero no es la misma mirra, es parecida a la mirra; se le llama también estoraque; esa resina surge cuando hieren el árbol; está en el árbol que se llama el árbol de estorash, el árbol de estorash se traduce estacte en griego: también se traduce estoraque. Entonces le hacen una incisión a ese árbol, lo hieren, y cuando lo hieren sale una resina que es como de ámbar, y esa resina es un olor maravilloso y es la única de estas tres que es comestible; esa resina es una gota; cuando la hieren produce una gota. El Señor murió para darnos vida, y ahora esa resina que es como ámbar, el estacte que se llama estoraque o nataf en hebreo, esa se puede comer, es comestible, y es de un sabor bueno y de un olor muy bueno; esa se mezclaba con el incienso y con las otras especies y con sal, y se presentaba delante del Señor; esa es la primera. La tercera es también una resina; fíjense en el mismo principio del uno y el tres, y dejando el medio partido, porque todo habla de Cristo, porque Dios nos revela a Cristo, porque por Cristo se revela Él mismo.

La tercera es también una resina, pero esa resina que aquí se llama gálbano, esa palabra gálbano es muy parecida a como se pronuncia en hebreo, como se pronuncia en griego, como se pronuncia en latín, como se pronuncia en español; es muy parecida: gálbano, guelbane, guelbene; es gálbano; esa es también una resina, pero esa tercera resina es de sabor amargo. Una es comestible, pero la otra es de sabor amargo; tiene también un olor, pero la característica del gálbano es que potencia las otras fragancias; o sea, la mirra tiene por sí misma un olor, el estacte que es otro arbolito parecido a la mirra, es como una variedad de la mirra que se llama estacte, esa tiene un olor por sí mismo, pero cuando lo mezclas con el gálbano se aumenta la mirra; cuando le pones el gálbano a otra especie aumenta el olor. Entonces miren qué interesante que el Señor le pone gálbano. Pero )cuál es el gálbano? Es el número tres. )Y qué es lo que hace el Espíritu Santo? El Espíritu Santo aumenta la fragancia de Cristo en nosotros. Fíjate, tú tienes un don, pero el Espíritu Santo viene y lo realiza; o sea, el Espíritu Santo suple, hace resaltar las propiedades que solitas no serían tan buenas como cuando se le añade la tercera especie que es el gálbano. Entonces el gálbano es el que multiplica el poder de la fragancia; y no sólo lo multiplica, hace otra cosa, lo fija; es decir, para que esa fragancia no se desaparezca rápido, sino que permanezca, entonces ese es otro de los trabajos del gálbano. El gálbano hace que la especie sea potenciada en su olor y quede fijado. Cuando se hace un perfume, para que el perfume dure necesita el gálbano. (Cómo nos habla esto de la obra del Señor! El Señor lo que hace es eso. Nosotros sin Él no podemos hacer nada, pero con Él nosotros podemos dar más fruto y podemos perseverar; o sea, Él aumenta el fruto y también Él hace que permanezca el olor, la fragancia de Cristo; esa es la función del gálbano.


Unguius oloratus. Pero dejé el segundo para decirlo aquí de tercero, que se llama la uña aromática; esa palabra en el hebreo: sheheleck; algunas veces se traduce: onisha o onika; en el latín es unguius oloratus; así se le llama en el latín a esta especie, unguius, de donde viene la palabra uña en español; la n y la g, en el latín y en el italiano equivalen a la ñ. Unguius oloratus, quiere decir: uña aromática; esa es la misma especie; esta especie es la única que es animal, )por qué? porque el Padre no fue el que se encarnó, el Espíritu Santo no fue el que se encarnó; el Verbo que estaba con el Padre, fue el que se hizo hombre; por lo tanto, la especie del medio es animal y no es vegetal. Este es un crustáceo, como un molusco, como una especie de ostra, es de color púrpura; hay muchas especies en el Mar Rojo. Justamente en esa playa del Golfo de Aqaba, que es en la península de Sinaí, la que sube, allí hay mucho de esta especie; es de color púrpura, es como la ostra. )Ustedes saben cómo es la ostra? La ostra tiene como dos tapas. Fíjense en que en el tabernáculo, la sección del medio está partida por la mitad, la medida en el aceite también, y aquí también la uña aromática tiene dos partes. La ostra adentro tiene una perla; pero ustedes saben que la perla no se forma de un día para otro, sino cuando hieren la ostra; la espinita que hiere la ostra hace que la ostra segregue la perla, pero la perla está escondida por las conchas, por las tapas; lo que se llama la uña aromática es justamente esas tapas que se vuelven polvo, se deshacen totalmente, y tiene una fragancia olorosa.


La palabra es shell; ustedes ven las estaciones de gasolina Shell; no la Esso, ni Texaco, sino Shell; ustedes ven que el símbolo de la Shell es como una ostra, porque shell quiere decir justamente ostra; o sea, es sacarla de la ostra. Por eso en el hebreo es sheheleck; viene de ese tipo de ostra que es de color púrpura; entonces fíjense en que la ostra está escondiendo la perla, pero cuando se abre como la ostra, entonces se ve la perla y surge el olor fragante; cuando se deshace en polvo esa ostra se vuelve fragante; eso es lo que es la uña aromática; es aquellas capas. Entonces noten: nuestros egos son como garras, porque esa ostra ustedes la ven que parece una garra. Nosotros todo lo queremos controlar, manipular todo; estamos ansiosos para subir, para bajar, queremos manipular todo, )verdad? Esa es la garra que tenemos, pero el Señor se negó a sí mismo y nos lleva en el alma a nosotros mismos, y cuando nos negamos a nosotros mismos entonces se va volviendo polvo y empieza a liberarse el aroma, y ese aroma de la uña aromática es cuando se deshace la cáscara; es como nuestro ego, el viejo hombre; el estacte es como la mirra, es el sacrificio por la transgresiones, Cristo como Cordero limpiando los pecados; pero la uña aromática es el sacrificio por el pecado para crucificar el viejo hombre. Por eso se deshacen las dos garras de la ostra, de esta uña aromática se deshacen. Cuando se deshace es cuando libera el perfume, el aroma, y es también cuando se puede ver la perla; eso es llevarnos a morir a nosotros mismos, el otro aspecto de Cristo. Cristo murió para perdonarnos, pero también para crucificarnos con Él y liberarnos del viejo hombre y del poder del pecado; es otro aspecto de la obra de Cristo; y el tercer aspecto es el que libera, como dijimos, el gálbano que es el que fortalece, que es el que preserva. Cuando Cristo como grano de trigo murió, dice que murió, pero vivificado en espíritu fue y predicó; o sea, la vida del Señor fue liberada; es lo que hace el gálbano; el gálbano libera, fortalece y preserva la fragancia; o sea, Cristo como Cordero, Cristo como serpiente de bronce ensartada en el asta y Cristo como grano de trigo; o sea, sacrificio por las transgresio­nes, sacrificio por el pecado y ofrenda de paz; los diferentes aspectos de la obra de Cristo están en el incienso.

 

La sal del pacto

Entonces cuando el incienso sube, no puede subir solo; el incienso tiene que llevar estas especies y también la sal; la sal representa el pacto en la Biblia. No dejarás que falte la sal del pacto de tu Dios en tu ofrenda; la sal representa el pacto, la lealtad. Por eso aquel pintor, creo que fue Leonardo Da Vinci que pintó la Santa Cena, pintó al Señor Jesús y a los apóstoles, y allí Judas tenía el salero tumbado porque él traicionó al Señor; quiere decir que él quebrantó el pacto; por eso el salero se derramó. Cuando ustedes ven el cuadro saben cuál es Judas porque tiene el salero tumbado, porque la sal representa el pacto, la alianza, la lealtad; entonces a todo este incienso con estacte, con uña aromática, con gálbano, había que mezclarle la sal del pacto, o sea, la fidelidad del Señor. El Señor, cuando asciende ese incienso, lleva el aroma. )Qué hace el incienso? El incienso lleva el aroma de estas especies; o sea que cuando nosotros oramos, no oramos en nuestro nombre, no oramos porque sentimos, no oramos porque hemos ayunado, no oramos porque seamos la mejor denominación; oramos en el nombre del Señor Jesús, porque Él murió por nosotros, porque Él nos libera de nosotros mismos, porque Él nos da Su Espíritu y Él es leal con nosotros y nos hace uno con Él; entonces ese es el incienso que sube.


Nuestra oración no debe ser otro incienso extraño, no debe ser nada de lo que el hombre presenta; es lo que Dios nos dio; Dios proveyó a Jesús; es lo único por lo que podemos ser oídos por Dios, nos presentamos en unión con Cristo a la presencia del Padre, venimos en el nombre de Jesucristo; nuestra esperanza siempre y solamente es el mérito del Señor Jesucristo. Entonces este incienso para Dios es santísimo porque es todo olor de Cristo. Estacte es un aspecto de Cristo, uña aromática otro aspecto de Cristo, gálbano otro aspecto de Cristo. Entonces dice: A35Y harás de ello (de Cristo) el incienso, un perfume según el arte del perfumador (el arte del perfumador, esa es la obra de Dios con Cristo y el Espíritu), bien salado (aquí dice mezclado; es salado en el hebreo; es una corrección a la traducción), puro y santo. 36Y molerás parte de él en polvo fino@. Todo el incienso no se molía, sino poco a poco; se molía en polvo fino y se ponía adelante. Noten, hay momentos en que nosotros venimos a orar por la mañana, a orar por la tarde, pero hay un incienso que todas las 24 horas está en la presencia de Dios. Nosotros tenemos momentos de oración especial, pero durante todo el día debemos estar en comunión con Cristo. Por eso dice: AOrad sin cesar@. Orad sin cesar no quiere decir estar de rodillas las 24 horas; puedes estar trabajando, cocinando, pero tu espíritu está en comunión con Dios; esa es la oración sin cesar. Claro que hay momentos específicos de doblar rodilla, pero cuando no lo estás haciendo, siempre ese perfume estará ahí.

Por eso dice: A36Y molerás parte de él en polvo fino, y lo pondrás delante del testimonio en el tabernáculo de reunión, donde yo me mostraré a ti. Os será cosa santísima@. Eso representa la intercesión de Cristo a la diestra del Padre por la cual estamos en comunión constante. Nosotros después oramos en Él, pero Él es la base de nuestra oración; Su intercesión es la base de la carga de oración en el espíritu de la iglesia, y termino: AOs será cosa santísima. 37Como este incienso que harás, no os haréis otro según su composición@. Sólo nos fue dado el Señor Jesús; no hay otro nombre en el que podemos ser salvos. Sólo podemos orar a Dios en Cristo Jesús; no acepta Dios otra cosa, ni en nombre de Santa Pacha bendita, ni San Francisco de Asís, nada, nada de eso; y no es para nosotros, esto no es para nosotros. Hermano, es que este canto me gusta, cantemos este canto porque a mi me gusta; eso es oler para usted; los cantos son para el Señor, no porque a ti te gustan, no son para oler nosotros, es para olerlo Dios. AComo este incienso que harás, no os haréis otro según su composición; te será cosa sagrada para Yahveh.@ O sea, Yahveh considera sagrada la ofrenda de Su Hijo y la obra de Su Hijo y de Su Espíritu; es lo único que Él valora.A38Cualquiera que hiciere otro como este para olerlo (el que pretenda tomar las cosas de Dios para sí mismo), será cortado de entre su pueblo@. El Señor es el centro y todo es para él.

Que la gracia y la paz del Señor Jesús sea con los hermanos, y que esta palabra nos ayude en nuestra caminata. Lo importante no es saberlo y entenderlo, sino después de saberlo y entenderlo, poderlo practicar en el espíritu. Vamos a orar.



[1]1 Timoteo 3:16.

[2]Cfr. Juan 17:26

[3]Cfr. Hechos 16:13-15.

[4]Cfr. 1 Corintios 2:6-16.

LA PRESENCIA DEL SEÑOR

Por cristianogiv - 12 de Octubre, 2006, 17:57, Categoría: General

LA CASA Y EL SACERDOCIO (36) 


Capítulo XXXVI

 

LA PRESENCIA DEL SEÑOR[1]

 


Detrás de la diversidad está el Señor

Vamos a considerar algo breve de la Palabra del Señor, confiando enteramente en el Señor de que Su Espíritu nos dé cada vez más conciencia de sí mismo, puesto que al fin de cuentas esto es lo que cada vez sucederá. Con algunos hermanos ya hemos compartido algunas cosas de éstas, allí en Cajanal, en una reunión que tuvimos un miércoles por causa de unas eventualidades; pero está en mi corazón compartirlas con todos los demás hermanos. Es curioso que el mundo está lleno de formas; hay muchos colores, muchas formas, muchas variedades, hay tantas cosas, podríamos decir tantas distracciones, pero lo interesante es que detrás de todas las variedades, cuando van cayendo los velos de las apariencias, nos vamos encontrando con una unidad;  es el Señor mismo detrás de todo. Por fuera vemos muchas cortinas, columnas, velos, un atrio, un lugar santo, y en el atrio hay una serie de asuntos; en el lugar santo hay otra serie de asuntos y aun en el Lugar Santísimo hay otra serie de asuntos; pero ahí en el Santísimo nos encontramos con alguien que es el Señor, que es absolutamente simple y Él mismo, donde las diversidades han quedado atrás; es decir, a nuestras espaldas; y cuando el sumo sacerdote estaba de frente al Lugar Santísimo, ya todas las formas estaban atrás; detrás de la diversidad estaba el Señor mismo.


Cuando el Señor empezó a hablar a Moisés y a poner en orden las cosas entre Su pueblo, cuando ellos salieron de Egipto, ellos estaban en el fondo, y el Señor comenzó a trabajar con ellos, empezó a poner entre ellos en orden muchas cosas, y comenzó a separar una tribu para servirle, y decía que a las otras tribus les correspondía determinada parte de la tierra; de tal punto a tal punto a la tribu tal y de tal cual la tribu cual; pero le quitó a la tribu de Leví, que es otra manera de decir que le dio, pero esa es la paradoja; la paradoja es que Dios se da quitándonos, y bueno, mirando desde el punto de vista de la tierra, y entonces sería hasta ofensivo decirlo, pero, digamos, para entendernos entre los hombres, le quitó a la tribu de Leví posesión de tierras, como las demás tribus.

Pareciera que, bueno, las otras tribus sí podían tener sus hectáreas de tierra y ocuparse de ellas, pero no los levitas; pero, bueno, a los levitas, digamos, que les dio los diezmos; no les dio tierra. El trabajo de ellos, la tierra que ellos tenían que trabajar era el ministerio de la casa de Dios; entonces, como ellos no iban a vivir del aire, y Dios lo sabía, hizo que le dieran el diezmo; pero a los levitas les dijo a la vez que ellos también dieran diezmos a los sacerdotes, porque dentro de los levitas estaban los coatitas, los gersonitas y los meraritas, y entre los coatitas estaban los descendientes de Aarón. Solamente los descendientes de Aarón de entre los coatitas, de entre los levitas, solamente éstos eran sumos sacerdotes. Entonces Dios dijo: a ellos les vamos a dar el diezmo de los diezmos; o sea, noventa va a tener el pueblo, pero la décima parte, los levitas, y la décima parte de la décima parte, o sea, el diezmo de los diezmos, los sumos sacerdotes; pero a Moisés, que era el que estaba representando la voz de Dios, le dijo el Señor: Tú, Moisés, tu porción voy a ser Yo. (Ah, Señor! Pero tierra, no, no; tierra no; y del diezmo tampoco. )Y del diezmo del diezmo? Tampoco. Señor, )y entonces? Yo mismo. El Señor mismo es el asunto, es el sentido.

Yo quisiera que miráramos con los hermanos algunos pasajes que, como charlábamos aquel miércoles con algunos de los hermanos, es la consecuencia lógica de todo el trabajar de Dios. Esto es para que nosotros entendamos lo que el Señor está haciendo con todos nosotros en toda nuestra vida y en la edificación de la Iglesia, hacia dónde marcha todo; y podríamos decir cuál sería la experiencia final. Entonces leamos en el último capítulo del Éxodo, porque de allí es de donde hemos tomado los versos con que nos hemos introducido en algunas consideraciones de la edificación de Dios. Pero en medio de tantas consideraciones, uno puede perderse en esos detalles; por eso es necesario concluir con algo que sigue, que es con lo que realmente yo creo, y creo que ustedes concordarán conmigo, que Dios quiere concluir.

 

La erección del atrio


Leemos Éxodo 40 desde el verso 33: A33Finalmente@, porque fíjense en que la construcción iba de dentro para afuera. Cuando Dios comenzó a describir el santuario, comenzó por el arca, luego describió la mesa de los panes de la proposición, el candelero; comenzó, digamos, desde el Lugar Santísimo para el santo y describió la casa y el sacerdocio, los sacrificios del sacerdocio, así como el Señor va constituyéndose desde el hombre interior, o sea, desde el espíritu, pasando a nuestra alma, llegando a nuestro cuerpo, porque nuestro cuerpo al fin será glorificado; entonces finalmente Aerigió el atrio alrededor del tabernáculo y del altar, y puso la cortina a la entrada del atrio. Así acabó Moisés la obra@. No dice: Yahveh, sino Moisés; Moisés acabó la obra. Esto era la parte de Moisés, esa era la parte del ministerio, del servicio; podemos decir que esa es nuestra parte, porque es a nosotros a quienes, a través del testimonio de Moisés, Dios nos está hablando. Todo lo que hicieron bajo la dirección de Moisés, por mandato de Dios, era la figura; pero a quien se dirige esa figura es a nosotros. Cuando acabó Moisés de hacer lo que él debía, lo que él tenía que hacer, lo que era su parte, él tenía que disponer las cosas para que ahora Dios hiciera lo que Dios quiere al fin de cuentas hacer.

 

El verdadero énfasis de Dios

Eso también se relaciona con nosotros, cuando terminemos de hacer lo que tenemos que hacer; Dios está allí. A34Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Yahveh llenó el tabernáculo@.  Así termina toda esta historia del Éxodo, así termina; es una construcción para Dios, para que al fin Dios pueda reunirse con el hombre. Pareciera que el énfasis es al principio; bueno, era la casa, es necesario ser edificado como casa espiritual. Segundo, sacerdocio santo; debemos ser edificados como casa y como sacerdocio; entonces empezamos a experimentar espiritual­mente lo que es ser la casa de Dios y el sacerdocio; ahora como sacerdotes tenemos que ofrecer sacrificios espirituales agradables a Dios por medio de Jesucristo, como  está allí en Pedro.[2] Él dice que nosotros seamos edificados como estas dos cosas: casa espiritual y sacerdocio santo; y la tercera, para ofrecer sacrificios espirituales; y en Éxodo tenemos aquellos capítulos del santuario, del tabernáculo, aquellos capítulos del sacerdocio, de las vestiduras, y después los capítulos de los sacrificios, de las ofrendas; ahí tenemos la casa, el sacerdocio y los sacrificios, pero la conclusión es la presencia de Dios.


Lo que Dios quiere hacer en la tierra es manifestar Su propia presen­cia; lo que Él ha estado trabajando en nosotros colectivamente y en todo Su pueblo es para Él poder reposar. Por eso Él dejó la creación del hombre para el sexto día. Él vino trabajando desde el primero, segundo, tercero, cuarto, quinto y sexto día, y en el sexto día hizo al hombre a Su imagen, a Su semejanza; es decir, perfectamente diseñado para portarlo, contener­lo, representarlo. Cuando ya estaba todo listo, entonces el séptimo día descansó Dios. Dios descansa cuando encuentra un lugar para la presencia del Señor. Yo no sé quién comenzó ese canto; no nos pusimos de acuerdo, pero yo creo que ese último canto que cantamos en esta reunión es la esencia de la palabra que estoy compartiendo antes de que celebremos la mesa del Señor.

Hermanos, las cosas, las formas van desapareciendo y queda el Señor mismo, nada más; Él llenándolo todo. Al principio eso nos parece muy etéreo, porque nosotros estamos acostumbrados a vivir en el atrio, donde hay mucha actividad, mucha diversidad, muchas cosas, y estamos distraídos con muchas cosas, temas, asuntos; pero el Señor nos va atrayendo detrás de las apariencias, detrás de las diversidades hacia Sí mismo; y aunque pareciera que cada vez vamos siendo despojados de más cosas, realmente estamos siendo preparados para poseer la porción.

 

Dios quiere ser nuestra porción

La porción de Moisés era el Señor mismo; pero fíjense en cómo el Señor quiere ser Él mismo la porción. Él conoce nuestro corazón; el Señor sabe que nuestro corazón está dividido por muchos quereres; queremos muchas cosas, queremos las cosas que ha creado el Señor, queremos los beneficios desglosados de todo lo que ha creado el Señor, pero el Señor se nos quiere dar Él mismo. El Señor no quiere desglosarse más; al fin de cuentas, el Señor quiere un día poder decir: bueno, ahora que ya no tienes nada que te distraiga, no tienes nada, ahora Yo soy tuyo; ahora sí eres mío y Yo ahora soy tuyo; ahora me tienes a Mí. Ahora, mi amor (te lo puede decir el Señor como un esposo a la esposa), ahora Yo también soy tuyo; ahora somos uno. Todo lo que había sucedido hasta aquí, todo este proceso era para poderte libertar de las ataduras que tenías; pero ahora ya me tienes a Mí.


Hermanos, a la carne no le gusta eso; a la carne como que no le gusta el cielo; la carne quiere un cielo con muchos árboles, ángeles, coros, alegría, gozo, paz, bondad, bienestar; así podríamos desglosarlo. El Señor es todo, pero el Señor sabe que estamos siendo idólatras cuando amamos las cosas que provienen de Él, los beneficios que provienen de Él, digamos incluso, las virtudes que provienen de Él, más que a Él mismo. A veces nosotros quisiéramos tener algunas virtudes, algunos beneficios, algunas sensaciones; pero cuando nosotros solamente queremos algunas sensacio­nes de las que tenemos con Él, el Señor no puede todavía reposar, no puede darse plenamente, porque lo que nosotros queremos es solamente algo de Él, algo que proviene de Él, una parte de Él; queremos alguna bendición pero desglosadita; pero el Señor es el conjunto de las bendicio­nes. Ciertamente el arco iris tiene muchas variedades de colores, pero cuando vemos juntos el rojo, el anaranjado, el azul y  el verde, el morado, cuando todos ellos están juntos es luz blanca.

A veces nosotros queremos paciencia, o gozo, o alegría, pero como está escrito, todas esas bendiciones están en el Hijo, todas las bendiciones son de Dios. Dios es el dador de las bendiciones, y realmente Dios es la bendición, Dios es la porción; y Él quiere ser nuestro y que nosotros seamos de Él. Dios quiere que nosotros le amemos a Él porque Él nos ama a nosotros, pero nosotros estamos muy distraídos con las bendiciones parciales, pequeñas, de Dios; a veces estamos muy distraídos con las bendiciones periféricas, no la bendición nuclear.

 

Buscamos bendiciones desglosadas

Entonces fíjense en todo aquel asunto del trabajo del pueblo del Señor, trabajando para levantar ese tabernáculo, y al fin )qué es lo que se quiere? No es algo poco; es Su presencia, pero la presencia del Señor no se huele, no se toca con las manos, no se saborea con el gusto; el oro como que sí, la carne en el atrio. Sí, digamos, el incensario, por lo menos, tiene consistencia, pero lo que importa es la Presencia del Señor; es cuando no la conocemos que la menospreciamos, la cambiamos, la vendemos por cualquier plato de lentejas; pero cuando la conocemos nos basta.

Tenemos el ejemplo del apóstol Pablo. )Qué le dijo el Señor a Pablo? Pablo estaba queriendo una bendición desglosada, que le fuera quitado el problema, un aguijón que tenía; parece que era un problema en los ojos, pero el Señor le dijo a Pablo: Mira, Pablo, bástate mi gracia. Esa palabra Abástate@, (ay! como que es difícil de percibir por el corazón. Señor, pero es que también además de Tu gracia, además de Ti mismo, quisiera como que esta cosita, otra cosita y otra cosita. Por ejemplo, es que tengo este problemita; pero que el Señor diga: Bástate mi gracia. (Ay, Señor Jesús! )Será que nosotros aceptamos el Abástate@ de Dios? Al principio Moisés seguramente que no entendió bien. Señor, pero a los otros les diste algo tangible, pero eso de que Tú eres mi porción parece como muy intangible.


Hermanos, el camino de la fe, el que siguió Moisés como mirando al Invisible,[3] es poseedor de bienes aparentemente intangibles al principio, pero el Señor es la base, el sustento de todo lo tangible que hay. Pero el bien mayor no es lo tangible, no son las cosas pasajeras que se ven y que por eso pasan, sino las eternas, y ya no cosas, sino Él, el Eterno es el galardón. Cuando Abraham peleó las batallas y venció a los reyes,  cuando los reyes de Sodoma querían premiar a Abraham, Abraham no aceptó el premio de los reyes de Sodoma, y cuando esa prueba la pasó Abraham, de no aceptar la recompensa de Sodoma, entonces el Señor se le apareció y le dijo: Abraham, Yo soy tu galardón, sobremanera grande.[4] Para otros era menospreciado, porque el Dios de Abraham, )dónde está Dios? Muchos se preguntan )dónde está Dios?

Aun el profeta Jeremías decía: Señor, no seas como algo misterioso para mi, que como que no te toco, no te siento, no puedo contar contigo, como con los billetes, que se pueden contar. Pero, amados, la presencia misma del Señor se manifiesta porque siempre está, pero como nadie lo quiere, pasa desapercibido.

 

Dios no se manifiesta al que no le ama

En verdad Dios no se manifiesta, porque Él dijo: el mundo no me quiere, el mundo no me ama, por eso no me voy a manifestar al mundo.[5] Él está en todas partes. )A dónde huiremos de Su Espíritu? Dios está todo en todas partes, pero está en silencio y está sin ser amado, sin ser querido; entonces Él no se manifiesta. )Cómo nos va a abrir Su corazón? Pero si alguno lo ama, es conocido por Dios. Dice el Señor: AEl que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él@ (Juan 14:23). Dice al final del versículo 21: AY yo le amaré, y me manifestaré a él@. No es que el Señor no esté, ni que sea intangible, sino que no se manifiesta porque no le amamos. Él no puede reposar entre nosotros porque estamos llenos de pecado, de orgullo, de miseria, de peleas. )Cómo va a poder Él reposar entre nosotros? Pero Él nos va limpiando, preparando, guiando a edificarle una casa como Él la requiere, )para qué? para Su propia nube. Señor, si fuera un lingote de oro, pero de gloria, )amén? la nube de gloria del Señor.


En el tiempo de Salomón fue la misma cosa. Pero antes de pasar allá, miremos un detalle en Éxodo 40:35: AY no podía Moisés entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Yahveh llenó el tabernáculo@. Aquello que era tan intangible, sin embargo  llegó a un momento tal en que no se podía cruzar; era una presencia que estaba ocupando Su debido lugar que antes parecía que Moisés era el que se veía. )Recuerdan? Háblanos tú, Moisés, habla tú con Dios. )Cómo va a hablar Dios con nosotros? Relámpagos, truenos. Habla, Moisés, habla tú con Dios.[6] Entonces Dios dice: bueno, Moisés, vas a hablar tú, pero )sabes qué, Moisés? tú les vas a decir que me hagan esto y aquello y aquello; porque Dios sí quiere estar en la tierra, sí quiere estar en nosotros. Él dice: habitaré entre vosotros; es que somos nosotros el canal para que Él señoree; pero Él mismo es invisible; por Su Cristo se hace visible, por Su Iglesia Él manifiesta Su gloria, pero nosotros, la Iglesia, debemos contener Su presencia, debemos ser cargados de Su presencia, saturados de ella; ese es el sentido de la Iglesia.

Quizá no se veía nada físicamente, quizá no había ningún querubín en la puerta, pero Moisés no podía entrar. Moisés no podía entrar, hermanos; el Señor mismo estaba ahí; era la presencia del Señor, hermanos. Moisés no se atrevía a entrar porque la nube estaba sobre el tabernáculo de reunión y la gloria de Yahveh lo llenaba. Veamos la misma historia; quiere decir que ese es el asunto; en eso es que el Señor está trabajando entre nosotros.

 

Reverencia ante la presencia de Dios

Hermanos amados, yo creo que cada vez más, la presencia del Señor entre nosotros se hará más notoria, porque, de lo contrario, hemos estado trabajando en vano, porque para ninguna otra cosa Él edifica la Iglesia. Él edifica la Iglesia para contener Su gloria, para que Su gloria repose y se exprese a través de la Iglesia. De manera que cada vez seremos más cuidadosos, más sensibles al Espíritu. (Ah sí! Muchos pueden mentir a Dios, y )no hay ninguna reacción por parte del Señor? Muchos pueden mentir a Dios y no hay ninguna posibilidad de que alguien se muera, porque se morirían todos. Dios dice: voy a tener que perdonar a todos; pero cuando la iglesia está santa, entonces ahí se puede morir uno que otro. Hermanos, no hablo en broma. )Quién se iba a imaginar el caso de Nadab y Abiú obrando como si Dios no estuviera?[7] porque )qué caso tiene? parece que es un edificio vacío. Ellos quisieron hacer las cosas a su manera y cayeron muertos. Usaron su propio fuego, y fueron consumidos por el verdadero fuego de Dios.


Otro caso. Los filisteos veían una cajita. )Qué será lo que tiene la cajita? Vamos a mirar lo que tiene; destaparon y miraron y empezó la peste, tumores, ratones por todas partes, porque eran atropellados; estaban tan ciegos que se atrevían a abrir el arca, a mirar el arca; y si  Dios no hubiera hecho nada, hubieran seguido pensando que se trataba de una simple caja; pero cuando les salieron tumores, se dieron cuenta de que no era solamente una caja; aprendieron a moverse con respeto, con temor de Dios. Con amor de Dios, cada vez la iglesia será así. Fíjense en que de la iglesia primitiva se decía que de los demás ninguno se atrevía a juntarse con ellos; les cayó gran temor; era porque el Señor comenzó a manifestar­se de tal manera que la sola sombra de Pedro era usada por el Señor para sanar la gente.[8])Qué quiere hacer el Señor con nosotros, hermanos? Cada vez hacernos menos insensatos, menos insensibles, más reverentes, más conscientes de la presencia del Señor.

En el segundo libro de Crónicas capítulo 5, leámoslo desde el versículo 1 para que veamos el proceso; porque, amados, esto que leemos aquí en Éxodo, en Crónicas, es una enseñanza para amonestarnos a nosotros, para enseñarnos a nosotros. )Amén, hermanos? El Señor nos está dando el privilegio de estar cerca de Él, pero el Señor dice: en los que a mí se acercan, me glorificaré, me santificaré; entonces el Señor nos está ayudando a vivir en la presencia de Dios, el Señor nos está entrenando para el cielo.

 

Una enseñanza para amonestarnos

En 2 Crónicas 5:1, leemos: A1Acabada (la misma cosa que se dijo allá en Éxodo) toda la obra que hizo Salomón para la casa de Yahveh, metió Salomón las cosas que David su padre había dedicado; y puso la plata, y el oro, y todos los utensilios, en los tesoros de la casa de Dios@. Antes no era de Dios, pero ahora ya es la casa de Dios. A2Entonces Salomón reunió en Jerusalén a los ancianos de Israel y a todos los príncipes de las tribus, los jefes de las familias de los hijos de Israel, para que trajesen el arca del pacto de Yahveh de la ciudad de David, que es Sion. 3Y se congregaron con el rey todos los varones de Israel, para la fiesta solemne del mes séptimo. 4Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel, y los levitas tomaron el arca; 5y llevaron el arca, y el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios de reunión, y todos los utensilios del santuario que estaban en el tabernáculo; los sacerdotes y los levitas los llevaron@. Es un proceso largo. A6Y el rey Salomón, y toda la congregación de Israel que se había reunido con él delante del arca, sacrificaron ovejas y bueyes, que por ser tantos no se pudieron contar ni numerar. 7Y los sacerdotes metieron el arca del pacto de Yahveh en su lugar, en el santuario de la casa, en el lugar santísimo, bajo las alas de los querubines@. Noten, parece que Dios todavía estaba esperando que terminaran todos los detalles; parece que todavía ellos estaban haciendo muchas cosas.


Luego dice en el verso 11: A11Y cuando los sacerdotes salieron del santuario (porque todos los sacerdotes que se hallaron habían sido santificados y no guardaban sus turnos; 12y los levitas cantores, todos los de Asaf, los de Hemán y los de Jedutún, juntamente con sus hijos y sus hermanos, vestidos de lino fino, estaban con címbalos y salterios y arpas al oriente del altar; y con ellos ciento veinte sacerdotes que tocaban trompetas); (en figura de los ciento veinte hermanos en el día de Pentecos­tés en el aposento alto) 13cuando sonaban, pues, las trompetas, y cantaban todos a una, para alabar y dar gracias a Yahveh, y a medida que alzaban la voz con trompetas y címbalos y otros instrumentos de música, y alababan a Yahveh, diciendo: Porque él es bueno, porque su misericordia es para siempre, entonces la casa se llenó de una nube, la casa de Yahveh. 14Y no podían ((ah! lo que le pasó a Moisés, le pasó también a los sacerdotes) los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Yahveh había llenado la casa de Dios@. La presencia de Dios es intangible, porque Él no se manifiesta; pero cuando empieza a manifestarse, nadie la puede soportar. (Ah! los soldados llegaron muy atrevidos con Judas. Él les había dicho: Al que yo besare, ese es. )A quién buscáis? A Jesús de Nazareth. Yo soy; y se cayeron. Después no se cayeron, pero el Señor lo demostró entregándose; no que ellos lo estaban atrapando. Solamente tuvo que decir: Yo soy. Cuando dijo eso, se cayeron.[9]

Permítanme que les cuente una anécdota que nos aconteció en Río de Janeiro. Esto fue más o menos como en octubre (de 1994). Estábamos reunidos varios hermanos, inclusive de varias vertientes de la iglesia  en Río, que se estaban conociendo, y de pronto en un momento el Señor, puesto que leíamos que Uza tocó el arca, extendió la mano al arca y cayó,[10] todo esto, pues uno se lo imagina como algo del pasado, pero de pronto el Señor nos da la conciencia de que el arca está entre nosotros hoy; y una persona estaba ministrando la palabra del Señor, estaba diciendo algunas cosas, y alguna persona como que lo fue a parar, le puso la mano en el hombro y (pa! se cayó para atrás. Todos nos quedamos asombrados. Parece que la persona como que hizo controlar el fluir del Espíritu; yo no sé, yo no voy a explicar qué fue; pero el hecho fue que al poner la mano, él se cayó hacia atrás. Nadie estaba haciendo un culto de esos en que la gente se cae; algo que parecía tan simple, tan sencillo, pero en medio de un montón de hermanos esto sucedió.


Entonces nos damos cuenta de que el Señor está entre nosotros; pero nosotros estamos sin entender al Señor; y por eso es que el Señor tiene que tener a los demonios en el infierno, en la oscuridad, porque no aguantarían; el mejor lugar en el que pueden estar es en lo más oscuro del infierno. Dice el Señor: no me verá hombre y vivirá; el Señor se tiene que esconder; Él llena los cielos y la tierra; Él traspasa todo lo que nosotros somos, nuestros átomos, pero nosotros como que no lo vemos, no lo sentimos y somos tan atrevidos. (Ay Señor! Entonces dice allí en el verso 14: AY no podían los sacerdotes estar allí para ministrar, por causa de la nube; porque la gloria de Yahveh había llenado la casa de Dios@.

 

Edificar conforme a las delicadezas de Dios

De la misma manera como en Éxodo y en Crónicas se había descrito la edificación de la casa de Dios, también en Ezequiel, desde el capítulo 40, se ve la edificación del templo; y el Señor empieza a mostrar todas las delicadezas de la casa de Dios; pero ese trabajo de edificar conforme a las delicadezas de Dios, tiene un resultado final, es para una conclusión final y esa conclusión final es el Señor allí; esa es la conclusión.

El capítulo 40 de Ezequiel habla de la visión del templo, y empieza a describir la casa y el sacerdocio, las medidas del santuario, sus atrios, sus pórticos, todas esas medidas, y los hijos de Sadoc; o sea, la casa y el sacerdocio; y luego entonces las leyes del templo, y cómo Su pueblo está distribuido, las aguas que fluyen del templo; pero el final de todo en Ezequiel 48:35, dice: AEn derredor tendrá dieciocho mil cañas. Y el nombre de la ciudad desde aquel día será Yahveh-sama@; y si usted ve el significado en hebreo es Yahveh (está) allí; ese es el sentido final de todo el trabajo. Él está trabajando, trabajando con nosotros, purificándonos, enseñándonos, disponiéndonos para que Él esté allí. Él es  omnisciente, omnipresente, y como omnipresente está en todas partes; pero que esté allí, y desde allí Él se manifiesta, allí Él se reúne con el hombre, allí Él se declara y, digamos, allí Él se entrega como porción. Mi delicia es con los hijos de los hombres. Yo estoy trabajando con los hombres. Inclusive, digamos, que el trabajo de Dios es contender con nosotros.

 

El Señor contiende con nosotros


En Génesis dice así: ANo contenderá mi Espíritu con el hombre para siempre@ (Gé. 6:3); o sea, habla de todo lo que el Señor estaba haciendo todos esos años hasta el diluvio, contender con nosotros; pero digamos que mientras haya esperanza de que el Señor gane la contienda para que repose entre nosotros, digámosle al Señor: Señor, contiende conmigo, no te canses de contender conmigo. Por favor, sé longánimo, sigue conten­diendo, porque te quiero como mi porción. Nuestra porción es Yahveh, o Yahveh-sama.

Ustedes recuerdan, y termino para dar lugar a la cena del Señor, que muchas veces la última razón que el Señor daba para sus fieles era: Yo. Decía: harás esto, esto y esto; y lo harás así y así. Yo. Esa es la última razón. Nosotros siempre queremos una explicación final para todo, pero y )por qué esto? )y esto por qué? )pero y esto? por esto; hasta que llega a una última explicación, a un punto final, y el punto final es la firma de Dios. Yo, y se acabó. No hay más por qué, no hay explicación, Yo soy el que soy y punto; se acabó. Yo, punto; esa es la última explicación, es todo el misterio de Dios consumado y revelado, es Dios. Aquello que estaba oculto, Aquel Mismísimo, aquí está; todo lo demás es un proceso, son como kinder, preparatoria, primer grado, uno más uno: dos. M-a, ma, pero.... es el Señor ahí, Él mismo. Él llena todo, pero se quiere expresar entre nosotros, de manera que se hace tan evidente que ya no es necesario explicarlo; los sacerdotes ya no tienen que entrar más; Moisés ya acabó lo que era su parte, ellos también acabaron; Salomón acabó; Ezequiel acabó; ahora es la hora del Señor.

Hermanos, el Señor se va a sentar en la tierra por medio de la Iglesia y no habrá necesidad de muchas explicaciones. Ahora tenemos que explicar y explicar, porque parece que el Señor está escondido, pero cuando el Señor está ahí, ya no hay que explicar más; cuando la presencia del Señor está, usted entiende el mensaje antes de empezar, porque Él está; pero si estamos cerrados, )cómo puede hacerse esto? vamos a decir como Nicodemo, )Cómo puede hacerse esto? y el Señor no le contestó cómo, sino que le dijo: )Eres tú maestro en Israel y no entiendes esto? A veces el Señor no contestaba las preguntas; a veces las contestaba de otra manera.

Hermanos, la contestación final, la razón final, es el Señor mismo allí; como cantábamos: Nacimos para ser un lugar para la presencia del Señor; que el Señor sea conocido en la tierra, como llegó a serlo a través de Jesucristo, y ahora Él se está formando en la Iglesia, exactamente para la misma cosa; porque Él no tiene ningún reparo en hacerse totalmente uno con nosotros. Tú en mí y Yo en ellos; la gloria que me diste, Yo les he dado, para que seamos uno, y para que el mundo crea que me has amado y los has amado.[11] El Señor nos ama, y porque nos ama, lo amamos. El Padre ama al Hijo y le muestra lo que Él hace; los demás están ciegos, no conocen el día de la visitación del Señor. El mundo no me verá más, pero vosotros me veréis. El Señor nos ayude a entenderlo a Él. Amén, amados.



[1]Enseñanza en la localidad de Teusaquillo, Bogotá D.C., el 19 de marzo de 1995. Transcripción: Marlene Alzamora 

[2]Cfr. 1 Pedro 2:5,9

[3]Cfr. Hebreos 11:23-27

[4]Cfr. Génesis 14:21-24; 15:1

[5]Cfr. Juan 14:21-24

[6]Cfr. Éxodo 20:18-20

[7]Cfr. Levítico 10:1-2

[8]Cfr. Hechos 2:43; 5:15

[9]Cfr. Juan 18:1-8

[10]Cfr. 2 S. 6:1-8

[11]Cfr. Juan 17

EL LUGAR ESCOGIDO POR YAHVEH

Por cristianogiv - 12 de Octubre, 2006, 17:50, Categoría: General

 LA CASA Y EL SACERDOCIO (37)




Capítulo XXXVII

 

EL LUGAR ESCOGIDO

POR YAHVEH[1]

 

 

Recapitulación de la ley.

Antes de la lectura de la Palabra nos vamos a ubicar en el momento de la revelación.  El tema es acerca del Santuario único, el lugar escogido por Yahveh.

El libro de Deuteronomio es una recapitulación de la ley de Dios, preparando al pueblo del Señor, que ya va a tomar posesión de la tierra prometida.  La palabra Deuteronomio viene de dos raíces griegas: ADeutero@, que quiere decir dos o segundo, y Anomos@, que significa norma o ley; es decir, que se trata de una segunda ley o recapitulación de lo que el Señor había estado enseñando a Su pueblo durante cuarenta años, desde Horeb en el desierto; y ya cuando aparece la segunda generación, dirigida por Josué y Caleb, y van a entrar a la tierra prometi­da, vuelve el Señor a recapitular la ley.  Y como ellos iban a poseer la tierra, a poner las plantas de sus pies en esas nueva tierra, ciudad por ciudad, iban a establecerse en esa nueva tierra de Canaán, entonces el Señor estableció principios, y uno de éstos es el del Santuario único que aquí leemos.



A1Estos son los estatutos y decretos que cuidaréis de poner po obra en la tierra que Yahveh Dios de tus padres te ha dado para que tomes posesión de ella, todos los días que vosotros viviereis sobre la tierra.  2Destruiréis enteramente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredaréis sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol frondoso.  3Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y sus imágenes de Asera consumiréis con fuego; y destruiréis las esculturas de sus dioses, y raeréis su nombre de aquel lugar.  4No haréis así a Yahveh vuestro Dios, 5sino que el lugar que Yahveh vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése buscaréis, y allá iréis.  6Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas; 7y comeréis allí delante de Yahveh vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en la cual Yahveh tu Dios te hubiere bendecido.  8No haréis como todo lo que nosotros hacemos aquí ahora, cada uno lo que bien le parece, 9porque hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os da Yahveh vuestro Dios.  10Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que Yahveh vuestro Dios os hace heredar; y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitaréis seguros.  11Y al lugar que Yahveh vuestro Dios escogiere para poner en él su nom­bre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hubiereis prometido a Yahveh.  12Y os alegraréis delante de Yahveh vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos, vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, y el levita que habite en vuestras poblaciones; por cuanto no tiene parte ni heredad con vosotros.  13Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que vieres; 14sino en el lugar que Yahveh escogiere, en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando.  15Con todo, podrás matar y comer carne en todas tus poblaciones conforme a tu deseo, según la bendición que Yahveh tu Dios te haya dado; el inmundo y el limpio la podrá comer, como la de gacela o de ciervo.  16Solamente que sangre no comerás; sobre la tierra la derramaréis como agua.  17Ni comerás en tus poblaciones el diezmo de tu grano, de tu vino o de tu aceite, ni las primicias de tus vacas, ni de tus ovejas, ni los votos que prometie­res, ni las ofrendas voluntarias, ni las ofrendas elevadas de tus manos; 18sino que delante de Yahveh tu Dios las comerás, en el lugar que Yahveh tu Dios hubiere escogido, tú, tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, y el levita que habita en tus poblaciones; te alegrarás delante de Yahveh tu Dios de toda la obra de tus manos.  19Ten cuidado de no desamparar al levita en todos tus días sobre la tierra.  20Cuando Yahveh tu Dios ensanchare tu territorio, como él te ha dicho, y tú dijeres: Comeré carne, porque deseaste comerla, conforme a lo que deseaste podrás comer.  21Si estuvie­re lejos de ti el lugar que Yahveh tu Dios escogiere para poner allí su nombre, podrás matar de tus vacas y de tus ovejas que Yahveh te hubiere dado, como te he mandado yo, y comerás en tus puertas según todo lo que deseares.  22Lo mismo que se come la gacela y el ciervo, así las podrás comer; el inmundo y el limpio podrán comer también de ellas.  23Solamente que te mantengas firme en no comer sangre; porque la sangre es la vida, y no comerás la vida juntamente con su carne.  24No la comerás;  en tierra la derramarás como agua.  25No comerás de ella, para que te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti, cuando hicieres lo recto ante los ojos de Yahveh.  26Pero las cosas que hubieres consagrado, y tus votos, las tomarás, y vendrás con ellas al lugar que Yahveh hubiere escogido; 27y ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar de Yahveh tu Dios; y la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de Yahveh tu Dios, y podrás comer la carne.  28Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que haciendo lo bueno y lo recto ante los ojos de Yahveh tu Dios, te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre@ (Deuteronomio 12:1-28).

 

La unidad del Cuerpo de Cristo en el santuario único.

Notamos aquí un interés del Señor en establecer un lugar para mantener la unión de su pueblo.  Para que el pueblo del Señor no sea dividido tiene que reunirse alrededor del nombre del Señor, en el lugar donde Él escogió poner Su Nombre; por eso dice también en Éxodo: AY harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos[2]@.  Vamos a ver en tipología algunos pasajes donde el Señor nos habla de la hechura del tabernáculo; por ejemplo en Éxodo 26 y 36.

Las cosas del Antiguo Testamento, como son el tabernáculo, como el santuario único, representan la Casa de Dios, el templo de Dios; y en el Nuevo Testamento el templo de Dios, la casa de Dios, es la Iglesia; es decir, el Cuerpo de Cristo.  El Señor coloca Su Nombre en Su Casa y quiere que Su pueblo, en todas las cosas, en su vida cristiana y en su vida religiosa, viva alrededor de Su santuario único, en función del Cuerpo de Cristo; no en muchos santuarios.  Hay un solo santuario; y no muchos cuerpos, pues hay un solo Cuerpo, y todo tiene que vivirse alrededor de Cristo, en función del Cuerpo de Cristo.


Dios no quiere reuniones alrededor de otro nombre o en función de otra casa; todas las reuniones de Su pueblo deben ser alrededor del Nombre de Cristo y en función del Cuerpo de Cristo, porque esto es lo que representa el santuario único.  En el contexto de Deuteronomio 12, hemos leído cómo el Señor recalca a Su pueblo: Mira que te cuides de no hacer esto en cualquier lugar; en éstos podréis comer carne, pero cuando se trata de los holocaustos, sacrificios, vuestros votos, vuestras ofrendas, o sea, el servicio al Señor, vas a venir al lugar que Dios escogiere, al santuario único, que representa el Cuerpo de Cristo.  Toda vida religiosa tiene que hacerse alrededor del santuario único, y no se pueden hacer muchos santuarios en muchos lugares, sino que debe hacerse uno solo, y debe ser en el lugar que Él mismo escogiere.  Tenemos que ver la unidad del santuario, la unidad del tabernáculo.

 

Símbolo para el tiempo presente.

Veamos algunas cosas referentes al tabernáculo; pero para poder leer entre líneas, vamos a Hebreos 3:5-6:

A5Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir; 6pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza@.

Moisés tuvo que ser fiel para hacer las cosas con cada detalle como le fue mandado.  En el capítulo 26 de Éxodo aparece lo que el Señor le manda a hacer a Moisés; y en el capítulo 36, está el cumplimiento fiel.  Cada cosa la hizo conforme al plano, conforme al modelo, conforme a la voluntad perfecta de Dios.  Moisés realizó todo con pelos y señales, tal como el Señor le había mandado.  Por eso dice en Hebreos que él fue fiel en toda la casa de Dios. )Para qué era esa fidelidad de Moisés? )Por qué el capítulo 36 es casi una copia del capítulo 26?  Para testimonio de lo que se iba a decir.  O sea que Dios algo tenía que decir.  Dios tenía que dar un testimonio a través de la casa de Dios; y Moisés tenía que levantar la casa de Dios conforme al modelo de Dios, y él fue fiel, porque lo que él estaba haciendo iba a ser testimonio que hablaría al futuro.  Dice en Éxodo 26:6:

AHarás también cincuenta corchetes de oro, con los cuales enlazarás las cortinas la una con la otra, y se formará un tabernácu­lo@.


El tabernáculo que levantó Moisés, la casa de Dios a la que él fue fiel, era un testimonio de lo que tenía que decirse en el futuro.  Dios tenía algo que enseñar acerca de esa construcción, de ese movimiento para fidelidad de Moisés en la casa de Dios.  Pero era en función de Cristo Jesús y del misterio de Cristo, la verdadera casa de la cual el tabernáculo era apenas una figura.  El verdadero jefe de la casa es Cristo Jesús.  El tabernáculo es apenas una figura de lo de ahora en el Nuevo Testamento; o sea que tenemos que leer entre líneas, porque se construyó para dar un testimonio en relación de Cristo y Su Iglesia.  Dice en Hebreos 9:6a,8,9a:

A6Y así dispuestas estas cosas... 8dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie.  9Lo cual era símbolo para el tiempo presente@.

Aquí en Éxodo 26, nos habla en todo el capítulo de cómo era la disposición de la casa, lo que había en el tabernáculo.  Las disposiciones del tabernáculo eran un lenguaje tipológico que usaría el Espíritu Santo para dar a entender ciertas cosas.  Aquí no entra en todos los detalles, porque dice que aún son muy niños para recibirlas, y no lo dice todo, sino que pone las claves para seguir la interpretación.  De acuerdo a Hebreos, todo lo que pasaba en el tabernáculo era símbolo para el tiempo presente, para que el Espíritu Santo a través de la disposición de las cosas, conforme al modelo de Dios, diera un testimonio de algo que debía decirse en relación a Cristo y Su Iglesia; Cristo y Su Casa.  Aquello era una figura un símbolo, un lenguaje del Espíritu Santo.  Dice en Hebreos 9:23:

AFue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos@.

Hay figuras de las cosas celestiales.  Todo el tabernáculo y todo el servicio del tabernáculo, y los sacrificios, etcétera, eran una figura de las cosas celestiales.  Leemos en Hebreos 10:1:

APorque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan@.

Es decir, que lo que leemos en la ley es una sombra de los bienes venideros; pero los bienes venideros comienzan a partir del Nuevo Testamento.  ALa ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo[3]@.  Moisés fue fiel para dar testimonio de lo que había de decirse, pero Cristo es el verdadero Hijo sobre Su Casa, y esa casa es la Iglesia, la cual somos nosotros.

 


La Iglesia es el templo de Dios.

Hay varios pasajes donde se nos enseña que la Iglesia es el templo de Dios, el tabernáculo.  El santuario único está representando al misterio de Cristo y Su Iglesia.  Leemos en 1 Corintios 3:9:

APorque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios@.

Por eso dijo Jesús: A(Yo) edificaré mi iglesia[4]@.  Dios le dijo a David: Tu hijo me edificará casa; es decir, que lo que Dios quiere con el Hijo de David es edificar para Dios una casa, una casa para la plenitud de Dios.  Por eso el Señor dice: Cuando ustedes vengan a poseer la tierra, van a levantar un santuario único en el lugar que yo escogiere allí, y no lo van a hacer de cualquier manera, ni el cualquier parte, sino en el único lugar escogido; y todo se tiene que hacer alrededor de ningún otro nombre que el de Cristo.  Por tal motivo somos sólo Acristianos@, sin ningún otro nombre adicionado.  Porque el único nombre que será invocado, será el del Señor; y el santuario que el Señor quiere es único, y el santuario único es el Cuerpo de Cristo, es la Casa de Dios, que se tiene que edificar conforme al plano de Dios, porque Dios ha dispuesto esas cosas como símbolo, como figura, como sombra de los bienes venideros, como testimonio de algo que se tiene que decir.  El verdadero santuario, la verdadera Casa de Dios, somos nosotros, la Iglesia; nosotros somos el edificio de Dios.  Dice en 2 Corintios 6:16:

A)Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos?  Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo@.

Porque vosotros, o sea, la iglesia de Corinto, la iglesia en la localidad, todos los santos que están en Cristo Jesús en Filipos o en Corinto, o en cualquier otra localidad, formáis el Cuerpo de Cristo, la casa de Dios; sois el único santuario.  El Señor lo que desea es un santuario único en cada localidad.  La localidad, en el Nuevo Testamento, es el sitio escogido por Dios para Su casa; una sola iglesia por localidad.  Dice en Efesio 2:19-22:


A19Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciuda­danos de los santos, y miembros de la familia de Dios, 20edifi­cados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22en quien vosotros también sois juntamente edifica­dos para morada de Dios en el Espíritu.@

Miembros de la familia de Dios.  Efesios nos muestra la Iglesia como el Cuerpo de Cristo, como el nuevo hombre, como la ciudad de Dios, como la familia de Dios, como el templo de Dios, como la casa para la plenitud de Dios.  En el versículo 20 habla de Aedificados@; porque somos un edificio, hemos sido edificados.  AÉl me edificará una casa@, dijo el Padre refiriéndose a Salomón, hijo de David, figura de Cristo.  Luego prosigue en el versículo 21, diciendo: AVa creciendo para ser un templo santo@; y en el versículo 22, la Iglesia, como templo de Dios, aparece como morada de Dios en el Espíritu.  Dios no habita en templos o moradas hechas por mano de hombres, sino que el templo de Dios somos nosotros, la iglesia en cada localidad.  Por tal motivo Dios dio instrucciones de que no se hiciera sino un santuario único, porque el Cuerpo de Cristo es uno solo; por eso sólo tiene que hacerse en el lugar que Dios escogiere, y tiene que ser en el Nombre del Señor; no en el nombre de una sucursal de algo inferior al Cuerpo.  No hay otro testimonio sino el de Dios, y es en la casa única de Dios, y que incluye a todos los que están en ella, alrededor de ella, y que es la depositaria del depósito de Dios.  Aquí se va a enfatizar por ahora únicamente en la insistencia de Dios en la unidad del tabernácu­lo.  Volvemos a Éxodo 26:1-6:

A1Harás el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; y lo harás con querubines de obra primorosa.  2La longitud de una cortina de veintiocho codos, y la anchura de la misma cortina de cuatro codos; todas las cortinas tendrán una misma medida.  3Cinco cortinas estarán unidas una con la otra, y las otras cinco cortinas unidas una con la otra.  4Y harás lazadas de azul en la orilla de la última cortina de la primera unión; lo mismo harás en la orilla de la cortina de la segunda unión.  5Cincuenta lazadas harás en la primera cortina, y cincuenta lazadas harás en la orilla de la cortina que está en la segunda unión; las lazadas estarán contrapuestas la una a la otra.  6Harás también cincuenta corchetes de oro, con los cuales enlazarás las cortinas la una con la otra, y se formará un tabernáculo@.


Vemos las diez cortinas interiores.  El número diez es un número de completación, un número universal.  Las manos se completan con los diez dedos, los pies tienen diez dedos, las diez vírgenes, los diez cuernos; y por esto el tabernáculo es con el número diez.  Las cortinas son de lino fino torcido.  El lino representa la justicia por la misericordia de Dios.  Está escrito en Apocalipsis que la esposa va vestida de lino, que es las acciones justas de los santos, por concesión[5].  El azul representa lo celestial, el púrpura representa el reinado, y el carmesí o rojo, representa la redención.  Aquí aparecen unos querubines. )Por qué estos querubines?  Porque el trabajo del Señor tiene también la intervención angelical; por esto es que cuando el Señor le mostró el sueño a Jacob, y allí le empezó a mostrar el motivo de Su plan divino, le mostró Bet-el, que quiere decir, casa de Dios, y la casa de Dios era aquel lugar donde el Señor ponía los pies en la tierra, y por esto había una escalera que comunicaba el cielo con la tierra; entonces los ángeles subían y bajaban por la escalera[6].  Por eso hay querubines en el tabernáculo.

Por esto Jesús le dijo a Natanael: ADe aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre@ (Juan 1:51).  Jesús es la primera piedra, la piedra principal, la Cabeza del Cuerpo, lo que representa Jacob cuando puso la primera piedra y derramó aceite sobre ella, reconociéndola como la primera piedra de la Casa de Dios, la piedra de cabecera.  La piedra principal es Jesús; pero las demás piedras somos nosotros.  Por esto el Señor le dijo a Pedro: Pedro, tú eres una piedra; antes eras Simón, pero ahora que sabes quién soy Yo, Yo te digo que eres Pedro, una piedra, y sobre esta roca (Jesús, la roca principal), edificaré mi iglesia[7].  Cada uno de nosotros somos una piedra viva de la casa de Dios.

A4Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, 5vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdo­cio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.@ (1 Pe. 2:4-5).

Aquí la casa de Dios es espiritual.  Nosotros no vemos a los apóstoles edificando casas o templos materiales, pero sí reuniéndose por las casas, porque la casa de Dios somos nosotros.  Somos Aedificados para morada de Dios en el Espíritu@.  AHabitaré en medio de ellos@, dijo Dios, porque lo que el Hijo está haciendo es la casa de Dios, y para que more el Padre.  Nuestro interés no es otro que edificar la casa de Dios, el Cuerpo de Cristo; y cada santo es llamado a la obra del ministerio, no para edificar misiones particulares, no para edificar denominaciones, ni para edificar su propio auditorio privado, sino que debemos edificar el Cuerpo de Cristo.

 


El Cuerpo de Cristo en cada localidad

)Cómo aparece el Cuerpo de Cristo en cada localidad?  Como un solo candelero, porque es una sola iglesia.   El candelero representa a la iglesia en la localidad, y el santuario a la Iglesia universal.  Dios no quiere que seamos edificados sólo en lo individual; él quiere edificarnos como casa espiritual; Él desea juntarnos a todos los hijos como una sola casa, y esta casa es el templo de Dios, el santuario único.  Dios no quiere que haya lugares altos rivales del santuario único; Dios quiere que se haga todo en el lugar que Él escogió; el lugar es el terreno donde se edifica la casa.  Pedro dice: ASed edificados...@; es decir, por favor, déjense edificar como casa espiritual para ofrecer sacrificios espirituales.  En Hebreos nos explica que éstos son muchos, como la oración, la alabanza, la ayuda mutua, etcétera.  Ya estamos seguros de cuál es la casa; ya no dudamos de que la casa es el Cuerpo de Cristo; la casa de Dios, la verdadera casa, el verdadero templo de Dios, el tabernáculo de Dios, es la Iglesia; y Dios no quiere sino un solo, y quiere que nos dejemos edificar como casa de Dios, como casa espiritual.  El Señor quiere presentarse una Iglesia santa y gloriosa.  Y )cómo aparece la Iglesia del Señor en la tierra?  Como un candelero en cada localidad.

De acuerdo con el versículo 3 de Éxodo 26, las cortinas eran unidas una con la otra en la construcción del tabernáculo.  Con el número diez, que representa todas las naciones, Dios quiere que se haga un solo tabernáculo, el Cuerpo de Cristo, la Iglesia universal.  En el versículo 4 aparecen unas lazadas de azul, porque es Dios quien enlaza a unos con otros con lo celestial; y el versículo 6 termina diciendo: Ay se formará un tabernáculo@.  Dios con una sola cortina no hace nada; tiene que entrelazar las cortinas, una a una con lazadas de azul, o sea con lo celestial.

El Señor quiere el testimonio del candelero, y un solo tabernáculo, la casa de Dios, localmente una, universalmente una.  Enlazadas para que estén juntas, no para que cada uno ande por su lado; pero no, si tú fuiste llamado, debemos adorar en la misma casa; tú y todos los hijos de Dios, en una sola casa, que es el Cuerpo de Cristo; y Dios no quiere que andemos sin saber el uno del otro, sino entrelazados con lo azul, para conformar un solo tabernáculo, un solo santuario.  Es difícil hacer esto, pues para hacer las cortinas, luego cortar y luego entrelazar, y empezar a crecer, aquí recibiremos algunos agujazos y cortes; pero así es como se enlaza.


Como por ahora veremos sólo el aspecto de unidad, que es el que estamos analizando, en Éxodo 26 pasamos al versículo 9, donde dice: AY unirás@, y al verso 11, donde dice: AY enlazarás las uniones para que se haga una sola cubierta@; que se forme un solo tabernáculo, que se haga una sola cubierta.  Luego el verso 14 repite: AUna cubierta@.  Hoy en día hay muchas supuestas coberturas.  Hoy no quiero estar con fulano, me voy para otra cubierta.  La cobertura del Cuerpo es Cristo, es una sola; todo el ministerio constituído por Cristo en coordinación espiritual.  Por eso es que cuando Pablo, Bernabé y Tito estaban por su lado haciendo el trabajo, y Pedro, Jacobo y Juan por otro, vino el Espíritu Santo y les dijo: Se van a reunir todos en Jerusalén, y van a conversar todos juntos y en privado.  Los que asumimos la posición, el principio y el terreno de la unidad, incluímos a todos los redimidos.

 

La edificación de la casa de Dios

Veamos cómo Ezequías celebró la pascua con corazón abierto y actitud inclusiva.  Leamos en 2 Crónicas 30:1:

AEnvió después Ezequías por todo Israel y Judá, y escribió cartas a Efraín y a Manasés, para que viniesen a Jerusalén a la casa de Yahveh para celebrar la pascua a Yahveh Dios de Israel.@

Aquí se toma la comunión del Cuerpo; esa fue la que tomó el Señor en la Santa Cena; la de los panes sin levadura, la comunión del cuerpo.  Cuando se celebraba la pascua, se celebraba la comunión del cuerpo.  Por eso dice Pablo en 1 Corintios 5:7,8:

A7Limpiaos, pues de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois;porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificda por nosotros.  8Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad@.

Allí se celebraba también la fiesta de los panes sin levadura.  En el Nuevo Testamento aquella fiesta era una figura de la comunión del Cuerpo.  Así el Señor, cuando era la pascua, tomó el pan sin levadura y dijo: Este es mi cuerpo; tomad y comed; y el pan que es partido es la comunión del cuerpo (1 Corintios 10:16,17), y el pan partido es pan sin levadura; es decir, que cuando ellos venían en tiempos de Ezequías, estaban dispersos y fueron invitados a tomar la cena en el santuario único.  Ellos fueron y se humillaron y participaron.  Entonces, desde el versículo 14 hasta el versículo 26, de 2 Crónicas 30, ellos celebran la pascua en comunión y derriban los altares rivales.  El ministerio se santifica y trabaja coordinado.  Quitaron todos los altares, los otros distintos del santuario único, porque ellos los habían tenido antes en otras partes y no en el santuario único.  Los tenían en los lugares altos; no había comunión del cuerpo, la de la casa de Dios, la del santuario único.  Las divisiones son lugares altos rivales al santuario único.


Según el verso 26, Dios sanó al pueblo, y según el versículo 25 hubo gran regocijo.  No se había hecho cosa semejante en Jerusalén, porque cuando David preparó el terreno y los materiales, Salomón edificó la casa; pero muerto Salomón, se dividió el reino: unos con Roboam y otros con Jeroboam.  Se dividió el reino y se formó el lío; pero el Espíritu trataba de reunir; lo hizo con Ezequías, insistió con Josafat, con Josías, hasta que fueron llevados a Babilonia, y después de setenta años regresaron de allí Zorobabel, Josué, Esdras, Ageo, Zacarías y Nehemías, y fue reconstruido el templo. )Quiénes edificaron la casa?  Los que fueron despertados por el Espíritu y los que regresaron de Babilonia, fueron quienes construyeron la casa.  Los demás se quedaron con lo suyo propio en Babilonia.

)Qué es la edificación de la casa de Dios?  El servicio de la edificación del Cuerpo de Cristo.  Lo que el Señor quiere es que todo se haga en Cristo, por el Cuerpo de Cristo, y que nuestro testimonio sea el del Cuerpo de Cristo; que no seamos otra cosa sino piedras vivas del Cuerpo de Cristo.  El Cuerpo de Cristo nos incluye a todos; pero si otros no quieren tomar conciencia, como en tiempos de Ezequías, nosotros sí tomamos conciencia.  Ellos dicen que son otra cosa, pero nosotros los aceptamos como hermanos y los entendemos; ellos dicen que son de Pablo, o de Apolos, o de Cefas, y nos tildan de raros o de otra cosa, pero todos somos hermanos, aunque unos digan que son de Pablo, y otros de Apolos.  Sabemos que Pablo es nuestro, que Apolos es nuestro, y que todos somos de Cristo; y la Iglesia debe celebrar la fiesta de los panes sin levadura; no en el sentido judaico, sino en el sentido espiritual neotestamentario.

)Cuál es la fiesta de los panes sin levadura?  La comunión del Cuerpo.  El pan que partimos es la comunión del Cuerpo.  Entonces no es la comunión de tal misión, de tal denominación; estos son la rivalidad de los lugares altos.  De lo que se trata es de la Iglesia, la única, la que tiene a Cristo; y todos somos de Cristo, y queremos la comunión con todos, y está abierta para los hermanos.  Algunos se burlan; el problema es de ellos.  En cuanto a nosotros se refiere, no podemos ser menos que el Cuerpo de Cristo, ni menos que la iglesia en el lugar donde el Señor quiere que esté, en la localidad, según el Nuevo Testamento, como un solo candelero.


[1]Enseñanza a la iglesia en la localidad de Usaquén, Santafé de Bogotá D.C., Colombia, en mayo 4 de 1992. Transcripción: Emilia de Rodas.

[2] Éxodo 25:8

[3] Juan 1:17

[4] Mateo 16:18

[5]Cfr. Apocalipsis 19:8

[6]Cfr. Génesis 28:10-19

[7] Paráfrasis de Mateo 16:18

EL SANTUARIO ÚNICO

Por cristianogiv - 12 de Octubre, 2006, 17:40, Categoría: General

 

LA CASA Y EL SACERDOCIO (38)


Capítulo XXXVIII

 

EL SANTUARIO ÚNICO[1]

 

 

Lectura bíblica


A1Estos son los estatutos y decretos que cuidaréis de poner por obra en la tierra que Yahveh el Dios de tus padres te ha dado para que tomes posesión de ella, todos los días que vosotros viviereis sobre la tierra. 2Destruiréis enteramente todos los lugares donde las naciones que vosotros heredaréis sirvieron a sus dioses, sobre los montes altos, y sobre los collados, y debajo de todo árbol frondoso. 3Derribaréis sus altares, y quebraréis sus estatuas, y sus imágenes de Asera consumiréis con fuego; y destruiréis las esculturas de sus dioses, y raeréis su nombre de aquel lugar. 4No haréis así a Yahveh vuestro Dios, 5sino que el lugar que Yahveh vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése buscaréis, y allá iréis. 6Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas y de vuestras ovejas; 7y comeréis allí delante de Yahveh vuestro Dios, y os alegraréis, vosotros y vuestras familias, en toda obra de vuestras manos en la cual Yahveh tu Dios te hubiere bendecido. 8No haréis como todo lo que hacemos nosotros aquí ahora, cada uno lo que bien le parece, 9porque hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os da Yahveh vuestro Dios. 10Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que Yahveh vuestro Dios os hace heredar; y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitaréis seguros. 11Y al lugar que Yahveh vuestro Dios escogiere para poner en él su nom­bre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hubiereis prometido a Yahveh. 12Y os alegraréis delante de Yahveh vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos, vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, y el levita que habite en vuestras poblaciones; por cuanto no tiene parte ni heredad con vosotros. 13Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que vieres; 14sino que en el lugar que Yahveh escogiere, en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando@ (Dt. 2:1-14).

 

Cristo quita el velo

El Nuevo Testamento nos enseña que hay principalmente dos maneras de leer el Antiguo. El apóstol Pablo, en la llamada segunda carta a los Corintios, nos habla de esas dos maneras de leer a Moisés. *Y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. Pero el entendimiento de ellos se embotó... + Israel cuando leía pasajes como el que acabamos de leer de Moisés, tenía el entendimiento embotado. *...Porque hasta el día de hoy cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. Y aún hasta el día de hoy cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al Señor el velo se quitará+ (2 Co. 3:13,16).

Con esto, el Espíritu Santo nos enseña lo relativo a esas dos maneras de leer a Moisés: con velo, y sin velo. Podemos leer a Moisés como lo leían los israelitas con el entendimiento embotado; pero podemos también leer a Moisés, ya no desde la sinagoga, sino en Cristo y desde la Iglesia. Dios nos conceda leer a Moisés sin velo, en Cristo, penetrando en el sentido espiritual que Dios anticipaba cuando habló por Moisés aquellas cosas.

La epístola a los Hebreos nos dice precisamente al respecto lo siguiente: *Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se lba a decir+ (He. 3 :5). Moisés fue fiel no solamente en función de su época. Al leerlo se puede leer mucho más que una mera historia del pasado. En los tiempos del Nuevo Pacto algo habría que decirse, para lo cual Dios usó la fidelidad de Moisés. El Antiguo Pacto era la época de las figuras, de los símbolos, de la tipología. Dios tenía la intención de decir hoy lo que simbolizaban, figuraban y tipificaban las cosas ocultas tras el velo. Por eso también se dice en Hebreos 10:1 que la Ley tenía *la sombra de los bienes venideros+.


Cuando la luz alumbra desde atrás un cuerpo que viene, llega primero la sombra que proyecta el cuerpo, y luego aparece la realidad. La sombra anuncia la realidad que se acerca. Cristo nos enseña a leer en la sombra la realidad de Su misterio que produce la proyección. Por eso escribía también Pablo a los Colosenses: *Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, novilunios o sábados, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo (es decir, la realidad que proyectaba esa sombra) es de Cristo+ (Col. 2:16,17). Hoy no estamos en el tiempo de la sombra, la figura y el mero símbolo, del velo para afuera, sino en el tiempo de la realidad y el anticipo de los poderes del siglo venidero. Cristo nos quita el velo para que podamos experimentar las realidades propias del Nuevo Testamento.

 

Figuras y realidad de las cosas celestiales

En el capitulo 9 de la epístola a los Hebreos se nos describe el tabernáculo que levantó Moisés, lo que había en el Lugar Santo, en el Lugar Santísimo, y dentro del arca, la disposición de estas cosas, y dice: *Así dispuestas estas cosas...+, mostrando también cómo el sumo sacerdote entraba con sangre una vez al año; y entonces en el versa 8 dice: *Dando el Espíritu Santo a entender con esto que... +; es decir, que con las disposiciones del tabernáculo y su servicio, el Espíritu Santo está dando hoy a entender cosas propias del Nuevo Testamento.

Por lo tanto, no debemos leer a Moisés con velo, sino penetrar detrás del velo y entender el sentido espiritual de aquellas disposiciones. En el siguiente versículo dice: *Lo cual es símbolo para el tiempo presente+.Así que cuando nos encontramos con pasajes como este de Deuteronomio 12, no estamos simplemente leyendo historia antigua acerca de holocaustos y sacrificios en un santuario único, sino que también estamos leyendo figuras, símbolos, sombras, ejemplos con los cuales el Espíritu Santo quiere decirnos algo para el tiempo presente. Hebreos 9:23 sigue diciendo: * Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas con mejores sacrificios que estos+. Así que hay figuras de las cosas celestiales, y hay las cosas celestiales mismas propias de la realidad que introduce el Nuevo Testamento.


El capítulo 10 de la primera epístola del apóstol Pablo a los Corintios nos recuerda las jornadas de Israel en el desierto, y en el versículo 6 dice: *Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros+. Por lo tanto, están escritas en función de la experiencia cristiana. Lo mismo dice el versículo 11: *Y estas cosas acontecieron como ejemplo y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos+. Lo mismo escribió Pablo a los romanos: *Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que par la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza+ (Ro. 15:4). Estos versículos no sólo nos autorizan, sino que también práctica­mente nos obligan a interpretar estos pasajes de Moisés y otros del Antiguo Testamento, en su sentido espiritual para hoy.

Con esta base consideremos, pues, el pasaje leído de Deuteronomio 12 :1‑14.

 

El verdadero santuario único

El Señor Jesús trasladó el entendimiento de Su pueblo, del templo físico a Su propia persona y a la Iglesia. Moisés levantó el tabernáculo, Salom6n levantó el templo, templo que fue destruido por Nabucodonosor, y restaurado por Zorobabel. Luego fue ampliado por Herodes, y los discípulos de Jesús se lo mostraban admirados. Pero el Señor había dicho: *Destruid este templo, y en tres días lo levantaré+ (Jn. 2:19). Y le criticaban diciendo: *En cuarenta y seis años fue edificado este templo, )y tú en tres días lo levantarás?+ (V. 20). Pero cuando resucitó el Señor Jesús al tercer día de entre los muertos, el apóstol Juan dice que sus discípulos entendie­ron que se refería al templo de Su cuerpo, el cual era figurado por el templo (cfr. v. 22). Y Su cuerpo también lo es por la Iglesia, como está escrito: *...Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza del principio+ (He. 3:6).

De manera que la verdadera casa de Dios, el verdadero Santuario Único, de lo cual lo anterior era apenas figura, es referido en el Nuevo Testamento como el misterio de Cristo, del cual el Señor Jesús es la cabeza y vida, y la Iglesia los miembros de Su cuerpo. He allí, pues, el verdadero Santuario Único. El Señor Jesús mismo es la verdadera habitación de Dios donde Yahveh quiso poner Su nombre. El Verbo de Dios se tabemaculizó entre nosotros como hombre. Y también este Cristo, por medio de Su Espíritu, entró a habitar en una casa espiritual que es Su pueblo, la familia única de Dios. Por lo tanto, nosotros somos edificados como templo santo sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, para morada de Dios en Espíritu. La piedra principal del edificio, la del ángulo, es Jesucristo mismo. Y Él es el fundamento sobre el cual crece coordinado el edificio del templo santo, el Santuario Único.[2]


Cuando David quiso construirle casa a Dios, se le respondió que él había derramado mucha sangre, por lo cuaI no podría edificar tal casa; pero su hijo, el Hijo de David, Él sí le edificaría casa a Dios, y Dios le sería por Padre, y Él le sería por Hijo. Salomón ciertamente levantó el templo, pero eso fue apenas la figura, la maqueta; el verdadero Rey de Paz, el verdadero Hijo de David, del cual Salomón era apenas una figura, fue el Señor Jesús, y el verdadero templo es la Iglesia.

Así le llamó Bartimeo: A(Hijo de David, ten misericordia de mi!@ (Mr. 10:48). Y como Hijo de David fue recibido con 'hosannas' al entrar montado en un burrito a Jerusalén.[3] Por eso Mateo comienza su evangelio reconociendo al Señor Jesús como Hijo de David. Por eso también Esteban recuerda las palabras de Dios en Isaías 66:1,2: AEl cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies. )Qué casa me edificaréis? Dice el Señor; )o cuál es el lugar de mi reposo? )No hizo mi mano todas estas cosas?@ (Hch. 7:49).

La verdadera casa de Dios no hecha por manos de hombres es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ustedes saben que no me estoy refiriendo a ninguna denominación especifica, sino a la suma de todos los verdaderos hijos de Dios, efectivamente limpiados por Su sangre y regenerados por Su Espíritu. Estos son los miembros del cuerpo, las piedras vivas de la casa, del Santuario Único.

Por lo tanto éste se refiere al misterio de Cristo. El misterio de Cristo es el cuerpo de Cristo encabezado por el Señor Jesús. Esa es la verdadera casa de Dios de la cual Yahveh decía: *Cuídate de no ofrecer tus holocaus­tos en cualquier lugar que vieres+ (Dt. 12:13). Ninguna consagración y servicio verdadero es posible fuera de Cristo, fuera de Su Espíritu y fuera de la comunión del cuerpo de Cristo.

 

El lugar de la consagración y el servicio

Debemos buscar el lugar escogido por Dios. Ese es el lugar de la consagración y el servicio legítimos. Allí es donde se ofrecen los holocaus­tos, los sacrificios, los votos, las ofrendas, los diezmos, las primicias. Sólo encontraremos a Dios en Cristo, a Cristo en Su Espíritu, a Su Espíritu en Su Palabra y cuerpo. Toda actividad religiosa del hombre es casi práctica­mente inútil si no se realiza en el único lugar escogido por Dios para adorar. Ese lugar es en Cristo, en el Espíritu, y en la comunión del cuerpo de Cristo. Justicia propia, adoración meramente natural y división no son consagración ni servicio verdaderos, ni son agradables a Dios. Todo lo que no sea hecho en Cristo, todo lo que no sea hecho en unión con Su Espíritu, y en función de la edificación de Su cuerpo, es un servicio fuera de lugar.


No es suficiente un altar; éste debe estar en su sitio, en el Santuario Único. La casa se edifica en la buena tierra; y la buena tierra es Cristo. Debemos destruir todo altar rival en cualquier lugar levantado. Debemos dejar tan sólo la habitación de Dios. Toda idolatría, espiritismo, animismo, jactancia propia, sectarismo, son abominación a Dios. El único nombre en el que podemos ser salvos es el del Señor Jesús.[4] Allí puso Dios Su nombre para Su habitación y para recibir adoración. Nadie va al Padre sino por Él. Nadie tiene vida ni puede servir verdaderamente a Dios si no es en Él.

La cabeza del cuerpo es la primera parte del misterio; la segunda es la Iglesia, que bien sabemos que no es un templo de piedra ni de madera. Somos la Iglesia las veinticuatro horas del día y de la noche en cualquier lugar. No vamos a la *iglesia+; somos la Iglesia que va en Su nombre a todas partes. La Iglesia trabaja, descansa, va al mercado, vuelve a casa, se reúne en uno o más lugares, todo en Cristo, en el Espíritu y en la comunión del cuerpo único. Allí es donde se ofrece a Dios sacrificios espirituales agradables a Dios por Jesucristo.

 

La verdadera adoración

Sólo podemos servir a Dios en Cristo, pues lo que proviene del Adán caído ya no le es agradable. La carne y la sangre no heredarán el reino de Dios.[5] Necesitamos de la inspiración y el sustento del Espíritu de Cristo que nos ha bautizado en un solo cuerpo. Este es el lugar que nos fue dado; éste buscaremos. Si no es en el Espíritu de Cristo, entonces es meramente en Adán, cuya condición caída heredó nuestra carne.

La herencia de Cristo solamente la tenemos en Su Espíritu. Todo lo demás se encuentra fuera del lugar escogido por Dios para adorar.

Jesús dijo a la samaritana que Dios es Espíritu y es necesario adorarle en Espíritu y en verdad (Cfr. Juan 4:24). Baste ya de discusiones acerca del lugar de adoración, de consagración y de servicio a Dios. No tomare­mos el camino de Jeroboam, quien se robó para sí al que debería ser pueblo de Dios, edificando santuario y sacerdocio rival. La viña pertenece al Hijo de Dios. A Dios se le adora y sirve en el espíritu. El Espíritu Santo nos bautiza en un solo cuerpo (cfr. 1 Co. 12:13). Sólo andando en Su Espíritu estaremos verdaderamente en Cristo. Quien no nace del Espíritu, no puede entrar, y ni siquiera ver, el reino de Dios (cfr. Jn. 3:3,5). La regeneración es necesaria por causa del estado adámico caído. Solo recibiendo a Cristo y andando en Su Espíritu estaremos en el cuerpo.


Trabajar en la carne es hacer cada uno lo que bien le parece. Es necesario cruzar el Jordán, muriendo en Cristo a nosotros mismos, lo que implica también morir al divisionismo sectario. Sólo en la buena tierra tendremos reposo. La dirección de Dios es que vivamos por la fe de Cristo, en Su Espíritu, y en la unidad y comunión de Su único cuerpo, en lo universal y local, lo cual es la verdadera casa de Dios que el Hijo de David le edifica al Padre. Yo edificaré mi Iglesia, dijo el Señor. La cual casa somos nosotros si permanecemos firmes hasta el fin en la confianza del principio.

Todo este pasaje de Deuteronomio 12 es para nosotros hoy. Derribe­mos, pues, todo lugar de adoración rival a la habitación donde Dios puso Su nombre. Terminemos de cruzar el Jordán y ofrezcamos en el reposo del Espíritu nuestra consagración a Dios en la buena tierra que es Cristo donde debemos levantar el Santuario Único.

 



[1]Enseñanza de la obra en Tolú, Sucre, Colombia, en agosto 12 de 1997.

[2]Cfr. 1 Pedro 2:4,5,9; Juan 1:14; Efesios 2:20-23

[3]Cfr. Mateo 21:1-11

[4]Cfr. Hechos 4:12

[5]Cfr. 1 Corintios 15:50

LA CASA Y EL SACERDOCIO

Por cristianogiv - 12 de Octubre, 2006, 15:02, Categoría: General

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LIBRO:

LA CASA Y EL

SACERDOCIO


por:  Gino Iafrancesco V.



8 *La Casa y el Sacerdocio+ Autor: Gino Iafrancesco V. - 1992 - 2002. Los derechos son del autor.

 

 

PREFACIO

 

El presente libro: "La Casa y el Sacerdocio", está formado por la colección de varias series de conferencias de Gino Iafrancesco V. relacionadas temáticamente con el tema del título, aunque proferidas en diferentes lugares y tiempos a lo largo de la década que va de 1992 a 2002.

Las series de conferencias que conforman este libro, se agrupan, pues, aquí, no según un criterio cronológico, ni geográfico, sino temático, siguiendo el orden de asuntos según éstos aparecen en las Sagradas Escrituras. Puesto que las conferencias y sus series fueron ministradas en diferentes tiempos y lugares, por lo tanto, a veces hay ciertas repeticiones, que se toleran por causa de la utilidad de lo complementario.

Tales series fueron ministradas, según su cantidad, en Teusaquillo, Usaquén (localidades de Bogotá D.C., Colombia), Guarujá (SP, Brasil), Arbeláez (Cundinamarca, Colombia), Tunjuelito (otra localidad de Bogotá D.C.), Melgar (Tolima, Colombia), Chinauta, Ubalá (ambas también en Cundinamarca) y Tolú (Sucre, Colombia).

Las conferencias fueron transcritas, también según su cantidad, por Marlene Alzamora, Maximino Ramírez, Emilia de Rodas, Arcadio Sierra, Alexander de Guarujá, Alejandro Pacheco, Germán Baracaldo, Germán Cárdenas, Johanna Alvarado, Orlando Salamanca, Andrés Salamanca, María Mercedes Lozano y Lucía Lozano. Las transcripciones fueron revisadas por el autor. De sistemas y subtítulos se encargó Arcadio Sierra Díaz; y de la publicación se hizo cargo el consejo editorial de Cristianía Ediciones.

El autor agradece inmensamente a todas las personas que apreciaron el contenido de este libro y trabajaron arduamente en todas las etapas de su publicación. Se encomienda en las manos de Dios nuestro Salvador, y en las de aquellos que se alleguen a él con el deseo de conocer la Palabra de Dios para obedecerla.

Así como los libros del autor: "Roma en la profecía de Daniel" y "Aproximación al Apocalipsis" forman un binomio, y los libros "Aproxi­mación a Crónicas" y "El Templo de Dios" forman otro binomio, y los libros "La Administración Apostólica de los Misterios de Dios" y "Los Misterios del Reino de los Cielos en las parábolas del Señor Jesucristo" forman un tercer binomio, y las series "Frente a la Caída" y "Provisiones del la Cruz" están formando otro binomio que será una trilogía al completarse "Provisiones de la Resurrección", así también ahora, "El Libro de las Jornadas" conforma otro binomio con este libro de "La Casa y el Sacerdocio".


 

INDICE

 

1. Bases neotestamentarias de la tipología.

2. Beth-el

3. Un santuario para Dios

4. Panorámica del Tabernáculo

5. Primera introducción a la tienda

6. Cuidados en relación con el arca del pacto

7. Las medias medidas del arca del pacto

8. La cornisa del arca del pacto

9. Los anillos y varas del arca del pacto

10. El testimonio de Dios en el arca del pacto

11. La triple modalidad del testimonio de Dios en el arca del pacto

12. Señal para los rebeldes en el arca del pacto

13. El propiciatorio

14. Querubines en los extremos del propiciatorio

15. Allí me declararé a vosotros

16. La mesa de los panes de la proposición

17. El Candelero

18. El Tabernáculo

19. Las Cortinas

20. Los Corchetes

21. Las Lazadas

22. Las tablas y las barras

23. El altar de bronce

24. EL Atrio

25. El real sacerdocio del Nuevo Testamento

26. Sacrificios espirituales del sacerdocio neotestamentario

27. Funciones del real sacerdocio

28. Visión general de las vestiduras sacerdotales

29. El efod

30. El pectoral

31. El manto, la mitra, la túnica y los calzoncillos

32. La consagración sacerdotal

33. La colegialidad del ministerio

34. El óleo de la santa unción

35. El altar de oro del incienso

36. La presencia del Señor

37. El lugar escogido por Yahveh

38. El santuario único

 

(Nota: los cuatro capítulos finales de este libro aparecen en la vitrina anterior a esta presentación, prefacio e índice, debido a un error en la configuración que no hemos podido reparar. Igualmente el capítulo "Tablas y Barras" va antes de "Altar de bronce / 1".)

BASES NEOTESTAMENTARIAS DE LA TIPOLOGIA

Por cristianogiv - 12 de Octubre, 2006, 14:57, Categoría: General

 


Capítulo I

 

BASES NEOTESTAMENTARIAS

DE LA TIPOLOGÍA[1]

 

 

Un esqueleto tipológico

La tipología se enriquece más con lo relativo al Tabernáculo, a todas sus partes, a todos sus mobiliarios, a todas las vestiduras. En el tabernáculo la tipología es muy compleja, pero se hace doble­mente compleja en el templo de Salomón, y después en el período de la restauración, incluso en la visión de Ezequiel. De manera que he juzgado necesario de que antes de entrar en los detalles de la tipología, miremos en la Escritura las bases neotestamentarias de la tipología; es decir, si vamos a ver la tipología en detalle, necesitamos estar seguros de que esa tipología está realmente para ser interpretada de esa manera según la Biblia; y por eso, antes de entrar en la interpretación misma, necesitamos las bases neotesta­mentaria de la tipología. A veces hemos tocado una que otra de esas bases, como picoteando un poquito aquí, un poquito allá; pero necesitamos dedicarle una revisión un poco más detenida a ese aspecto, bases neotestamentarias de la tipología, porque son estas bases las que nos van a permitir interpretar la tipología; de lo contrario, estaríamos en un terreno un poco raro. Necesitamos ver los versículos que el Nuevo Testamento establece para poder acercarnos a la tipología del Antiguo Testamento y sacar sus tesoros. Ciertamente el Nuevo Testamento nos abre una puerta acerca del Antiguo en la tipología. No se puede ir más allá de lo que es legítimo según el Nuevo Testamento, pero tampoco podemos dejar de entrar en ese reino de interpretación que el Nuevo Testamento da del Antiguo Testamento. Ahora vamos a hacer una revisión, aunque sea somera, ya que son realmente muchos versos, pero por lo menos vamos a ver los principales, haciendo un recorrido por el Nuevo Testamento. Lo hacemos en orden, procurando tener por lo menos un esqueleto básico que nos sirva para la interpretación futura, Dios mediante, de esa tipología.


Principio de señales

AEste principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él@ (Jn. 2:11). Aparece aquí un principio de señales; o sea que así como en el Antiguo Testamento las vidas de los patriarcas, las vidas de David, Salomón y de otros siervos del Señor, fueron tipología acerca de Cristo, así también la misma vida del Señor Jesús, aunque fue una vida histórica, sin embargo, los detalles históricos de su vida servían como señales; es decir, una señal es como un símbolo y un símbolo es como una letra o una frase de un lenguaje, y con ese lenguaje lo que se quiere es transmitir un mensaje. No es el milagro en sí, en su aspecto histórico lo que da el mensaje, sino que el mensaje es algo más. El mensaje no constituye el milagro mismo, sino que el milagro o cualquier acontecimiento en la vida del Señor Jesús, es un lenguaje utilizado por el Señor para hablarnos algo acerca de sí mismo y acerca de lo que ha hecho, acerca de los planes de Dios. Por esa razón se les llama más señales que milagros. Las señales son para señalar un camino, para dar una idea, y por eso dice Aeste principio de señales@. Cuando dice principio de señales, esa frase nos autoriza para entender que no fue solamente una señal, sino varias; es decir, que la vida del Señor Jesús estuvo signada por señales.

Todo lo que hacía el Señor Jesús era significativo, eran señales; no eran solamente acontecimientos históricos coyunturales que no tenían ningún mensaje que dar, sino por el contrario, eso acontecía para dar un mensaje. Eso es lo que significa la palabra señal. La palabra milagro es algo sobrenatural que acontece fuera de lo común; pero si sólo vemos el milagro, decimos: Bueno, esto solamente fue este milagro y aquí se acabó todo lo que había que ver. Pero cuando a ese milagro se le llama señal, está significando que Dios está queriendo dar a entender algo más allá del milagro en sí; Dios está usando el milagro como señal, como símbolo de un mensaje de Dios acerca de quién es Jesús y qué hace el Señor Jesús para nosotros. Por esa razón lo dice claramente la Palabra en Juan 2:11: AEste principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea@. Principio porque hay más.

 


Adán figura de Cristo y Eva figura de la Iglesia.

Aunque no vamos a ver todo, procuremos seguir el Nuevo Testamento en orden, ya que son bases neotestamentarias en general. El lector recordará muchos otros pasajes, pero aquí procuraremos tener los esenciales. Por ejemplo, tanto en la epístola a los Romanos, como en la mayoría de las demás epístolas de Pablo, se dan frases claves neotestamentarias para interpretar el Antiguo Testamento.

ANo obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir@ (Ro. 5:14).

Leemos en ese versículo que Adán es figura del que había de venir; o sea, de Cristo. Es una clave neotestamentaria que nos permite leer entre líneas la historia de la creación del hombre. No solamente Dios nos está dando una historia acerca de la creación del primer hombre y de la primera mujer, sino que está utilizando esa historia como figura del que había de venir; es decir, que este versículo nos autoriza a leer entre líneas la historia de Adán y Eva. Leer entre líneas no sólo un acontecimiento del pasado, sino que en la creación de ellos Dios estaba proyectando una figura para el futuro. Dios estaba hablando de Cristo y de los planes en Cristo a través de la creación de Adán; es decir, que este verso es una clave neotestamentaria para no solamente leer la historia de Adán como si fuera algo relativo sólo al pasado, sino tratar de descubrir a Cristo detrás de Adán. Al igual que Adán, Cristo tuvo también que dormir un sueño profundo para poder tener a la Iglesia como esposa; también tuvo que ser herido en el costado para que le sacasen su costilla. Ahí estamos viendo esa historia, y obviamente, si Adán es figura de Cristo, Eva es figura de la Iglesia. Muchas lecciones podemos obtener de Cristo y la Iglesia, que son el asunto central a través de la figura de Adán. Esto podemos complemen­tarlo con otro pasaje que encontramos en Efesios que habla en relación del esposo y la esposa, de Cristo y la Iglesia.


A25Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. 28Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29Por­que nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, 30por­que somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. 31Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia@ (Ef. 5:25-32).

Así como, significa que Cristo y la Iglesia son modelo para los matrimonios. Como Cristo amó a la Iglesia, se entregó a sí mismo por ella, así también los maridos; como también Cristo amó a la Iglesia. En el verso 30 habla de Cristo y de la Iglesia, y en el 31 dice: Por esto. Viene hablando de Cristo y la Iglesia, pero fijémo­nos que el misterio de Cristo y la Iglesia es la razón que establece la conducta normal matrimonial, familiar. Por esto, es decir, por causa de Cristo y la Iglesia, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne. Aquí Pablo está citando exactamente a Génesis capítulo 2, donde Dios dice estas palabras de Adán y Eva: APor tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne@ (Gé. 2:24). Allí está el matrimonio de Adán y Eva, figura de los demás matrimonios; es el matrimonio prototipo. Pero dice: AGrande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia@; o sea que utiliza el lenguaje de la primera pareja, Adán y Eva, para hablarnos, no precisamente sólo de Adán y Eva y del matrimonio normal, sino del matrimonio normal como una figura de Dios. Como lo dijo en Romanos, figura del que había de venir; o sea que el matrimonio de Adán y Eva es figura de otro matrimo­nio. Por esto, es decir, por el misterio más grande, grande es este misterio.


)Cuál es este misterio? El de Cristo y la Iglesia. Mas yo digo esto, es decir, cuando yo estoy hablando, dice Pablo, del versículo de Génesis entre Adán y Eva, estoy hablando no sólo de Adán y Eva, no sólo de las familias, sino también de Cristo y la Iglesia; es decir, que el Espíritu Santo nos habla del misterio de Cristo y la Iglesia a través de Adán y Eva. Vemos que tanto Romanos como Efesios coinciden en mostrarnos desde el Nuevo Testamento, una herramienta de interpretación del Antiguo, para no ver solamente historias, sino ver en esas historias una proyección del plan de Dios.

APorque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza@ (Ro. 15:4). No es que Dios esté diciendo cosas aburridas allá en Levítico. Cuántas veces hay que rociar la sangre hacia el velo, dónde hay que poner los querubines, cuántas medidas debe tener el arca y todas las cosas que les pasaron a los patriarcas; no. La intención de Dios no es aburrirnos solamente con cosas arcaicas, sino enseñarnos que las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. Resaltemos estas dos palabras claves: paciencia y consolación. )Por qué paciencia? Porque a veces vemos a los hombres de Dios, a las mujeres de Dios, a los siervos de Dios, pasando por situaciones muy difíciles, en situacio­nes donde el diablo había levantado un tremendo monstruo contra ellos, tan débiles y pequeñitos; pero, sin embargo, vemos el triunfo final de ellos; es decir, vemos la paciencia y la consolación de las Escrituras y podemos tener esperanza, y no desesperanza.

 

La roca figura de Cristo

Así como relacionamos los versos anteriores, vamos ahora a relacionar a Romanos 15:4 con 1 Corintios 10, en donde los versos claves son el 6 y el 11. Dice el contexto:


A1Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nues­tros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar, 2y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar; 3y todos comieron el mismo alimento espiritual, 4y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. 5Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto. 6Mas estas cosas sucedie­ron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. 11Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amones­tarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos@ (1 Co. 10:1-6,11).

Notemos que esa es una historia de Éxodo. Ahora Levítico, Números, Deuteronomio están incluidos aquí en estos pocos versos. Los versos 6 y 11 nos autorizan a leer para nosotros todo el Pentateuco; no fue escrito sólo para ellos, no; eso a ellos les aconteció, pero como ejemplo para nosotros. Dice: y están escritas, porque Dios había podido permitir que eso se olvidara, que no quedara registrado; cuántas cosas no sabemos. Pero dice: AEstán escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos@; es decir, que mientras más nos acercamos al fin, más para nosotros es el Pentateuco. Uno pensaría, pero el Pentateuco es para Moisés; pero dice, esto les aconteció como ejemplo para nosotros, los que hemos alcanzado los fines de los siglos. No podemos prescindir del Pentateuco.

APero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamen­te@ (1 Ti. 1:8). Notemos aquí lo que dice Pablo a Timoteo, y Pablo fue quien escribió Gálatas y Romanos, que escribió que no estaban bajo la ley, sino bajo la gracia, no bajo el régimen de la letra, sino bajo el régimen del Espíritu; sin embargo, desde el Nuevo Testa­mento Pablo nos dice que existe un uso legítimo del Antiguo. Pablo dice que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; es decir, que se puede usar la ley de una manera ilegítima, como para judaizar, como para someter a los hermanos al régimen de la letra; pero así como las epístolas a los Romanos, a los Gálatas y otros pasajes de Pablo, explican claramente el cambio de régimen que hubo a partir de la cruz de Cristo y Su resurrección, de la letra al Espíritu, de las cosas viejas a las nuevas, del régimen de la ley al régimen de Cristo, sin embargo, aun en Cristo existe sí un uso legítimo de la ley. Ese uso legítimo lo encontramos en la segunda carta de Pablo a Timoteo, en los versículos 15 a 17 del capítulo 3:


A15Y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra@ (2 Ti. 3:15-17). Cuando Pablo menciona aquí las Sagradas Escrituras, se está refiriendo a las Escrituras del Antiguo Testamento. Le dice a Timoteo que le pueden hacer sabio, y no sólo sabio acerca de lo que pasó allá en el desierto, y lo que pasó con David y con Isaías y con Esdras. Notemos que aun el Antiguo Testamento tiene sabiduría respecto del Nuevo. Cuando en el verso 16 habla de toda la Escritura, se refiere fundamental­mente al Antiguo Testamento, e incluyendo, por analogía, al Nuevo. El Nuevo Testamento nos dice cual es el uso legítimo del Antiguo, para ser sabio en la salvación por la fe que es en Cristo, y para hacernos útiles para toda buena obra, etcétera.

 

Figuras festales

A6No es buena vuestra jactancia. )No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? 7Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque vuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. 8Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad@ (1 Co. 5:6-8). Pablo aquí se vale de frases típicas del Antiguo Testamento. Esa masa de que habla, nos representa a nosotros, y la levadura al pecado; pero Cristo es una masa sin levadura. Cuando dice que nuestra pascua es Cristo, está haciendo el traslado del Antiguo Testamento y mostrando que éste señala al Nuevo, señalando a Cristo. Pablo menciona las fiestas del Antiguo Testamento, pero con una interpretación en el Nuevo. Ya no se trata de una celebración judaica, arcaica, sino una celebración espiritual; pero aquellas celebraciones antiguas, festivas, aquella tipología festal tenía que ver con Cristo, y en el Nuevo Testamento se celebra la fiesta de los panes sin levadura.

 

Sombra de lo venidero


A16Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, 17todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo@ (Col. 2:16-17).

Lo de la cita anterior se nos da como ejemplo para aplicar el principio; con el principio implícito; aquí se nos da el principio explícito. Todas aquellas órdenes antiguas sobre que no hay que comer esto, o esto sí hay que comer, o estos animales son limpios, o estos otros son inmundos, o esto se puede comer y esto no, y que tal novilunio y tal otro novilunio, y que tales días de fiesta, y que la pascua, que los ácimos, que las primicias, que pentecostés, que las trompetas, que la expiación, que los tabernáculos, etcétera, todos esos días de fiesta y sábados (incluídos los sábados porque aquí están aparte de los días de fiesta especiales, como están los sábados normales), todo eso es sombra de lo que ha de venir, pero el Cuerpo es de Cristo. Por esa razón Pablo aquí está diciendo claramente que aquellas cosas tenían que señalar algo del Nuevo Testamento. Al leer aquello hoy, es necesario leer entre líneas.

Estos versos, tanto de Corintios como de Colosenses, nos dan la clave para leer entre líneas en el Antiguo Testamento. )Qué pasaba con los judíos? Que ellos leían en forma literal, lo cual es válido y verdadero, pero no captaban el sentido de entre líneas. En esta misma línea de interpretación fijémonos en lo que dice la segunda a los Corintios, capítulo 3.

A14Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. 15Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 16Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará@ (2 Co. 3:14-16).


El antiguo pacto se refiere al Antiguo Testamento. La letra del Antiguo Testamento es legítima, es Palabra de Dios y tiene un sentido primario, gramático histórico válido, del cual no debemos nunca apartarnos; sin embargo, estos versos nos autorizan para entender que detrás de esas letras gramático históricas, existe un sentido espiritual; que aquella letra es como una especie de velo, pero que ese velo se quita por medio de Cristo. Aun hasta el día de hoy, los judíos no saben por qué siguen sacrificando animales. Ellos en sus sinagogas tienen que sacrificar animales, corderos en la pascua, y tienen que rociar sangre y hacer todas esas cosas simbólicas, pero no saben por qué las hacen. Están siendo fieles a la letra, pero no han visto entre líneas. El Nuevo Testamento da el sentido espiritual detrás de estas líneas, y por eso dice que hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto. El entendimiento de ellos se embotó; cuando leen el antiguo pacto, tienen el velo no descubierto; pero dice que Cristo quita el velo, Cristo permite leer entre líneas detrás de las primeras apariencias legítimas gramático históricas, el sentido espiritual.

A21Decidme, los que queréis estar bajo la ley: )no habéis oído a la ley? 22Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. 23Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. 24Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. 25Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. 26Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre@ (Gá. 4:21-26).

Esos que querían estar bajo la ley, eran aquellos que se aferraban solamente al sentido gramático histórico, pero que estaban ciegos y embotados respecto a su sentido espiritual. Notemos que la ley no sólo se refiere a los diez mandamientos, sino a la Torah en general, que incluye principalmente el Pentateu­co, pero que, además, incluye todo el Antiguo Testamento. Aquí Pablo se está refiriendo a Génesis, y tengamos en cuenta que no es solamente una historia, sino que detrás de esa historia estuvo la mano providente de Dios organizándola para proyectar un significado espiritual; es decir, para tomar la historia y alegorizar a través de ella, acerca de un sentido válido espiritual; por eso dice allí que es una alegoría. En el verso 25, la palabra corresponde es clave, porque es una llave; es decir, que las cosas gramático históricas se corresponden con realidades espirituales. La corres­pondencia entre el sentido espiritual y el sentido gramático histórico, es una alegoría que utiliza a la historia; esa historia tiene una correspondencia espiritual.


A29Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora. 30Mas )qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. 31De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre@ (Gá. 4:29-31).

Aquí la clave es como entonces, y así también ahora, pues está trayendo la correspondencia de la historia a la experiencia del Nuevo Testamento. Bendito sea el nombre del Señor, no somos de la esclava sino de la libre.

 

Tipología ministerial y del templo

A12Si otros participan de este derecho sobre vosotros, )cuánto más nosotros? Pero no hemos usado de este derecho, sino que lo soportamos todo, por no poner ningún obstáculo al evangelio de Cristo. 13)No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas, comen del templo, y que los que sirven al altar, del altar participan? 14Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio@ (1 Co. 9:12-14).

Pablo aquí se refería a un derecho que está desglosado en los primeros versos del capítulo 9, o sea, los derechos del ministerio. Cuando dice, )no sabéis?, se refiere a ignorar el Antiguo Testa­mento; )ignoráis las disposiciones de Dios acerca del sostenimiento del ministerio? En el contexto dice así: A)No sabéis que los que trabajan en las cosas sagradas comen del templo?@ O sea que había un templo físico en el Antiguo Testamento, lo mismo que un altar físico. Cuando dice así también, quiere decir, como en el Antiguo Testamento, así también ahora en el Nuevo Testamento; es decir, que se corresponden el Antiguo con el Nuevo. Eso significa que el sostenimiento del ministerio en el Nuevo Testamen­to, descansa también en disposiciones dadas por Dios en el Antiguo como porque dice: )no sabéis que los que trabajan en el templo y los que sirven al altar participan de ello? Así también... Esa palabra así también es el puente entre la correspondencia del Antiguo con el Nuevo.


A20Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, 21en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; 22en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu@ (Ef. 2:20-22).

Aquí el apóstol Pablo está usando inicialmente un lenguaje tipológico acerca del templo. Usa la palabra edificados, del verbo edificar. Así como en el Antiguo Testamento había una edificación que constantemente se realizaba, asimismo en el Nuevo Testamen­to hay una edificación, pero ya es espiritual. Así como en el Antiguo Testamento se edificaba la casa de Dios física, eso era figura de la nueva, también en el Nuevo se habla de la edificación de un templo para morada de Dios en el Espíritu. Pablo dice aquí, para ser un templo santo en el Señor. Jesucristo dijo: Yo edificaré mi Iglesia.

 Jesucristo es el Hijo de David. Dios había dicho que el hijo de David le edificaría casa al Padre; ahora Salomón era la figura del verdadero hijo de David, y él edificó el templo de Dios, pero el verdadero Hijo de David, ya no el tipológico, sino el real, es Cristo. De manera que la edificación del templo en el Antiguo Testamen­to, es una figura de la verdadera edificación de ahora. Esta es una clave para interpretar todas esas edificaciones del templo. Hay otros pasajes que nos hablan del templo.


A)O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?@ (1 Co. 6:19). A)Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo@ (2 Co. 6:16). Cuando dice que habitaré y andaré entre ellos, se refiere al vosotros que había mencionado antes. A9Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. 10Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire como sobreedifica@ (1 Corintios 3:9-10). Pablo aquí sigue utilizando el ejemplo del fundamento, de la sobre edificación, de los materiales para edificar, como el oro, la plata, la madera, etcétera. Todas estas son claves neotestamentarias para interpretar la tipología en el Antiguo Testamento.

 

Tipología sacrificial

AY aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de vuestra fe, me gozo y regocijo con todos vosotros@ (Filipenses 2:17). Pablo aquí habla de ser derramado en libación. En el Antiguo Testamento esa palabra libación era literal. Se tomaba una jarrita con vino y se derramaba encima del sacrificio; pero ahora ese sacrificio es el servicio de nuestra fe, y esa libación es la consagración de la vida hasta la muerte, porque es hasta derramar la sangre; eso es lo que representa la libación. Aquí hay una clave para interpretar esos distintos sacrificios, especialmente la libación en el Antiguo Testamento. En Filipenses encontramos otros tipos de sacrificios, no necesariamente sólo la libación.

APero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios@ (Fil. 4:18). Se trata de la ocasión cuando Pablo recibió una ayuda de los hermanos allá en Filipos. Es notorio cómo usa un lenguaje propio del Antiguo Testamento y le da un sentido espiritual: Olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios. En las epístolas a los Tesalonicenses, como se trataba de una iglesia nueva, Pablo generalmente no usó la tipología, y, además, no eran todos de trasfondo judío. En cambio en Hebreos sí que encontramos un libro clave de la tipología.


A5Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir; 6pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza@ (He. 3:5-6). Aquí la frase clave es, para testimonio de lo que se iba a decir; es decir, todo aquello que aconteció con Moisés en la casa de Dios, sostenida en todos los detalles, lo cual no era sólo para ese tiempo, sino que lo que Moisés hacía con la casa de Dios era para testimo­nio de lo que se iba a decir; Dios quería decir otras cosas más profundas más adelante; es decir, ahora en el Nuevo Testamento. Pero para que esas cosas hoy se pudieran decir, Dios estableció un testimonio tipológico desde antes. Este versículo nos autoriza a buscar el testimonio de lo que Dios dice hoy a través del testimonio dado por Moisés en el Antiguo Testamento. Pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros. Aquí vemos cómo se traspasa del tabernáculo del Antiguo Testamento a la Iglesia en el Nuevo Testamento. Eso significa que el tabernáculo era un testimonio de lo que se iba a decir acerca de la Iglesia en el Nuevo Testamento.

A1Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanza de culto y un santuario terrenal. 2Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaba el candelabro, la mesa y los panes de la proposición. 3Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo, 4el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto; 5y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle. 6Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto; 7pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo, y por los pecados de ignorancia del pueblo; 8dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie. 9Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presen­tan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica este culto, 10ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas@ (He. 9:1-10).


Aquí empieza a mostrar la disposición del santuario, dando solamente las principales directrices por medio de esta carta, pero quiere decir que hay muchas cosas más cuando expresa no poderlo hablar en detalle. En el versículo 8 encontramos la frase clave, cuando dice: dando el Espíritu Santo a entender con esto. Notemos que todas estas disposiciones eran para que el Espíritu Santo nos diera hoy a entender algo; todas esas disposiciones son importantes. El versículo 9 comienza diciendo: Alo cual es símbolo para el tiempo presente@. Aquí el escritor de la carta a los Hebreos había tenido mucho deseo de profundizar en esto. En el capítulo 5 versículo 11, como venía hablando de Melquisedec, del orden de Melquisedec y de todas aquellas cosas del Antiguo Testamento, había dicho: AAcerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír@; es decir, que no sólo habría de decir lo que está escrito aquí. Como diciendo, en este momento no puedo entrar en detalles, solamente expongo lo principal, lo esencial, pero acerca de esto hay mucho que decir y difícil de explicar.

A23Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que éstos. 24Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios@ (He. 9:23-24). Las frases claves son: figura de las cosas celestiales y figura del verdadero. APorque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan@ (He. 10:1). Aquí se destacan las palabras: figura, sombra, símbolo, ejemplo, dando a entender, testimonio para lo que se había de decir, etcétera. El Apocalipsis es el libro que culmina toda la tipología, pues prácticamente todo lo que aparece como simbólico desde el Pentateuco y a lo largo de la Palabra, tiene su culminación en el Apocalipsis. En ese libro vemos la culminación de los candeleros, la culminación del templo, la culminación del altar, la culminación del incensario, etcétera; es decir, Apocalipsis es un libro rico en señales donde resume toda la tipología de la Biblia y le da su sentido último, escatológico. Con estos versos, aunque hay muchos más, entendemos que sí existen bases neotestamentarias para la tipología en las cuales descansa­mos, y así poder entrar más adelante en los detalles.



[1]Enseñanza en la localidad de Teusaquillo, Santafé de Bogotá D.C., Colombia - noviembre 8 de 1992.  Transcripción: Marlene Alzamora.

BETEL

Por cristianogiv - 12 de Octubre, 2006, 14:56, Categoría: General

Capítulo II

 

BET-EL[1]

 

 

La primera piedra de la casa de Dios

El libro de Génesis, como lo dice su nombre, es el libro de los orígenes; es donde se dan las primeras pistas que luego se desarro­llan a lo largo de la Biblia y se consuman en el Apocalipsis. En el libro de Génesis se siembran las primeras semillas, tanto del plan de Dios como también de la rivalidad por parte del enemigo de Dios; y esas dos corrientes, esa línea de la simiente de Dios como también la de la simiente de la serpiente, corren parejas, y hay enemistad de la una con la otra a lo largo de la Palabra conforme a la profecía de Génesis 3:15.


En el libo de Génesis se comienza a perfilar el motivo que Dios tiene en Su corazón de edificar para Sí una casa. La intención de Dios a lo largo de toda la Palabra ha sido edificarse para Él un templo donde Él en plenitud pueda ser contenido y pueda ser expresado y pueda hacerse uno con el hombre en forma corporati­va, de manera que Dios y el hombre lleguen a ser uno, y el hombre llegue a ser la morada de Dios en forma colectiva, y también Dios llegue a ser la morada del hombre, como dice en el Salmo 91; dice que Yahveh sea mi habitación[2]. Por una parte, nosotros somos Su casa; y también, Él es nuestra habitación. Es una morada mutua donde nosotros moramos en Él y Él en nosotros. Este motivo, que es central en el plan de Dios porque es lo que está en Su corazón, se ve a lo largo de toda la Palabra; pero la primera piedra, la primera mención del desarrollo de este programa, la encontramos precisamente en el libro de Génesis, que es el libro de los orígenes y de las semillas primeras. Aquí vemos que Dios se revela a Sí mismo (Él mismo lo dice de Sí mismo) como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob; es decir, que si Dios dice que Él es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, siendo que esas tres personas vivieron en un tiempo en el que había miles de personas y había montones de religiones paganas (estaban la de los acadios, la de los hititas, etcétera), sin embargo Dios, habiendo tantas personas importantes, como por ejemplo, Hammurabi que es incluso de la época de Abraham, el famoso llamado Amrafel de Génesis 14, según algunos investigadores; sin embargo Dios no se identifica como el Dios de esos grandes personajes que estaban a la cabeza de los imperios, como Nimrod y otros posteriores, sino que Dios dice que Él es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Dios mismo, incluso cuando más adelante se le presentó a Moisés en la zarza, le dijo: AAsí dirás a los hijos de Israel: Yahveh, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me a enviado a vosotros[3]@.

Dios se llama a Sí mismo, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, porque tiene motivos; y si Dios se identifica con algunos personajes, es porque Dios mismo está llamando nuestra atención a lo que Él ha revelado de Sí mismo y de sus planes en su trato con estas personas. Si Dios no hubiera hecho una labor especial con Abraham, con Isaac y con Jacob, y si Dios no quisiera remitirnos a su obra con estos tres patriarcas, Él no tendría por qué decirse: Yo Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob; pero si Él lo dice, y de esa manera Él se identifica con ellos ante su pueblo, quiere decir que Él pone su trato con Abraham, con Isaac y con Jacob, como si Dios llamara nuestra atención a la vida de esos tres patriarcas y a Su intervención, la Divina, en la vida de ellos. Eso podemos verlo en algunos otros pasajes de la Biblia. Antes de leer Génesis, miremos por ejemplo en la epístola a los Romanos y veamos allí cómo aquellas cuestiones en la vida de ellos no eran cosas simples, sino intervenciones providentes de Dios, señalando Dios de una manera especial lo que Él tenía planeado y estaba realizando sobre la tierra. Dice en Romanos 4:11-12:


"11Y recibió (Abraham) la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe le sea contada por justicia". Esa palabra señal quiere decir que aquel hecho en la vida de Abraham que vino de parte de Dios, era un lenguaje que Dios estaba utilizando para señalar algo que Él quería poner en evidencia. La circuncisión significa el corte de la carne. Dios llamó a Abraham y luego hizo que cortara su carne para poder seguir el camino del plan de Dios. La circuncisión era un sello de justicia. Entonces el Señor le dijo: Abraham, como tú me has creído, yo te tengo como justo, y la señal de que te tengo como justo es que cortes tu carne; pero hay que fijarse en lo que dice el versículo a continuación: "para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados"; o sea que esa señal no terminaba sólo con Abraham, nos incluye también a nosotros; nosotros los creyentes no circuncidados, no judíos, sino que hemos venido de entre los gentiles; la intención del trabajo de Dios con Abraham era en función de los que vendríamos después de Abraham. Y continúa: "Para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos (a los gentiles creyentes) la fe les sea contada por justicia@.

 

Las pisadas de fe de Abraham


)Cuál fue la fe que tuvo Abraham? Dios tenía un plan y se le reveló a Abraham. Le dijo: AMira ahora a los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz[4]@. Tú serás heredero del mundo. Entonces Abraham le creyó a Dios y le fue contada esa fe por justicia y Dios le dio la señal de la circuncisión; pero no solamente para Abraham, sino para que los que también como Abraham, estando aún en la incircuncisión, creyésemos a Dios, lo que Él ha planeado para nosotros y lo que Él ha hecho a nuestro favor para cumplir Sus promesas; entonces esa fe, como la de Abraha­m, también en nosotros y también a nosotros nos es contada por justicia. Y continúa diciendo en Romano 4: A12Y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado@.Abraham sería también padre de la circuncisión; es decir, también después de su hijo, o sea Israel. Entonces, nótese que el Espíritu Santo por Pablo, habla de algo que llama las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham. Esto quiere decir, que la vida de Abraham fue una vida de fe; que él fue dando pasos de fe; él salió sin saber a dónde iba porque Dios le llamó y le dijo: AVete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré[5]@. O sea que Abraham salió confiado en Dios. Dios es el que me llamó; Dios es el que sabe dónde me va a llevar; Dios tiene un plan, y nosotros, dice Abraham, vamos al plan de Dios.

 

Fundamentos de la ciudad celestial

En Hebreos 11:8-9, notamos que cuando Dios dice que Él es el Dios de Abraham, está poniendo a Abraham como referencia, y luego vemos que Abraham tuvo unas pisadas de fe, y que los hijos de Abraham por fe, nosotros los creyentes en el Dios de Abraham, seguimos esas mismas pisadas. Ahora, )esas pisadas de fe hacia dónde se dirigían? Para eso leemos Hebreos, donde dice:

A8Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba".

Vemos que esas pisadas de fe tienen un sentido, y ese sentido es una herencia; pero él se fue primero a un lugar que había de recibir luego como herencia; y salió sin saber a dónde iba, porque él se confió en Dios, se agarró de la mano de Dios y dijo: Él me va a llevar a un lugar que Él me prometió. )Cómo? Eso es cosa de Dios; pero Él va a cumplir Sus planes. Dicen los versos 9 y 10:

"9Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; 10porque esperaba (verso clave) la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios".


Según parecía, estos tres patriarcas, Abraham, Isaac y Jacob estaban viviendo en tiendas, pero con un sentir en su corazón; con una esperanza. Dice que ellos esperaban la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios; es decir, que desde Génesis en la vida de estos patriarcas ya se preludia la Nueva Jerusalén celestial, que es donde culmina el programa de Dios; pero nótese que ellos fueron llamados a seguir a Dios en fe, hacia la ciudad de Dios, que es la que culmina en Apocalipsis el programa de Dios en acción ya desde Abraham. Así que las pisadas de fe desde Abraham, Isaac y Jacob, como Dios se declara el Dios de ellos, los pone como punto de referencia, y siendo ellos la primera mención del inicio de ese peregrinaje a la ciudad celestial, entonces nos lleva a poner cuidado a los detalles de la vida de ellos.

En Gálatas encontramos que la vida de ellos no era sólo cuestiones históricas; aunque sí son históricas, la providencia de Dios dirigió los acontecimientos históricos con el fin de proyectar una visión para nosotros; es decir, que cuando leamos la vida de ellos, no solamente estemos diciendo: Eso fue una cuestión de Abraham, de Isaac y de Jacob, sino que entendamos que Dios, a través de los acontecimientos históricos en la vida de estos patriarcas, nos está hablando a nosotros, porque nosotros somos los que seguimos las pisadas de la fe y seguimos caminando con el mismo Dios, con la misma fe y hacia la misma ciudad; solamente que ahora estamos en un estadio más adelantado; pero debemos ver el inicio y el final para comprender el estadio en que estamos nosotros. Leemos en Gálatas 4:21-23:

A21Decidme, los que queréis estar bajo la ley: )no habéis oído la ley? (la Torá, o sea el Pentateuco completo) 22Por­que está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. 23Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa".

Eso fue un acontecimiento histórico en la vida de Abraham. Está Agar, está Sara, está Isaac y está Ismael; pero esos aconteci­mientos históricos fueron dirigidos providencialmente por Dios en función de una enseñanza para el futuro, de una visión que su pueblo habría de entender. Por eso dice el verso siguiente, el 24: "Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar@. Dios usó esos acontecimientos históricos para alegorizar algo acerca de Sus planes; de manera que cuando leemos la historia de Abraham, Isaac y Jacob, debemos percibir, además de la historia, la alegoría, la enseñanza espiritual de parte de Dios. Dice en los versos 25-26: A25Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. 26Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre@.


Debemos fijarnos: esto corresponde con esto; porque eso es una alegoría, un hecho histórico que se corresponde con una situación espiritual que está siendo alegorizada; entonces, acudamos a la vida de estos patriarcas para percibir la alegoría, mirando a qué corresponden esos acontecimientos históricos en la vida de ellos; o sea que hasta aquí fue un preámbulo para entrar en esa primera visión del motivo de la casa de Dios.

 

Cristo simiente de Abraham

Vamos de vuelta a Génesis e inicialmente al capítulo 28, y pongamos atención a la lectura desde el versículo 10. Aquí se llama la atención. Dios había dicho primero a Abraham: AVete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré@; es decir, que Dios lo guió al lugar que habría de recibir como herencia; pero nótese que primeramente llegó al lugar, pero en ese lugar había que ir edificando una futura ciudad de Dios. Cuando Abraham llegó todavía no estaba la ciudad; entonces peregrinó por el lugar, pero en espera de la ciudad. Ahora, cuando Abraham se muere, Dios le dice a Isaac: Mora en esta tierra y no salgas de aquí; porque Dios los había sacado justamente porque allí era donde Él iba a desarrollar su plan; e Isaac también moró en ese lugar y no salió para nada; moró en Beerseba, moró en esa tierra, y nótese que también Isaac es figura de Cristo; es decir, los acontecimientos en la vida de Isaac fueron también dirigidos por Dios providencialmente para señalar a Cristo, pues Isaac es figura de Cristo, porque él es la simiente de Abraham.

Cristo es la verdadera simiente de Abraham; por lo tanto, Isaac nació por la intervención soberana de Dios en Abraham y Sara, porque ellos no podían ya dar hijos. Fue la intervención soberana de Dios; entonces Isaac es figura de Cristo; por eso vemos a Isaac subiendo con la leña para ser sacrificado en el mismo lugar, por el mismo terreno y en el mismo monte en que el Señor Jesús subió con la cruz para ser crucificado; pero luego Isaac fue recibido otra vez a la vida como si hubiera resucitado de los muertos. Porque así lo dice Romanos en el capítulo 4, y nos damos cuenta de que esto sucedió así. Dice en Romanos 4:16-17:


"16Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros 17(como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos y llama las cosas que no son, como si fuesen".

Dios le había dicho: Mira, por Isaac te será llamada descenden­cia; y ahora él tiene que sacrificar a Isaac, pero él está creyendo que Dios puede resucitar los muertos. Si Dios me dijo que es por Isaac y ahora me está pidiendo que lo sacrifique, lo tengo que sacrificar, pero Dios lo puede resucitar. Hebreos 11:19 dice de Abraham: "Pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir@. (Se refiere a Isaac). Hay que notar que la fe de la resurrección estaba ya en el corazón de Abraham, porque Abraham sabía que Dios le había prometido que por Issac le vendría descendencia; así que si Dios le pide que lo sacrifique, quiere decir que Dios lo va a resucitar, porque Dios no puede mentir. Le dijo que por Isaac era que le vendría descendencia, así que creyó en el Dios que resucita a los muertos; la fe de la resurrección fue la fe de Abraham; así que Isaac es considerado como un resucitado, como alguien que había sido entregado a la muerte, pero que resucitaría porque Dios había dicho que por él sería que vendría la descendencia. La fe de Abraham fue una fe de resurrección. Por eso dice en Romanos 4:17-22:

"17Delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama a las cosas que no son, como si fuesen. 18Él creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. 19Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. 20Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, 21plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; 22por lo cual también su fe le fue contada por justicia@.


Entonces Isaac es figura de Cristo. )Y Jacob? Dios llamó también a Jacob para poner la primera piedra de la casa de Dios; es decir, que la revelación acerca de la casa de Dios comenzó a darse a Jacob; pero fijémonos que tenía que ser con Jacob, porque primero es con Abraham el llamamiento, segundo, con Isaac es la provisión, la redención; pero el motivo de la casa de Dios que descansa en la provisión, la cual a su vez descansa en el llamamiento, tiene que ser perfecto. Uno, dos, tres, Dios trabaja en tres, con Abraham, con Isaac y con Jacob. Con Abraham, el llamamiento; con Isaac, la provisión; y con Jacob, la transforma­ción y la casa. Con ese preámbulo veamos Génesis 28:10-12:

 

Cristo la escalera de Bet-el

"10Salió, pues, Jacob de Beerseba, y fue a Aram. 11Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar. 12Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella".

Beerseba estaba nada menos que en la tierra que Dios les había prometido, y allí vemos que salió y fue a Aram y empezó a devolverse, porque recordemos que Abraham estaba en Aram, y de Aram vino a la tierra; pero ahora Jacob, como había hecho sus trampas, primero había engañado a Esaú, y después engañó a Isaac, por eso él tuvo que huir, y al huir empezó a salirse de la tierra que Dios había prometido, donde Él realizaría sus planes. Entonces llegó a un lugar; es decir, cuando se estaba yendo Jacob, cuando se estaba apartando de la tierra donde Dios los había traído a ellos, entonces Dios se apresuró a revelarle a Jacob lo importante que era esa tierra, y el plan que Él iba a realizar en esa tierra. Las piedras de cabecera significan las primeras piedras de edificación.


Luego encontramos en el verso 13: "Y he aquí, Yahveh estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Yahveh, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia." A pesar de que él se está yendo, Dios le dice que Él lo guardará y volverá a traerlo a la tierra. Él lo escogió y Jacob se está yendo, pero Dios va detrás de él, y le enseña algunas lecciones. Cuando él se fue, empezó a ocurrirle lo que él hizo que le aconteciera a otros; como dice el dicho, empezó a ser pagado con su propia moneda. Él había engañado y lo engañaron a él. Siete años trabajando por Raquel, y le dan a Lea en vez de Raquel; y treinta veces le cambiaron el salario; esperaba, merecía esto y no se lo daban; es decir, empezaron a acontecerle cosas que él había hecho a otros. Él había defraudado a otros y empezó a ser defraudado él; esa es la manera que Dios utiliza para trasformarnos, para corregirnos, porque nos damos cuenta de cómo somos nosotros, y las cosas que hacemos a otros. Dios sabe cómo corregirnos.

Yo voy a acompañarte, yo voy a guardarte, Jacob. Después, todo lo que se ganó Jacob, inclusive haciendo trampa con las varas, porque cogió unas varas manchadas para pasar las manchas al ganado, porque las manchadas eran las de él; o sea que hacía trucos para que las ovejas fueran de él, los resultados; pero después tuvo que arriesgar todo lo que había conseguido, porque tuvo que salir otra vez de la tierra y se tenía que encontrar con Esaú; y él había engañado a Esaú, y entonces empezó a tener miedo, y tuvo que determinar enviar adelante todas las ovejas para que Esaú fuera calmándose. Todo lo que se había ganado tuvo que arries­garlo hasta que se quedó solo, y ahí sí le dijo a Dios: No te dejaré si no me bendices; y ahora sí confía en Dios. Dios le bendice, pero le descoyuntó el muslo; es decir, él antes se apoyaba en sus propias fuerzas, él era Jacob; entonces ahora se va a apoyar en la bendición de Dios, pero para eso tiene que ser tocado, dislocado su muslo, su fuerza natural, su propia manera de hacer las cosas; fue quebrantado; ya Jacob no se podía apoyar en sus propias fuerzas, sino que tenía que apoyarse en Dios, que era su bendición. Pero él primero hizo las cosas a su manera. Él no aprendió la lección hasta que quedó apoyado en Dios y no en sí mismo, y recién ahí fue que regresó y dejó de llamarse Jacob y empezó a llamarse Israel; pero mientras tanto, esa historia y esas lecciones las aprendió mientras se iba; pero aquí donde estamos leyendo, él todavía no había aprendido esas lecciones, pero ya Dios se le reveló y ya Dios le mostró la visión del plan de Dios. Dice en el verso 16: "Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Yahveh está en este lugar, y yo no lo sabía".


Él entendió, pero aun así se fue; o sea que nosotros los seres humanos, al principio entendemos, pero como somos astutos y manejamos las cosas a nuestra manera, y nos defendemos nosotros mismos, y nos procuramos nosotros mismos las cosas a nuestro estilo, aunque confesamos: Dios está aquí, pero me voy para otro lado. Seguimos leyendo en el verso 17:

AY tuvo miedo, y dijo: (Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo".

Fijémonos, él entendió la revelación de Dios, porque Dios tenía ese plan. Jacob se está yendo, pero para poderlo traer de vuelta, Dios le revela el plan y luego vuelve y lo trae; Dios le dice: Te volveré a traer a este lugar, la tierra donde tú estás; ahí donde vio la escalera que representa a Cristo, que une al cielo con la tierra, esa primera piedra que él levantó en Bet-el, porque así la llamó Jacob; pues si Jacob quería ponerle un nombre que sintetizara la revelación que Dios le dio, ese nombre fue Bet-el. Bet-el quiere decir en hebreo, casa de Dios. El nombre Bet-el sintetiza la revelación que Dios le dijo a Jacob cuando él se estaba yendo, y se la dio porque sabía que él se iba a ir y que tenía que volverlo a traer; entonces, esa escalera representa a Cristo. Ahora vamos a mirar en el evangelio de San Juan, algunos versos del capítulo 1, y llamamos la atención sobre la analogía. Verso 48-51:

A48Le dijo Natanael (a Jesús): )De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. 49Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel. 50Respondió Jesús y le dijo: )Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que éstas verás. 51Y le dijo: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre".


)Cuáles son esas cosas mayores? Lo que vio Jacob fue una escalera que comunicaba el cielo con la tierra y por esa escalera subían y descendían ángeles; pero en ese lugar donde esa escalera se posó fue donde Jacob levantó una piedra, la piedra de cabece­ra, y la ungió con aceite y la llamó Bet-el, Casa de Dios. Ahora, realmente )quién es la primera piedra de la casa de Dios? )No es el Señor Jesús? )No dice la Biblia que Él es la piedra del ángulo de la casa de Dios? Entonces Jesús es la verdadera piedra ungida con aceite, es la primera piedra, o la piedra de cabecera, el Bet-el de Dios. Ahora, )saben qué van a ver ustedes? Acabaron de recono­cer al Mesías; de aquí en adelante ustedes van a ver el cielo abierto, como lo vio Jacob, y ángeles que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre; o sea que el Hijo del Hombre es la escalera de Dios, porque Él es el que trae a Dios a los hombres y lleva a los hombres a Dios; El es el sumo pontífice, el verdadero pontífice, porque pontífice quiere decir el puente, la escalera; Él es el que nos revela al Padre; nadie conoce al Padre sino a través del Hijo, pero también el Hijo representa al hombre porque es el Hijo del Hombre delante de Dios; es decir, que la escalera es Jesucristo; o sea que aquel motivo que había visto en figura, en alegoría, primeramente Jacob, ahora en el Nuevo Testamento comienza con Jesucristo; es decir, Jesucristo está empezando a llamar a los discípulos así como Dios está llamando a Jacob para con él empezar a construir el pueblo de Israel, y con él preparar la venida del Mesías; ahora el Mesías, Jesucristo, la verdadera piedra del ángulo, es la piedra de cabecera de la verdadera Bet-el, de la verdadera casa de Dios, de la cual la Bet-el de Jacob era una alegoría apenas, una figura; pero la verdadera piedra de cabecera es Jesucristo, y la verdadera Bet-el, la verdadera casa de Dios, es la Iglesia. Ahí encontramos una verdadera concordancia en la Palabra de Dios.

Volvamos a Génesis 28:17: "No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo"; eso fue lo que captó. Ahora Bet-el es la casa de Dios, la puerta del cielo. Si alguien quiere saber cómo ir al cielo, tiene que recibir el testimonio de Bet-el, porque la puerta del cielo es Jesucristo y Él es la piedra de la casa de Dios. Nadie puede ir a Dios sin Jesucristo, y Jesucristo está en la Iglesia; el testimonio de la Iglesia es acerca de Jesucristo para que la gente se encuentre con Dios y se convierta en morada de Dios. (v.18): AY se levantó Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y la alzó por señal, y derramó aceite encima de ella", como el Señor Jesús fue levantado de los muertos como señal. "Y derramó aceite encima de ella@, que es la unción de Cristo y de la casa de Dios, que es el misterio de Cristo, el cuerpo de Cristo, come dice Efesios 3.


"19Y llamó el nombre de aquel lugar, Bet-el (que significa la casa de Dios), aunque Luz era el nombre de aquella ciudad primero. 20E hizo Jacob voto, diciendo (aunque sabemos que lo que Dios quiere es en ese lugar, y la revelación es que Dios va a edificar para Sí una casa, pero yo tengo mis propios problemas, mis propios asuntos, así que): "si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, 21y si volviere en paz a casa de mi padre, Yahveh será mi DiosA. Pero mientras tanto yo me voy a donde yo quiero. Jacob insiste en irse. "Y si me diere pan para comer"; así somos los hombres. Si Dios me da todo lo que necesito, entonces sí será mi Dios; si no, yo sigo en lo mío; Ay vestido para vestir, y si volviere en paz a la casa de mi padre, Yahveh será mi Dios" (en el futuro, todavía no). (Cómo somos nosotros de duros! Si me bendice, entonces en el futuro, es posible que me convenza y "será mi Dios".

"22Y esta piedra que he puesto por señal, será (Dios ya quiere, pero yo todavía no) casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti". Allí encontramos una diferencia con Abraham cuando diezmó, que lo hizo voluntariamente, sin que nadie se lo dijera; pero Jacob está negociando. (Cómo somos nosotros de duros! También le dijo: Ade todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti@. Fijémonos que cuando Abraham diezmó lo hizo voluntariamente, sin que nadie se lo pidiera; pero aquí Jacob está negociando; o sea, Dios, si tú quieres que te dé un diezmo grande, entonces me tienes que dar bastantito. Así somos los seres humanos al principio; aunque fuimos escogidos por Dios, y somos llamados para la edificación de Dios, tenemos nuestros propios negocios, nuestros propios asuntos, y estamos preocupados por comida, vestido, casa, ropa, etcétera. Y va a ser Dios nuestro, si nos bendice en nuestras cosas, y ahí sí le vamos seguir "la corriente" a Dios en eso de Su casa; pero eso sí, yo tengo que seguir en lo mío.

 

Egipto es como una caña cascada


Después de las lecciones aprendidas por Jacob en todos esos capítulos, llegamos al capítulo 35 de Génesis; o sea, del 28 al 35. Muchas lecciones y sufrimientos de Jacob, fue lo que Dios usó para transformarlo; entonces llegamos al capitulo 35. Fijémonos que a Abraham le sucedió lo mismo. Abraham estaba en Bet-el, incluso antes de que lleguemos al capítulo 35. Leamos lo que pasó con Abraham para enriquecer esta prueba de Bet-el. Esta experiencia nos va a servir para que seamos también nosotros enriquecidos en nuestras pruebas. Miremos los capítulos 12 y 13 de Génesis. Dios llamó también a Abraham a la tierra y Abraham estaba en esa tierra; pero fijémonos desde el verso 8: "Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el", o sea que Abraham estaba en Bet-el, en el mismo lugar donde estaría Jacob, Ay plantó su tienda teniendo a Bet-el al occidente y a Hai al oriente; y edificó allí altar a Yahveh, e invocó el nombre de Yahveh"; o sea, Abraham edificó un altar a Dios estando en Bet-el; es decir, un altar representa una consagración.

Abraham se consagró al Señor en Bet-el, pero había una prueba que pasar. A un lado estaba Bet-el, que significa la casa de Dios, y al otro lado estaba Hai, que significa ruina y destrucción. Entonces Abraham tenía que seguir a Dios en el plan de Dios, y ahí estaba Bet-el; pero al otro lado estaba Hai. Y mire cómo es la vida: o seguimos a Dios en Sus planes, y colaboramos con la causa de Dios para ser edificados como Bet-el, casa de Dios, o si no, al otro lado está Hai, ruinas. Entonces le vino una prueba a Abraham, y esa prueba nos puede pasar a todos. El curso del sol es de oriente a occidente, de Hai a Bet-el, de la ruina a la Casa de Dios. Miremos la prueba: "Y Abram partió de allí, caminando y yendo hacia el Neguev. Hubo entonces hambre en la tierra". Cuando Abraham se apartó de Bet-el vino la prueba de hambre, la prueba económica, la prueba de las dificultades, y )qué fue lo que le pasó a Abraham? Cuando vino la prueba de las dificultades económicas se sintió movido a volverse para Egipto; él debía estar en la tierra y conocer a Yahveh-Jireh, pero él todavía no había conocido a Dios como el proveedor; eso fue más adelante cuando tuvo a Isaac; pero todavía no había madurado, entonces él buscó ayuda en Egipto.


A10Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra. 11Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto@. Empezó a exponer a su esposa a otro hombre y mintió y hasta el hombre tuvo que reprenderlo; es decir, un incrédulo tuvo que reprender a un creyente. Eso le pasó en Egipto, porque allá dejó de confiar en Dios y empezó a confiar en si mismo, y entonces tenía que decir mentiras y arriesgar a su propia esposa; pero Dios había dicho que por Sara vendría el heredero; entonces Dios tuvo que cerrar el vientre de aquellas personas y amenazar a Abimelec para poder guardar a Sara para que la simiente no se perdiera. )Qué pasó? Miremos el capítulo 13. Después de la triste lección, cuando él se apoyó en Egipto, como también Israel se apoyó en Egipto, y también cuando vino lo de la cautividad, se quisieron también ir a Egipto, y Dios les dice que no se vayan a Egipto; Dios les dice que Egipto es como una caña cascada que todo aquel que se apoya en ella, se quiebra la caña y se la entierra: pero uno es tan duro que en vez de aprender, cuando viene la prueba se va a confiar en Egipto como hizo Abraham, como también lo hizo Israel, y luego como lo hizo también el remanente que había quedado del cautiverio; y luego se van a Egipto, y allí fue un problema. Y vemos que Abraham, después de sufrir, le sucedió lo siguiente:

A1Subió, pues, Abram de Egipto hacia el Neguev, él y su mujer, con todo lo que tenía, y con él Lot. 2Y Abram era riquísimo en ganado, en plata y en oro. 3Y volvió por sus jornadas desde el Neguev hacia Bet-el, hasta el lugar donde había estado antes su tienda entre Bet-el y Hai, 4al lugar del altar que había hecho allí antes; e invocó allí Abram el nombre de Yahveh@. Es decir, otra vez aprendió la lección de que en Egipto no encontraría sino vergüenza y peligro, y tuvo que volver otra vez a Bet-el, otra vez al lugar donde había estado primero su tienda, a confiar otra vez en el Señor, a poner el altar otra vez en su lugar. Así nos pasa a nosotros. Él nos llama porque Él tiene un plan, pero de pronto viene una prueba y nosotros nos queremos ir a Egipto o a Padan-Aram, pero después Dios nos trae.

 

La consagración en Bet-el

 Volvamos a Génesis 35. Dios le había dicho a Jacob: Te volveré a traer a este lugar; le había enseñado muchas cosas; se había ido solito y jovencito, y ahora llegaba viejito, con 13 hijos, 12 varones y una mujer, y con 4 mujeres: Lea, Raquel, Bilha y Zilpa. Veamos el capítulo 35 de Génesis, desde el verso l: "1Dijo Dios a Jacob@. Fijémonos qué interesado está Dios en las cosas Suyas, pero nosotros estamos interesados en las cosas nuestras; por eso tiene que sacarnos de lo nuestro, volviéndonos a lo Suyo.


"1Dijo Dios a Jacob: Levántate y sube a Bet-el y quédate allí; y haz allí un altar al Dios que te apareció cuando huías de tu hermano Esaú". Allí fue que yo me revelé a ti; el plan mío es ese; )no entiendes que lo que yo quiero es una ciudad, cuyo arquitecto y constructor Soy Yo, y que la primera piedra es Bet-el? Hay que entender el plan mío. En Bet-el es donde Yo quiero; eso es vital; es en Bet-el. AQuédate allí; y haz allí un altar"; es decir, conságrate a Mí, a la causa mía, en Bet-el; allí es donde Yo te quiero consa­grado. Fijémonos, Dios le había dicho: Yo te voy a acompañar, pero te voy a volver a traer; y aquí Dios está cumpliendo; entonces, ahora sí, "2dijo Jacob a su familia y a todos los que con él estaban: Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos".

Antes había dicho: Bueno, si Dios me bendijere, será... pero ahora dice: Es mi Dios, el Dios verdadero y "3levantémonos y subamos a Bet-el; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo en el camino que yo he andado. 4Así dieron a Jacob todos los dioses ajenos que había en poder de ellos, y los zarcillos que estaban en sus orejas; y Jacob los escondió debajo de una encina que estaba junto a Siquem. 5Y salieron, y el terror de Dios estuvo sobre las ciudades que había en sus alrededores, y no persiguieron a los hijos de Jacob@. Vemos a Dios respaldando a su pueblo que volvía de vagar, de nuevo a Bet-el. Ahora sí se limpió, ahora sí tuvo a Yahveh por Dios, ahora sí decidió consagrarse a Dios en Bet-el. Y dice: "6Y llegó Jacob a Luz, que está en tierra de Canaán (esta es Bet-el), él y todo el pueblo que con él estaba". Vemos que ahora viene con pueblo, después de que se fue solo. "7Y edificó un altar y llamó al lugar El-bet-el"; o sea, el Dios de Bet-el; es decir, primeramente él entendió la casa de Dios, pero ahora él entiende que hay un Dios que quiere para Él una casa. "El-bet-el, porque allí le había aparecido Dios, cuando huía de su hermano. 8Entonces murió Débora, ama de Rebeca (ya se cortó con el pasado), y fue sepultada al pie de Bet-el, debajo de una encina, la cual fue llamada Alon-bacut (que quiere decir, la encina del llanto)"; es decir, donde se corta con lo viejo.


A9Apareció otra vez Dios a Jacob (aparece en Bet-el), cuando había vuelto de Padan-Aram, y le bendijo. 10Y le dijo Dios: Tu nombre es Jacob; no se llamará más tu nombre Jacob (ya no serás más un engañador), sino Israel será tu nombre; y llamó su nombre Israel@ (que quiere decir, príncipe con Dios). A11También le dijo Dios: Yo soy el Dios omnipotente: Crece (ahora sí) y multiplícate; una nación y conjunto de naciones procederán de ti, y reyes saldrán de tus lomos. 12La tierra que he dado a Abraham y a Isaac, la daré a ti, y a tu descendencia después de ti daré la tierra. 13Y se fue de él Dios, del lugar en donde había hablado con él". Fijémonos en la diferencia con la primera vez. "14Y Jacob erigió una señal en el lugar donde había hablado con Él, una señal de piedra, y derramó sobre ella libación, y echó sobre ella aceite. 15Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar donde Dios había hablado con él, Bet-el@.

Nótese que la primera vez él reconoció la visión, entendió, levantó la piedra y puso aceite, que eso es precisamente erigir el tabernáculo y llenarlo con la gloria de Dios. Dios quiere una casa para morar en ella; Jacob entendió la revelación y lo llamó Bet-el; pero aquí él ya se consagró a la causa de Dios; no como aquella vez que fue; es decir, volvió, porque Dios fue el que lo trajo; Dios fue el que lo escogió, porque Dios es el que tiene el negocio y en ese negocio tiene que estar Jacob, porque Dios quiso.

Jacob ahora sí aprendió la lección, y ahora sí, además de la piedra y el aceite, derramó libación. La libación significa derramar vino sobre el sacrificio; representa derramar la vida en sacrificio, un compromiso con la causa de Dios hasta la muerte. Eso es lo que en el Antiguo Testamento significaba la libación; se ponía vino en unas jarritas, y se derramaba sobre el sacrificio del altar, así como Jesús derramó su sangre hasta la muerte para que Dios pueda tener casa para Él, porque lo que el Padre dijo que el Hijo le haría es que el Hijo le edificaría una casa; y por eso Él derramó Su vida; y ahora Pablo también dice que él sufre en su carne las aflicciones de Cristo por amor de la Iglesia, para que la Iglesia sea edificada; tenemos que ser derramados como libación sobre el sacrificio de la fe de los creyentes.

Ahora sí Jacob entendió, y no sólo entendió, sino que aprendió la lección y se consagró hasta la muerte por la causa de Dios; ahora sí Dios podía edificar Su casa. Había que trabajar para edificar la casa. Nosotros somos como Jacob y tenemos que ser también convertidos a Israel.



[1]Enseñanza a la iglesia en la localidad de Teusaquillo, Bogotá D. C., Colombia, en septiembre 27 de 1992. Traducción: Marlene Alzamora.

[2] APorque has puesto... al Altísimo por tu habitación@ (Salmo 91:9).

[3] Éxodo 3:15

[4] Génesis 15:5; 11:18

[5] Génesis 12:1

UN SANTUARIO PARA DIOS

Por cristianogiv - 12 de Octubre, 2006, 14:52, Categoría: General

 

 

 

Capítulo III

 

 

UN SANTUARIO PARA DIOS[1]

 

 

 

La ofrenda voluntaria

Ya vimos Beth-el, que es la primera mención de la casa de Dios. Es el motivo que Dios tiene, el deseo de tener para Sí una casa en la cual Él incorporarse, para Él vivir, reposar, porque dice: AEste es el lugar de mi reposo@; en la cual Él expresarse y también allí realizar Su Reino. En el libro de Éxodo vamos a seguir el motivo de la Casa de Dios, que es Beth-el. Vamos a ver lo relativo al deseo de Dios de tener un Santuario para Él. Es el preámbulo para el estudio del tabernáculo. Antes de entrar en el tabernáculo tenemos que ver el deseo de Dios de tener para Sí un Santuario, y también los materiales con los que Él quiere que se le edifique ese Santuario. Veamos el corazón de Dios. Acordémonos de la situación histórica con que el Señor expresó el mismo deseo. Fijémonos en que Él se le reveló a Jacob en Beth-el. Fue Dios quien tomó la iniciativa, y después de lo relativo a Beth-el, fue Dios también quien tomó la iniciativa aquí en Éxodo.


Analicemos los primeros nueve versículos del capítulo 25 del libro de Éxodo. AYahveh habló a Moisés@. Yahveh; es iniciativa de Dios, esto es lo que está en el corazón de Dios. A1Yahveh habló a Moisés, diciendo: 2Dí a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda@. Miremos esa expresión: De corazón. Dios no quiere algo que no venga del corazón del hombre. Si tú lo quieres yo lo querré de ti, pero si tú no lo quieres yo tampoco lo quiero. Yo quiero lo que tú quieres. El Señor Jesús dijo: A(Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!@[2]. Cuántas veces yo quise, cuántos intentos del Señor para unir Su pueblo bajo Sus alas, pero el pueblo mismo no lo quiso; yo quise, pero tú no lo quisiste. O sea que el Señor, si el pueblo no quiere, Él no lo va a forzar, Él va a dejar el pueblo en lo que el pueblo quiere.

Primero, si Él va a querer algo para Sí, lo quiere tener con la libre voluntad de Su pueblo; por eso dice: Aque la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda@. Dios lo dice así: A3Esta es la ofrenda que tomaréis de ellos: oro, plata, cobre@. El Señor va a construir un santuario y Él no lo va a construir según lo que nosotros le decimos. Nosotros no le vamos a decir a Dios lo que le vamos a dar; es Dios el que nos pide a nosotros. A veces nosotros le decimos a Dios: Esto no te lo voy a dar, pero esto sí; es decir, nosotros le damos quizá lo que no nos cuesta, quizás lo que nosotros podemos dar con facilidad; pero hay cosas difíciles de dar a Dios y son precisamente las cosas preciosas. Fijémonos que empieza con oro, y son las cosas de valor las que Dios pide; o sea que si Dios quiere para Sí una casa, Él no la quiere si no es voluntariamente, y si no es con lo que Él pide, y no lo que yo quiero.

Segundo, haciéndolo de todo corazón, voluntariamente, dándole a Dios lo que Dios pide; de lo contrario no es para Él una casa, y Él no va a estar cómodo. Primeramente leamos de corrido y después entraremos en detalle sobre ellos. Cobre, en este caso y en el idioma hebreo, es lo mismo que bronce.

AOro, plata, cobre, 4azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, 5pieles de carnero teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia, 6aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático, 7piedras de ónice, y piedras de engaste para el efod y para el pectoral. 8Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos@.

Es decir, con esto yo les digo que lo que quiero que hagan es esto: Un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos.

 

Dios quiere una casa entre su pueblo


Fijémonos en el deseo de Dios. Ustedes estaban perdidos en Egipto, en el mundo; yo los saqué, salieron como una tromba, apurados, gracias a la pascua; asustados de los egipcios, pero cruzaron el mar rojo y ahora son un tropel; pero ese tropel hay que ponerlo en orden, y yo quiero que ustedes hagan algo para mí. Notemos que Él les da un motivo central para ese pueblo que fue liberado de Egipto. Él quiere que ese pueblo tenga un objetivo en qué ocuparse, es decir, cuando Dios nos libera, lo hace con un propósito; nos libera para algo que Dios quiere. No solamente nos sacó de Egipto para que después no sepamos qué hacer y nos volvamos a Egipto. Si nos sacó, nos da un sentido, nos da también una misión, nos da también un propósito. Eso era lo que el Señor le había prometido a Moisés: Mira, Moisés, la señal de que yo te envío es que cuando hayas sacado al pueblo, vendréis y adoraréis en este lugar. El Señor quiere centrar a Su pueblo alrededor de Sí mismo, porque si Él mismo es el sentido de todas las cosas, cuánto más de Su pueblo, porque todas las cosas Él las hizo para Sí mismo. Como dice Proverbios 16:4: ATodas las cosas ha hecho Yahveh para sí mismo@; o sea que Él es el sentido final de Su pueblo; Él quiere hacerse uno con Su pueblo, y Él quiere una casa entre Su pueblo. Por eso dice:

A8Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos. 9Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis@.

No se puede hacer el santuario para Dios sino conforme a lo que Dios pide. No es lo que yo quiera darle, sino lo que Él pide; Él es el que sabe lo que quiere, entonces Él es el que nos demanda. Esto es lo que pido para que yo habite en medio de mi pueblo. Pido que tú y que tú, y que cada uno de mi pueblo, me traiga lo que Yo pido, no lo que ustedes me quieran dar; es lo que Yo les estoy pidiendo. Ustedes pueden tener otras cosas, pero yo no les estoy pidiendo sino estas específicas. Son cosas valiosas, pero se las pido. Entonces podemos resumir así:

1. Es Dios el que pide.

2. Lo que se le da a Dios tiene que ser voluntariamente, de todo corazón.

3. Con lo que se le da a Dios, hay que edificarle un santuario, un tabernáculo y unos utensilios para el ministerio o el servicio.

 

Según el modelo de Dios


Todo lo anterior es según el modelo de Dios, según el diseño de Dios. Nosotros no diseñamos el santuario como nosotros queremos; nosotros no diseñamos los utensilios como nosotros queremos, ni determinamos los materiales que Él quiere; lo que hacemos solamente es querer que Él tenga lo que Él quiere. Dios quiere un santuario conforme a un diseño y para un servicio, con unos utensilios; y ese santuario y esos utensilios, son hechos con ciertos materiales. Dios es el que pide. La parte nuestra es decirle: Sí, Señor, de todo corazón queremos que Tú tengas lo que quieres. Porque es muy fácil tratar de servir a Dios según el gusto nuestro, dando a Dios lo que nosotros queremos, y servirle según nuestro gusto. Nosotros somos egoístas, y hacemos las cosas según nuestra manera, y damos a Dios lo que nosotros queremos. No nos importa lo que Él nos pide; es quizás lo que nos sobra lo que le damos a Dios. Pero Él dice: No, no, Yo soy el que pide, y Yo soy el que diseño tanto el santuario total como cada utensilio del servicio del santuario en particular. La parte nuestra es solamente aprobar de todo corazón y con todo cariño lo que Dios quiere, y seguirlo a Él, y no buscar que Dios nos siga la corriente a nosotros.

Observamos de nuevo en el versículo 3 y vemos las primeras cosas que Dios quiere: Oro, plata y cobre. Al cobre en otro pasaje se le llama bronce. Observamos en la versión de la Biblia, que el título que se le da a este pasaje es: La ofrenda para el tabernáculo, el cual no hace parte del texto bíblico. Debajo de ese título encontramos una referencia, que es Éxodo 35:4-9. Eso significa que ese pasaje habla de lo mismo. Por alguna razón especial el Señor lo repite; por eso vamos a revisar lo que Dios dice en Éxodo 35:4-9; es decir, no pasemos por alto las razones de Dios. Allí dice: A4Y habló Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Yahveh ha mandado@. Notemos que primero habló Dios a Moisés; es decir, Dios dirigiendo al ministerio lo que Él quiere, y ahora el ministerio transmitiendo al pueblo, conforme el deseo de Dios. Por eso está repetido esto. Tal como el ministerio lo recibe de Yahveh, el ministerio lo tiene que entregar al pueblo. No lo puede distorsionar, no le puede agregar, no le puede quitar; si lo hiciera, sería un mal administrador el ministerio que no tiene en cuenta lo que Dios pidió, o si no sabe lo que Dios pidió, o si lo descuida y le transmite al pueblo algo diferente. Por esa causa están aquí Éxodo 25 y Éxodo 35. Parecieran lo mismo, con la diferencia de que en Éxodo 25 Yahveh le dice a Moisés, y en el capítulo 35 Moisés se lo dice al pueblo. Eso muestra la fidelidad necesaria para el ministerio, de conseguir para Dios dentro del pueblo, lo que Dios quiere; no lo que el ministerio quiera, ni lo que el pueblo quiera.

A4Y habló Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: Esto es lo que Yahveh ha mandado: 5Tomad de entre vosotros ofrenda para Yahveh; todo generoso de corazón la traerá a Yahveh; oro, plata, bronce (aquí traduce bronce en vez de cobre), 6azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, 7pieles de carnero teñidas de rojo, pieles de tejones, madera de acacia, 8aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático, 9y piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y para el pectoral@ (Éx. 35:4-9).


Todos estos son los materiales con que se construirá el santuario, los utensilios y las vestiduras consagradas para el sacerdocio. Ahora pasemos a leer desde el verso 10 en adelante, antes de entrar en los detalles mismos de lo que es el oro, lo que es la plata, lo que es el azul, lo que es carmesí, etcétera, y entremos en la visión general; porque hay que ver primero el plan general, para luego ir viendo en qué se va a usar cada cosa, y eso nos va a ayudar a entender para qué es cada una de ellas. Veamos quién es el que presenta los materiales; es el pueblo del Señor; es decir, Dios quiere tener lo que Él desea. Y )si Su pueblo no se lo quiere dar? Imaginemos qué triste es que Dios haya liberado a un pueblo y que ese pueblo no le quiere dar a Dios lo que es de Dios. Dios quiere aquello para lo cual Dios liberó al pueblo. Notemos que la responsabilidad es de todo el pueblo; es decir, cada uno de nosotros tiene que estar dispuesto a que Dios tenga de mi parte lo que Él quiera; y juntos todos, de nuestra parte, lo que Él quiere.

A10Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas las cosas que Yahveh ha mandado@.

Todo sabio de corazón vendrá y hará todo; es decir, que ninguno puede excluirse y decir: Bueno, eso le toca a Moisés y a Aarón. No, es a todo sabio de corazón del pueblo. Cada uno tiene que presentarse. Esto tiene su correspondencia en el Nuevo Testamento, en Romanos 12:1, cuando el apóstol Pablo dice: AAsí que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional@. )Qué es lo que hay que edificarle a Dios? Lo vemos en el verso 11:

 

Inventario del diseño

A11El tabernáculo, su tienda, su cubierta, sus corchetes, sus tablas, sus barras, sus columnas y sus basas@.

Fijémonos que son tres aspectos exteriores visibles, y por eso hay varias clases de pieles. Después veremos qué representa la cobertura, la casa espiritual de hombres redimidos por Cristo. El tabernáculo, la tienda y la cobertura. Los corchetes son los que mantienen unidas las cortinas. Las tablas son las que forman parte del santuario, las paredes. Las barras son las que atraviesan las tablas para poderlas mantener en orden. Las columnas son las que sostienen todo el tabernáculo, y las cortinas y los velos; y las basas son las que fundamentan las tablas.

A12El arca y sus varas, el propiciatorio, el velo de la tienda; 13la mesa y sus varas, y todos sus utensilios, y el pan de la proposición; 14el candelero del alumbrado y sus utensilios, sus lámparas, y el aceite para el alumbrado; 15el altar del incienso y sus varas, el aceite de la unción, el incienso aromático, la cortina de la puerta para la entrada del tabernáculo@.


Aquí vemos ya también utensilios. Primero vamos haciendo como una especie de inventario de todos los utensilios de la casa de Dios. Entende­mos que Dios quiere una casa, pero la quiere de una manera, con ciertos materiales y con ciertos utensilios, y cada uno conforme a Su diseño. Hagamos el inventario para que nos demos cuenta de que la Iglesia, la verdadera casa de Dios, es compleja, y tiene que hacerse así. Observemos que primero se menciona lo relativo al Lugar Santísimo; luego a partir del verso 13 aparece lo relativo al Lugar Santo, y a partir del verso 16, lo relativo al Atrio.

A16El altar del holocausto, su enrejado de bronce y sus varas, y todos sus utensilios, y la fuente con su base; 17las cortinas del atrio, sus columnas y sus basas, la cortina de la puerta del atrio; las estacas del tabernáculo, 18y las estacas del atrio y sus cuerdas@.

Sigue lo relacionado con las vestiduras del servicio para ministrar desde el santuario. Eso quiere decir que no se puede ministrar sin las vestiduras; por eso tenemos que limpiarnos; venir y quedarnos en el atrio un rato orando, porque en el atrio está el altar de bronce, donde se juzga el pecado; allí también está la fuente de bronce donde se limpian los sacerdotes que van a entrar a ministrar. Para todo eso tenemos que tener un tiempo. No podemos entrar a adorar sin arrepentirnos, sino que es necesario arrepentirse, humillarse, limpiarse, purificarnos con la sangre para luego poder entrar y tomar el incensario y elevar nuestras oraciones a Dios, y que entren al Lugar Santísimo. Todo eso es un orden. Hay veces en que nosotros venimos sin haber dado los pasos necesarios y queremos entrar al Lugar Santísimo sin pasar por el Atrio. Recordemos que en el Atrio está un altar de holocausto, y en el Lugar Santo está un altar del incienso. Son dos altares diferentes. Uno es para juzgar el pecado y el otro es para ofrecer a Dios alabanzas, adoración y oración. No se puede ofrecer eso en el Santo, sin primeramente pasar por el juicio del Atrio, el juicio de nuestros pecados en el altar que represente la cruz donde es sacrificado el Cordero.

A19Las vestiduras del servicio para ministrar en el santuario, las sagradas vestiduras de Aarón el sacerdote, y las vestiduras de sus hijos para servir en el sacerdocio. 20Y salió toda la congregación de los hijos de Israel de delante de Moisés. 21Y vino todo varón a quien su corazón estimuló, y todo aquel a quien su espíritu le dio voluntad, con ofrenda a Yahveh para la obra del tabernáculo de reunión y para toda su obra, y para las sagradas vestiduras@.


Fijémonos de qué manera está escrito: El corazón estimulado porque el espíritu le dio voluntad. Observemos que el alma se mueve gracias a lo que da el espíritu. Primero Dios se mueve en el espíritu para luego reconfortar el alma, y aun poner el cuerpo al servicio íntegro; pero todo se origina en el espíritu. El corazón estimulado y el espíritu dando voluntad, como ofrenda a Yahveh para la obra del tabernáculo. En el Antiguo Testamento se decía Ala obra del tabernáculo@, y en el Nuevo Testamento se dice Ala obra del ministerio de la casa de Dios@ y Ala edificación del cuerpo de Cristo@, figurado en el tabernáculo. Es el tabernáculo de reunión. Fijémonos en el nombre que le da Dios. La intención de Dios de tener una casa es para reunirse y para tener comunión: Dios con el hombre y el hombre con Dios. Dios en el hombre corporativo y el hombre corporativo en Dios; porque Dios mora en el hombre. Es una morada mutua donde se reúnen Dios y el hombre; y los hombres juntos en y alrededor de Dios. AY para toda su obra, y para las sagradas vestiduras@, porque el tabernáculo de reunión tiene una obra.

A22Vinieron así hombres como mujeres, todos los voluntarios de corazón, y trajeron cadenas y zarcillos, anillos y brazaletes y toda clase de joyas de oro; y todos presentaban ofrenda de oro a Yahveh. 23Todo hombre que tenía azul, púrpura, carmesí, lino fino, pelo de cabras, pieles de carneros teñidas de rojo, o pieles de tejones, lo traía. 24Todo el que ofrecía ofrenda de plata o de bronce traía a Yahveh la ofrenda; y todo el que tenía madera de acacia la traía para toda la obra del servicio@.

Con todo eso se hizo, después de fundirlo, lo que Dios quiso; o sea que pasaron por el fuego de la fundición de Dios y tomaron la forma que Dios quería. Antes tenían una forma para el hombre mismo: collares para el hombre, zarcillos para el hombre; pero Dios los había hecho para Dios. Ofrecerlos a Dios es pasar por la fundición y el martillo para que tomen la forma que Dios quiere. La ofrenda era a Yahveh, no a los hombres, porque el que quiere esa casa para Sí es Yahveh. Para la obra del servicio significa la obra del ministerio, porque ministerio significa servicio.

A25Además todas las mujeres sabias de corazón hilaban con sus manos, y traían lo que habían hilado: azul, púrpura, carmesí o lino fino. 26Y todas las mujeres cuyo corazón las impulsó en sabiduría hilaron pelo de cabra. 27Los príncipes trajeron piedras de ónice, y las piedras de los engastes para el efod y el pectoral, 28y las especies aromáticas, y el aceite para el alumbrado, y para el aceite de la unción, y para el incienso aromático@.

 

Un solo santuario


Observemos lo curioso. Primero hombres y mujeres traían lo que era el oro, zarcillos; luego los hombres traían azul, carmesí. Las mujeres eran las que hilaban. Luego los príncipes; es decir, no todos aportaban lo mismo, sino que cada uno aportaba una parte completada con la otra; todo el pueblo; y luego se hacía el santuario, uno solo, con un servicio completo, con un sacerdocio. El efod era una especie de hombreras que se colocaba alrededor del cuello para poner un pectoral donde se habían colocado unas piedras. Más adelante, Dios mediante, se verán cada una de estas cosas. Primero es necesario ver la panorámica general para entender la visión del esqueleto esquemático; después sí se entra en los detalles.

A29De los hijos de Israel, así hombres como mujeres, todos los que tuvieron corazón voluntario para traer para toda la obra, que Yahveh había mandado por medio e Moisés que hiciesen, trajeron ofrenda voluntaria a Yahveh@.

Fijémonos en que el pueblo es más grande que los voluntarios, porque no dice, todo el pueblo, sino Ade los hijos de Israel@. Hay algunos que como que no quieren, que se quedan en las afueras para que los otros hagan, pero yo no hago, que los otros preparen, pero yo no preparo, que los otros trabajen, pero yo no trabajo; pero el Señor no quiere recibir lo que se hace de mala gana. De entre todos, sin embargo, hay algunos de ellos, así hombres como mujeres, todos los que tuvieron corazón voluntario para traer para toda la obra que Yahveh había mandado por medio de Moisés, lo hicieron y trajeron ofrenda voluntaria a Yahveh. Todo hay que hacerlo en orden. Eso lo vemos en los versos 30-35,

A30Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, Yahveh ha nombrado a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; 31y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte, 32para proyectar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, 33y en la talla de piedras de engaste, y en obra de madera, para trabajar en toda labor ingeniosa. 34Y ha puesto en su corazón el que pueda enseñar, así él como Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan; 35y los ha llenado de sabidu­ría de corazón, para que hagan toda obra de arte y de invención, y de bordado en azul, en púrpura, en carmesí, en lino fino y en telar, para que hagan toda labor, e inventen todo diseño@.

Vemos acá que Bezaleel no es el único que lo tiene que hacer todo; debe enseñar a los otros a que lo hagan también de esa misma manera. Él era de la tribu de Judá, como Aholiab hijo de Ahisamac era de la tribu de Dan; y dentro de la distribución profética de las tribus, la más cercana era la de Judá y la más lejana era la de Dan; entonces Dios escogió de los más lejanos y de los más cercanos, para incluir a todo el pueblo, que fuesen representados todos; el primero y el último.


A1Así, pues, Bezaleel y Aholiab, y todo hombre sabio de corazón a quien Yahveh dio sabiduría e inteligencia para saber hacer toda la obra del servicio del santuario, harán todas las cosas que ha mandado Yahveh. 2Y Moisés llamó a Bezaleel y a Aholiab y a todo varón sabio de corazón, en cuyo corazón había puesto Yahveh sabiduría, todo hombre a quien su corazón le movió a venir a la obra para trabajar en ella. 3Y tomaron de delante de Moisés toda la ofrenda que los hijos de Israel habían traído para la obra del servicio del santuario, a fin de hacerla. Y ellos seguían trayéndole ofrenda voluntaria cada mañana. 4Tanto, que vinieron todos los maestros que hacían toda la obra del santuario, cada uno de la obra que hacía, 5y hablaron a Moisés, diciendo: El pueblo trae mucho más de lo que se necesita para la obra que Yahveh ha mandado que se haga. 6Entonces Moisés mandó pregonar por el campamento, diciendo: Ningún hombre ni mujer haga más para la ofrenda del santuario. Así se le impidió al pueblo ofrecer más; 7pues tenían material abundante para hacer toda la obra, y sobraba@ (Éxodo 36:1-7).

Fíjense en la expresión, Ala obra del servicio del santuario@. En el Nuevo Testamento esa expresión equivale a la obra del ministerio del cuerpo de Cristo o de la casa de Dios. El pueblo trajo de sobra y se le impidió traer más; es decir, con lo ofrendado es suficiente, ya basta, no hay que ir más allá.

 

La simbología de los materiales

Volvemos al capítulo 25 para ir identificando, por lo menos en esta primera parte, algunas cuestiones de los materiales: Oro, plata y cobre (o bronce). En toda la Biblia, el oro siempre representa la naturaleza de Dios. Si notamos, lo más interior del santuario era el arca. El arca se hacía de madera de acacia y cubierta de oro, y el arca representaba a Cristo, que es el portador de Dios y es Dios mismo; por eso las dos naturalezas de Cristo, la divina y la humana, están representadas en los dos materiales que se usan en el arca, y que son la madera de acacia representando la naturaleza humana, y el oro, que representa la naturaleza divina.

La plata representa la redención. Recordemos que cada uno del pueblo tenía que pagar un siclo de plata como rescate; es decir, que el precio del rescate está simbolizado en la plata. Entonces la redención que Cristo pagó por nosotros, que es el precio del rescate, está representado en el material plata. El oro representa la naturaleza divina y la plata representa la redención.


El bronce representa el juicio. Con el bronce era que se hacía el altar del holocausto donde se juzgaba el pecado, donde se confesaba el pecado y se ponían las manos sobre el animal, y el animal moría en lugar del hombre pecador, y era sacrificado en el altar de bronce. Por eso el Señor aparece también en la Biblia con pies de bronce bruñido, como quien pasó por el juicio de Dios. El bronce pertenece principalmente al juicio de Dios. Dios quiere una casa con la naturaleza divina, lo que proviene de la redención, y lo que ha pasado por el juicio de Dios. Esos son los materiales con los que Dios quiere construir Su casa. Claro que Él cuenta con hombres; por eso aparece también la madera, pero esa madera es recubierta. Aparecen también pelos de cabra, pero esos pelos de cabra significan también algo, porque son tratados. Cristo se hizo pecado por nosotros para librarnos.

Azul, púrpura, carmesí y lino fino. Con estas cosas es que se hacen las cortinas, el velo y las vestiduras. El azul representa lo celestial. Recordemos que el pueblo en sus vestiduras debían tener un borde de azul, para recordar que eran peregrinos; es decir, cuando ellos iban caminando, todos veían que los demás y ellos mismos tenían un borde azul en las vestiduras, y era para recordar que ellos no eran de esta tierra, que esta tierra no era lo definitivo. Ellos estaban cruzando el desierto y eran peregrinos, porque nuestro destino es con el Señor. De ahí que lo azul representa lo celestial, para no ser arraigados aquí, sino que tengamos nuestra esperanza en el cielo.

El púrpura representa la realeza. Los reyes se vestían de púrpura, y el Señor fue vestido de púrpura. El velo se hacía con varias camadas de azul, con púrpura, con carmesí. Así como Cristo es rey, y a la vez es divino y humano. El carmesí es el color rojo, que representa la sangre derramada de Cristo y representa la redención. El lino fino, dice la Biblia, representa la justicia; es decir, las acciones justas de los santos. Las vestiduras sacerdotales se tenían que hacer después con esto: azul, púrpura, carmesí y lino fino; es decir, lo celestial, lo real, lo de la redención y lo justo.

Luego vienen las pieles. Aparecen aquí cuatro tipos de cubiertas, porque estas distintas clases de pieles y el lino fino son para hacer distintos tipos de cubiertas. La cubierta del tabernáculo, la protección del tabernácu­lo, se hacía con tres clases de pieles, y toda esa protección, la cobertura del tabernáculo, representa a Cristo. Distintos aspectos de la cobertura que la casa de Dios tiene en Cristo. Esas son: pelos de cabra, pieles de carneros teñidas de rojo, pieles de tejones. La otra clase de tela es el lino fino, que se ponía en el atrio. Estos son los distintos aspectos de Cristo. El lino fino representa la justicia.


Las pieles de cabra. Las cabras en la Biblia representan al diablo, y uno pensaría )cómo en la casa de Dios van a estar representadas las pieles de cabra? )Por qué? Porque Cristo se hizo pecado por nosotros, y porque nosotros, que somos la casa de Dios, mientras no seamos transformados, mientras estemos en nuestro peregrinaje como el tabernáculo, todavía tenemos el pecado en nuestra naturaleza; la ley del pecado y de la muerte está en nuestra carne, y aunque el Señor more en nosotros, nosotros somos vasos de barro; nosotros no somos el tesoro, el tesoro es el Señor. Si no fuera por el Señor, nosotros no seríamos sino barro, y la naturaleza humana está vendida al poder del pecado, y hay algo de pecado en el hombre. Cristo, para poder cubrirnos a nosotros, tuvo que hacerse pecado, y por eso este aspecto de Cristo y del tabernáculo es la relación con el pecado. Nosotros por herencia adámica, y tratado por Cristo, que sin haber pecado tuvo que hacerse pecado por nosotros, está representado por los pelos de cabra que se tejían para hacer una especie de cobertura.

Pero notemos una cosa, que gracias a Dios no había solamente pieles de cabra, sino también pieles de carnero teñidas de rojo. Los carneros son los líderes de las ovejas, así como el macho cabrío es el que guía a las cabras; por lo tanto el carnero es el que guía a las ovejas. Cristo es este carnero, y por eso las pieles teñidas de rojo representan el sacrificio de Cristo por nuestros pecados, porque por causa de los pelos de cabras, éstos tienen que ir cubiertos por las pieles de carnero teñidas de rojo. Las cubiertas; es decir, la redención de Cristo, tiene que cubrir, limpiar nuestros pecados.

Luego venían las pieles de tejones, que era la parte más exterior, la cubierta más exterior. Los tejones son como una especie de animalitos del desierto, que están entre el mar y el desierto, y son como una especie de ratones que no tienen ninguna apariencia bonita, pero son resistentes; es decir, representan la humanidad de Cristo. Dice la Palabra que Cristo fue menospreciado. En Isaías 53 lo leemos. A2No hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3Despre­ciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos@. )Por qué? Porque aunque por dentro estaba Dios, por fuera la gente veía al hijo de un carpintero, haciendo sus sillas y azadones; y luego, cuando sirvió en el ministerio, también fue así. La apariencia exterior no era la de un gran rey. Dice la Palabra: Ale veremos, mas sin atractivo para que le deseemos@; es decir, era humilde, pero sin embargo, como dice: Aexperimentado en quebranto@, esto es, resistente. Eso es lo que representan las pieles de tejones, que era la cubierta más exterior de todas las que cubrían a todas las otras. Ello nos dice de una apariencia humilde por fuera, pero por dentro el pecado tratado, y luego sí, las partes más preciosas estaban adentro, pero escondidas.


Por eso el apóstol Juan dice también de los hijos de Dios, no sólo de Cristo, porque Isaías habla de Cristo ese fenómeno, que por dentro está el tesoro y por fuera una apariencia humilde. Y san Juan dice también de la Iglesia en su primera epístola 3:2: AAmados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser. Por eso el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él@. La gente mira lo exterior, según las apariencias, personas humildes, personas humanas, personas con debilidades; pero no saben que el Dios de la gloria está en sus corazones, que el arca está escondida debajo de esas pieles de animales comunes y corrientes del desierto.

Madera de acacia. La madera representa la naturaleza humana. La madera se saca de los árboles, y los árboles representan a los hombres. San Juan el Bautista dijo: Ya el hacha está puesta a la raíz de los árboles. )Quiénes son estos árboles? Los seres humanos. Entonces la madera que estaba arraigada en el mundo es cortada, se le dan unas medidas y se pone al servicio de la casa de Dios; es decir, la madera representa a los seres humanos. Las tablas del tabernáculo somos nosotros, y ellas se ponen al servicio de la casa de Dios.

Aceite para el alumbrado. El candelero tenía que alumbrar, pero no lo puede hacer sin el aceite, y el aceite representa al Espíritu Santo. Dice también: especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático. El incienso y el aceite de la unción tenían ciertas especias. El óleo del aceite de la unción era el mismo aceite de olivas machacado para el alumbrado, pero al óleo de la unción se le añadían especias. )Por qué? Porque el Espíritu Santo toma lo que es de Cristo y nos lo da a conocer. Las especias venían también de los elementos machacados que dan su fragancia, su sabor, y esas especias eran mirra, canela, cálamo y casia, y cada una de ellas representa un aspecto de la obra de Cristo.

La mirra representa la muerte de Cristo. El Espíritu Santo no viene Él solo, sino que el aceite viene mezclado con mirra, con canela, con cálamo y con casia; y lo mismo el incienso, también tiene especias y todas esas especias representan aspectos de Cristo. El incienso no es solo. Sino que va con especias, porque nosotros no podemos orar a Dios directamente, sino mezclados con Cristo, en el nombre de Cristo. Asimismo el óleo de la unción; el Espíritu viene y nos trae lo que es de Cristo. Eso es lo que representan las especias.


Piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y para el pectoral. Estas piedras representan al pueblo del Señor, y también las vemos a todo lo largo de la Biblia. Vemos que nosotros somos primero barro, luego somos llamados piedras, pero al final aparecemos como piedras preciosas. Esto es un proceso de transformación. En Génesis empezamos de barro, pero en Corintios y en Pedro ya somos piedras vivas. Al final, en Apocalip­sis, somos piedras preciosas. La Palabra dice que los nombres de los apóstoles estaban en piedras preciosas. Así también el pueblo del Señor en el Antiguo Testamento, los nombres de las tribus del pueblo del Señor, estaban escritos en esas piedras, y esas piedras estaban en un pectoral, y las piedras de ónice se colocaban en los hombros del sumo sacerdote; es decir, que Cristo, que es el Sumo Sacerdote, lleva la carga de Su pueblo, y tiene a Su pueblo en el corazón. Por eso Él se presenta delante de Dios con las piedras en Sus hombros y en Su pecho; como quien dice, con la carga de Su pueblo y con Su pueblo sobre Su corazón, representándonos a nosotros delante de Dios. Esas piedras preciosas representan al pueblo del Señor.

Y con todo eso, al final, Aharán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos. Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis@; es decir, que si Dios dio un diseño es porque Él está hablando algo espiritual. Hay un sentido espiritual el cual se representa con un diseño, y por eso le pide a Moisés y al pueblo y a los que trabajan, hacer un tabernáculo, pero que no lo hagan como ellos quieran, ni a su manera, sino conforme al plano de Dios, conforme al diseño de Dios. El Señor debe tener lo que Él quiere; esto nos enseña a ser cuidadosos, a seguir la Palabra para que cada cosa que hagamos sea conforme a ella.

 

El tabernáculo y la casa de Dios

La construcción del santuario en el desierto se conoce como el tabernáculo de reunión, un templo portátil semejante a una carpa. A una persona que nunca ha levantado una carpa le queda difícil entenderlo. En el Nuevo Testamento Dios se propuso usar a Pablo para la edificación del Cuerpo de Cristo, entonces lo preparó en lo natural como para poder distinguir con más facilidad la construcción de un tabernáculo. El taber­náculo representa el misterio de Cristo, la casa de Dios. En Juan capítulo 1, a propósito el Espíritu Santo utiliza un verbo, en el prólogo del evangelio de San Juan, y dice el versículo 14: AY aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como el unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad@. Este verbo que aquí en este versículo 14 dice: habitó entre nosotros, si lo leemos en el idioma griego, dice: tabernaculizó entre nosotros. El Verbo de Dios tabernaculizó. Aquí dice habitó, porque nosotros en español no usamos esa palabra tabernaculizar, pero esa fue la palabra exacta que el Espíritu Santo le guió al apóstol Juan a utilizar. )Por qué justamente le guió el Espíritu Santo al apóstol Juan a utilizar ese verbo? Para hacer la asociación.


Ahora en el Nuevo Testamento, se relaciona el misterio de Cristo y la Iglesia, con el misterio del tabernáculo. Así como en el tabernáculo estaba la naturaleza del oro y la de la madera y otras cosas, así también en Cristo, está la naturaleza divina y la humana, y luego también la Iglesia llega a ser ese tabernáculo extendido del Señor. En Juan 2:19-22, leemos lo siguiente: A19Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. 20Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, )y tú en tres días lo levantarás? 21Mas él hablaba del templo de su cuerpo. 22Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho@. Aquí Jesús responde a la pregunta que le hicieron con relación a )Qué señal nos muestras, ya que haces esto? Eso fue cuando estaba limpiando el templo de Dios, porque con el fuete sacó afuera a todos los mercaderes del templo; entonces ellos decían que )con qué autoridad, cómo es que tú haces esto? El Señor había limpiado el templo material, pero ahora con estas palabras Él hace el traslado del templo material al espiritual. ADestruid este templo, y en tres días lo levantaré@; esa será la señal que yo les voy a mostrar de con qué autoridad yo estoy limpiando la casa de Dios, con celo. Por esa razón dijeron luego los judíos: A)En cuarenta y seis años fue edificado este templo, )y tú en tres días lo levantarás?@; como si dijeran: en cuarenta y seis años fue edificado este templo, que fue una ampliación del tabernáculo, de la tipología, )y tú en tres días lo levantarás? Ellos estaban todavía con la mente veterotesta­mentaria, en el templo tipológico. Mas Él hablaba del templo de Su Cuerpo.

 

El templo figura de Cristo

Fijémonos en cómo Jesús tomaba una cuestión tipológica y la trasladaba a Él. Lo mismo hizo con la pascua. Celebrando la pascua tomó el pan ácimo de la pascua, y dijo: Este es mi cuerpo que por vosotros es partido; es decir, que la tipología llegaba hasta Él, y a partir del Él pasaba al Nuevo Testamento. Lo mismo sucede en este pasaje con el templo; el Señor les habló del templo, limpió ese físico exterior y les dijo que la señal que Él les iba a dar a ellos era que destruyeran ese templo y que en tres días Él lo iba a levantar; entonces ellos pensaban que se refería al templo físico. )Cómo? En cuarenta y seis años fue edificado, pero ahora les dice el Señor que Él hablaba del templo de Su Cuerpo. Eso lo explica San Juan por el Espíritu Santo. Muchas de las palabras del Señor, las explica San Juan por el Espíritu Santo. Aquí vemos que es Jesús mismo quien establece que aquel templo era figura del Él. Pero ahora el Señor mismo dice que Él edificaría Su Iglesia y veíamos en la primera carta de Pedro, que el Señor es la primera piedra, pero que nosotros también somos piedras vivas; es decir, que nosotros también somos el templo de Dios. Tenemos que asegurarnos claramente que a nosotros se refiere esto. Leamos en 1 Corintios 6:19: A)O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?@


Eso significa que incluso nuestro cuerpo es templo; no sólo nuestro espíritu, sino también nuestro cuerpo. En 2 Corintios 6:16, también leemos: A)Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente@. No hay ningún acuerdo; por eso fue que Dios no quiso ese becerro que hizo el pueblo por medio de Aarón. No hay acuerdo. Notemos que en la primera a los Corintios habló individualmente, cada uno incluido su propio cuerpo, pero ahora en la segunda ya no habla sólo en lo individual, sino en lo corporativo, en lo colegiado, y dice vosotros; es decir, la Iglesia en la localidad de Corinto.

AVosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso@.



[1]Enseñanza a la iglesia en la localidad de Teusaquillo, Santafé de Bogotá D. C., Colombia, en octubre 11 de 1992. Transcripción: Marlene Alzamora.

[2] Lucas 13:34

PANORAMICA DEL TABERNACULO

Por cristianogiv - 12 de Octubre, 2006, 14:51, Categoría: General

Capítulo IV

 

PANORÁMICA DEL TABERNÁCULO [1]

 

Visión global en los títulos

Primeramente vamos a mirar en el libro de Éxodo algunos títulos que se han dado a algunos temas, desde el capítulo 25 hasta el final. Tanto en las enseñanzas como en la Palabra, por el Espíritu del Señor, se está enfatizando lo relativo a la casa de Dios. En los primeros 9 versículos de Éxodo 25, vimos lo relativo al deseo del Señor de tener un santuario para Él. Con la ayuda del Señor, antes de seguir, y teniendo ya en cuenta las bases veterotestamentarias de la tipología, quisiera que miremos un poco desde el capítulo 25 hasta el 40, aunque sólo sean los títulos, que si bien no hacen parte del texto sagrado, sí nos dicen de qué trata este libro del Éxodo. Vamos a ir mirando por lo menos con ayuda de estos títulos, el tema global, para luego, con la ayuda del Señor, entrar en más detalles. Hagamos así la panorámica.

Capítulo 25. La ofrenda para el tabernáculo. Dios quiere para Sí un tabernáculo. Luego fijémonos en que Dios empieza a describir desde lo más interior y más importante del tabernáculo, hacia el exterior. Comienza por el arca del testimonio, que es el principal de los mobiliarios del tabernáculo, y pertenece al Lugar Santísimo. Luego describe la mesa para el pan de la proposición y el candelero de oro, que estaban en el Lugar Santo.

Capítulo 26. El tabernáculo. Comienza la construcción del taber­náculo mismo. Aquellos primeros implementos estaban dentro del tabernáculo. Cuando Dios da las instrucciones, comienza desde lo interior, desde lo más importante, hacia lo exterior. También aparece el velo que divide el Lugar Santísimo con el Lugar Santo.


Capítulo 27. El altar de bronce. Luego sí viene lo que está ya en el atrio, y describe el atrio del tabernáculo. Cuando ya está descrito lo esencial del tabernáculo desde adentro hacia afuera, entonces empieza a describir lo relativo al servicio en el tabernáculo. Antes de que sigamos mirando los títulos, vamos a marcar aquí en el capítulo 28, y a mirar a vuelo de pájaro inicialmente en Pedro algunas expresiones que nos permiten ver la síntesis de lo que estamos mirando en este importante pasaje largo, lleno de instrucciones del Señor acerca de construirle a él un sacerdocio. Esos dos conceptos, la casa y el sacerdocio, son los dos conceptos claves.

A4Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, 5vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo@ (1 Pedro 2:4-5).

Aquí estos versos nos muestran que al acercarnos al Señor, vamos siendo edificados como dos cosas fundamentales: Como casa espiritual y como sacerdocio santo; y esto nos lo dice en el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento, nosotros ahora debemos estar siendo edificados, por una parte, como casa espiritual, y por otra parte como sacerdocio santo. Es una edificación que tiene esos dos aspectos, el de casa y el de sacerdo­cio. Ya la vez pasada en esta serie vimos las bases neotestamentarias de la tipología, y cómo también en el Antiguo Testamento existe una casa y un sacerdocio. La casa y el sacerdocio del Antiguo Testamento eran tipo y figura de la verdadera casa espiritual y el verdadero sacerdocio santo del Nuevo Testamento; de manera que cuando leemos el Antiguo Testamento, debemos leerlo entre líneas, no solamente como instrucciones tipológicas para el pasado, sino que detrás de esa tipología existe un sentido espiritual para la verdadera edificación de la casa espiritual y del sacerdocio santo del Nuevo Testamento.

Regresamos a Éxodo y vemos que desde los capítulos 25, 26 y 27, se nos dan instrucciones para la edificación de la casa espiritual. En aquella ocasión era el tabernáculo, con sus mobiliarios, utensilios, pero ahora es espiritual.

Capítulo 28. Las vestiduras de los sacerdotes. Desde el capítulo 28, se dan las instrucciones para el sacerdocio. Una vez que hay una casa, esa casa es para ejercer en ella para Dios el Padre un sacerdocio santo, real.

Capítulo 29. Consagración de Aarón y de sus hijos. Eso significa que ese sacerdote debe consagrarse; y es lo que el Señor está pidiendo para nosotros. Luego, como se habló de los sacerdotes, sus vestiduras y del ritual de la consagración, entonces el sacerdocio tiene unos sacrificios que ofrecer; es lo que en el Nuevo Testamento dice, y es lo que leímos en 1 Pedro 2:5: A...y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo@. Por eso, después de hablar de la casa y el sacerdocio, habla de esos sacrificios espirituales, y vemos que allí habla de la ofrenda por el pecado, la ofrenda quemada, el sacrificio en la ordenación, el altar de los holocaustos.


Capítulo 30. El altar del incienso. En este capítulo se habla también del dinero del rescate, la fuente de bronce, que era donde se lavaban los sacerdotes; el aceite de la unción, el incienso, que eran para prestar ese servicio sacerdotal.

Capítulo 31. Llamamiento de Bezaleel y de Aholiab. Fueron llamados para edificar todo lo necesario, tanto a la casa como a las vestiduras del sacerdocio. Entonces ahí sí viene un descanso, reposo: observancia del día de reposo. El lugar que Dios escogió para reposar Él, es Su casa. En el Salmo 132:14, dice Dios de Su casa: AEste es para siempre el lugar de mi reposo@. Cuando Dios hizo las cosas, al sexto día hizo al hombre; entonces en el séptimo fue cuando descansó. Así que Dios quiere descansar en el hombre, y el hombre también descansa en Dios. Una vez se ha visto el deseo de Dios de tener una casa para Él, de tener un sacerdocio para Él, y ese sacerdocio ofrezca sacrificios espirituales mediante Jesucristo, entonces Dios descansará, tendrá reposo y el hombre también tendrá reposo en Dios. Es una casa mutua donde Dios mora en el hombre y el hombre mora en Dios; donde nosotros los hombres también ponemos a Dios como nuestra habitación, como dice el Salmo 91, y a la vez nosotros somos la casa de Dios, la habitación de Dios, el lugar de reposo de Dios. Dios quiere reposar en nosotros. Él dijo: AEste es para siempre el lugar de mi reposo@. Entonces ahí habla de reposo.

Capítulo 32. El becerro de oro.   Fijémonos en que existe asimismo una rivalidad en el universo. El deseo de Dios es tener una casa, un sacerdocio, para Él morar en medio; pero el enemigo, que ha querido ocupar el lugar de Dios tratando de edificar algo contrario, algo diferente, aparece allí, incluso antes de la edificación de la misma, solamente cuando se habían dado las últimas instrucciones, cuando Dios había manifestado su deseo, pero ese deseo no había comenzado a ser satisfecho cuando el diablo se salió con la suya; entonces, obviamente, Dios es ofendido y quiere retirarse, pero viene el ruego de Moisés por un Israel pecador e insiste Moisés y le dice: Señor, si Tú no vas a estar con nosotros, mejor no nos saques de acá; entonces Moisés destruye el becerro y rompe las tablas de la ley, seguido de la mortandad por parte de los levitas, y la intercesión de Moisés.

Capítulo 33. La presencia de Dios prometida y la renovación del pacto. A pesar de todo, de que han pecado, voy a perdonarlos, dice el Señor, voy a renovar mi pacto con ustedes para que ustedes hagan esa casa y ese sacerdocio.

Capítulo 34. El pacto renovado. Vienen las nuevas tablas de piedra y renovación del pacto y advertencia contra la idolatría de Canaán; luego vienen las fiestas anuales, que representan distintos aspectos de Cristo, pues el Señor quiere que Su pueblo lo tenga siempre presente. Luego ya sí aparece Moisés y las tablas de la ley, que es el pacto.


Capítulo 35. Reglamento del día de reposo. Ahora sí comienza la obediencia. Hasta aquí lo que habíamos visto es la instrucción de Dios, el deseo de Dios; Yo quiero ésto; pero cuando Dios manifestó lo que quería, el diablo vino e hizo lo que Dios no quería; pero luego viene el Señor y otra vez levanta Su casa. Igualmente había pasado antes. Dios hizo al hombre primero en el Edén, pero luego vino el diablo y echó a perder lo que Dios quería; entonces viene la redención para recuperar otra vez el plan de Dios. Aparece aquí la ofrenda para el tabernáculo y la agrupación de los artífices. Primero era: AHabló Yahveh a Moisés@; esa es la instrucción. Ahora es: AY habló Moisés a toda la congreación@, poniendo en marcha el deseo de Dios. Una vez recuperado de su situación misera­ble, ahora sí limpia por la gracia de Dios, por ese pacto renovado que significa la tipología del nuevo pacto, la verdadera edificación, ahora sí, de la casa de Dios; porque en el Antiguo Testamento estaba la tipología, pero no se edificó para Dios la casa verdadera; es en el Nuevo Testamento, en el nuevo pacto, cuando sí se edifica la casa espiritual. Dadas las cosas de esa manera, ahora sí viene la obra del tabernáculo; el pueblo trae la ofrenda y con el llamamiento de Bezaleel y Aholiab hacen aquello para lo cual fueron llamados.


Capítulo 36. Moisés suspende la ofrenda del pueblo. Pero como sobraba material para la construcción, Moisés suspende la ofrenda del pueblo. Hasta aquí la ofrenda se refiere a los materiales. Ahora esos materiales tienen que ser edificados. No es suficiente, hermanos, tener los materiales. Todos los hijos de Dios, hermanos, al tener algo de Dios, son los materiales; pero no todos los hijos de Dios están edificados como una sola casa. Hay distintos montoncitos de cosas en muchas partes, pero todavía no edificados como una sola casa para Dios; entonces viene además de la consecución de los materiales, la edificación de la casa. Igual cosa ocurrió con David; el primer libro de Crónicas nos muestra a David luchando, conquistando el terreno, poniendo guarniciones y consiguiendo los materiales para la casa; pero es en el segundo libro de Crónicas cuando el hijo de David, Salomón, figura de Cristo, edifica la casa para Dios el Padre, la casa que Dios había dicho que el hijo de David le edificaría. O sea que una cosa es tener materiales y otra es edificar esos materiales como una sola casa para Dios. Hoy en día el pueblo del Señor ha pasado por una historia y ha conseguido materiales para que Dios tenga una casa; pero cuando miramos, nos preguntamos, )tiene Dios una casa? )No estamos todos divididos como montoncitos aquí y montones de tablas allá?  No estamos coordinados y edificados como una sola casa. Entonces hay una etapa posterior a la consecución de los materiales, y es la edificación de la casa. Por eso ahí aparece también la construcción del tabernácu­lo, de las cortinas y las cubiertas y la confección del velo. Ya habían sido comprados los materiales, pero no habían sido puestos en su lugar coordinadamente con todos los demás, como una sola casa, que es la etapa siguiente.

Capítulo 37. Mobiliario del tabernáculo. Fijémonos en que comienza en la construcción desde afuera para adentro. Cuando Dios da las instrucciones, las da desde lo más importante, desde el centro, empezando por el arca en el Lugar Santísimo; luego va pasando por el Lugar Santo, luego el atrio; pero cuando nosotros vamos construyendo, empezamos por lo más superficial, por lo de más afuera, y luego vamos profundizando más. Dios da la instrucción desde lo más profundo de su aplicación incluso a lo más exterior; pero cuando nosotros vamos obedeciendo lo que Dios mandó, vamos empezando por lo más sencillo, por lo más exterior, y luego vamos profundizando. Dios no necesita profundizar; Él sale de la profundidad a condescender con nosotros; pero nosotros comenzamos a edificar desde nuestro nivel, y vamos profundizan­do un poco más.

Capítulo 38. El atrio del tabernáculo. Incluye la construcción del atrio y el altar del holocausto; habla sobre la dirección de la obra, y el inventario de los metales usados en el atrio.

Capítulo 39. Hechura de las vestiduras de los sacerdotes. Aparecen los materiales, la hechura del efod, la hechura del pectoral, el manto del efod, el resto de las vestiduras; luego Moisés examina y bendice la obra terminada.

Capítulo 40. Moisés erige el tabernáculo. Permítanme leer por el momento los versos 2 y 3 del capítulo 40: A2En el primer día del mes primero harás levantar el tabernáculo, el tabernáculo de reunión; 3y pondrás en él el arca del testimonio, y la cubrirás con el velo@. Fijémosnos en que Dios establece una fecha; no es cualquier día; es decir, miren ustedes, no vayan a empezar el año con otras cosas; ustedes se ocupan de sus cosas, pero yo tengo una cosa que es lo principal. Ustedes van a comenzar el año así. Y fijémosnos en que es el negocio de Dios, no es nuestro negocio lo que debe ocupar el inicio del año, no; es el de Dios. Dentro del tabernáculo se coloca el arca, la mesa, el candelero, el resto del mobiliario. Cuando Él empieza a describir lo que Él quiere, lógicamente que tiene que comenzar por lo principal, por el arca; y cuando nosotros construimos, primeramente construimos el tabernáculo, para poder meter el arca dentro del tabernáculo. El capítulo termina justamente con este título: La nube sobre el tabernáculo. Ahí ya vemos a Dios descendien­do con Su gloria a llenar ese tabernáculo formado con todos esos materiales, y edificado por todo Su pueblo.

 


Una vista panorámica sobre el plano general

Habiendo visto toda esa panorámica, lo que nos conviene ahora es primeramente, antes de entrar a los detalles más pequeños, ver el tabernáculo, porque es en el tabernáculo dondes después se coloca el arca; porque habrá que dedicar después todo un estudio sólo al arca, otro sólo a la mesa, otro al candelero. Lo que estamos haciendo hoy es ver la panorámica del tabernáculo. Primero la parte en donde después se van a colocar los muebles necesarios. Para ello sugiero que primero hagamos una lectura en Éxodo 26, donde está titulado, el tabernáculo, todavía sin comentar nada; leyendo despacio y dejando que el Espíritu Santo nos vaya dando los primeros destellos de entendimiento. Vamos a ver apenas una panorámica del tabernáculo, sin entrar en los detalles. )Por qué vamos a ver primero la panorámica antes que los detalles? Porque si nos metemos con los detalles, a lo mejor no entendemos su ubicación si no tenemos presentes otras cosas. Cosas que se leen más adelante ayudan a entender mucho de lo que se lee primero; entonces primero hacemos a vuelo de pájaro una vista sobre el plano general, y luego así entramos departamento por departamento en ese plano. Vamos a leer despacio el capítulo 26 del libro de Éxodo, sin hacer ningún comentario todavía, pero cada uno esté atento y muy receptivo a lo que el Señor le vaya hablando a través de la lectura, porque esta lectura manifiesta la instrucción de Dios, cómo Él quiere que se le haga una casa. Después entraremos, Dios mediante, en los detalles.


A1Harás el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; y lo harás con querubines de obra primorosa. 2La longitud de una cortina de veintiocho codos, y la anchura de la misma cortina de cuatro codos; todas las cortinas tendrán una misma medida. 3Cinco cortinas estarán unidas una con la otra, y las otras cinco cortinas unidas una con la otra. 4Y harás lazadas de azul en la orilla de la última cortina de la primera unión; lo mismo harás en la orilla de la cortina de la segunda unión. 5Cincuenta lazadas harás en la primera cortina, y cincuenta lazadas harás en la orilla de la cortina que está en la segunda unión; las lazadas estarán contrapuestas la una a la otra. 6Harás también cincuenta corchetes de oro, con los cuales enlazarás las cortinas la una con la otra, y se formará un tabernáculo. 7Harás asimismo cortinas de pelo de cabra para una cubierta sobre el tabernáculo; once cortinas harás. 8La longitud de cada cortina será de treinta codos, y la anchura de cada cortina de cuatro codos; una misma medida tendrán las once cortinas. 9Y unirás cinco cortinas aparte y las otras seis cortinas aparte; y doblarás la sexta cortina en el frente del tabernáculo. 10Y harás cincuenta lazadas en la orilla de la cortina, al borde de la unión, y cincuenta lazadas en la orilla de la cortina de la segunda unión. 11Harás asimismo cincuenta corchetes de bronce, los cuales meterás por las lazadas; y enlazarás las uniones para que se haga una sola cubierta. 12Y la parte que sobra en las cortinas de la tienda, la mitad de la cortina que sobra, colgará a espaldas del tabernáculo. 13Y un codo de un lado, y otro codo del otro lado, que sobra a lo largo de las cortinas de la tienda, colgará sobre los lados del tabernáculo a un lado y al otro, para cubrirlo. 14Harás también a la tienda una cubierta de pieles de carneros teñidas de rojo, y una cubierta de pieles de tejones encima. 15Y harás para el tabernáculo tablas de madera de acacia, que estén derechas. 16La longitud de cada tabla será de diez codos, y de codo y medio la anchura. 17Dos espigas tendrá cada tabla, para unirlas una con otra; así harás todas las tablas del tabernáculo. 18Harás, pues, las tablas del tabernáculo; veinte tablas al lado del mediodía, al sur. 19Y harás cuarenta basas de plata debajo de las veinte tablas; dos basas debajo de una tabla para sus dos espigas, y dos basas debajo de otra tabla para sus dos espigas. 20Y al otro lado del tabernáculo, al lado del norte, veinte tablas; 21y sus cuarenta basas de plata; dos basas debajo de una tabla, y dos basas debajo de otra tabla. 22Y para el lado posterior del tabernáculo, al occidente, harás seis tablas. 23Harás además dos tablas para las esquinas del tabernáculo en los dos ángulos posteriores; 24los cuales se unirán desde abajo, y asimismo se juntarán por su alto con un gozne; así será con las otras dos; serán para las dos esquinas. 25De suerte que serán ocho tablas, con sus basas de plata, dieciséis basas; dos basas debajo de una tabla, y dos basas debajo de otra tabla. 26Harás también cinco barras de madera de acacia, para las tablas de un lado del tabernáculo, 27y cinco barras para las tablas del otro lado del tabernáculo, y cinco barras para las tablas del lado posterior del tabernáculo, al occidente. 28Y la barra de en medio pasará por en medio de las tablas, de un extremo al otro. 29Y cubrirás de oro las tablas, y harás sus anillos de oro para meter por ellos las barras; también cubrirás de oro las barras. 30Y alzarás el tabernáculo conforme al modelo que te fue mostrado en el monte. 31También harás un velo de azul, púrpura, carmesí y lino torcido; será hecho de obra primorosa, con querubines; 32y lo pondrás sobre cuatro columnas de madera de acacia cubiertas de oro; sus capiteles de oro, sobre basas de plata. 33Y pondrás el velo debajo de los corchetes, y meterás allí, del velo adentro, el arca del testimonio; y aquel velo os hará separación entre el lugar santo y el santísimo. 34Pondrás el propiciatorio sobre el arca del testimonio en el lugar santísimo. 35Y pondrás la mesa fuera del velo, y el candelero frente de la mesa al lado sur del tabernáculo; y pondrás la mesa al lado del norte. 36Harás para la puerta del tabernáculo una cortina de azul, púrpura, carmesí y lino torcido, obra de recamador. 37Y harás para la cortina cinco columnas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro, con sus capiteles de oro; y fundirás cinco basas de bronce para ellas@.


Fue una lectura rápida y muy constructiva, Después de leer esas instrucciones uno comprende por qué el Señor providenció que el apóstol Pablo fuera un constructor de carpas. Dios quiso que el oficio de Pablo en lo natural fuese hacer tiendas. )Para qué?  Para que él pudiera entender más fácilmente las instrucciones de la dirección del tabernáculo. Una persona que construye tiendas, ya sabe cómo se levantan. Pablo, al leer en este plano, por haber sido entrenado en la construcción de tiendas, podía entender más fácilmente que alguien que nunca ha levantado una carpa. A una persona que nunca ha levantado una carpa, le queda difícil entender. Fijémonos en lo que dice. Dios iba a usar a Pablo para la edificación del Cuerpo de Cristo; por ello lo preparó en lo natural para poder distinguir con más facilidad la construcción de un tabernáculo.

 

El tabernáculo y el misterio de Cristo

Antes de que entremos directamente en las principales secciones de este pasaje, fijémonos en forma global que el tabernáculo representa el misterio de Cristo, representa la casa de Dios.  En el capítulo 1 del evangelio de Juan hay algo que no se nota tanto en esta traducción castellana, pero sí en el idioma griego, y es que a propósito el Espíritu Santo, en el prólogo de este evangelio, en el versículo 14, utiliza el verbo tabernaculizar por habitar. Allí dice: AY aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros@. Si tú lees en el idioma griego, dice: ATabernacu­lizó entre nosotros@. El Verbo de Dios tabernaculizó entre nosotros. Aquí leemos habitó, porque nosotros en el idioma español no usamos esa palabra tabernaculizar, pero esa fue la palabra exacta que el Espíritu Santo le guió al apóstol Juan a utilizar, tabernaculizó. )Por qué el Espíritu Santo guió al apóstol Juan a usar ese verbo? Para hacer esa asociación ahora en el Nuevo Testamento del misterio de Cristo y la Iglesia, con el misterio del tabernáculo. Así como en el tabernáculo había la naturaleza del oro, la madera y otras cosas, así también en Cristo, la naturaleza divina, la humana, y luego también la Iglesia, llegan a ser tabernáculo extendido del Señor.

En la panorámica vemos varias secciones. Primeramente las cortinas, la cobertura, que se refieren a nuestra Cabeza y los distintos aspectos de Su obra por nosotros para cubrirnos. Luego aparece lo relativo a las tablas, sus basas y sus relaciones y medidas, lo cual se refiere a los creyentes miembros del Cuerpo de Cristo, que es la casa de Dios. Más adelante viene lo relativo a las barras referidas al ministerio de la casa de Dios y otras disposiciones que iremos viendo, Dios mediante, en próximas ocasiones.



[1]Enseñanza a la iglesia en la localidad de Teusaquillo, Bogotá, D.C., Colombia, en noviembre 22 de 1992. Transcripción: Marlene Alzamora, Lucía y Mercedes Lozano

PRIMERA INTRODUCCION A LA TIENDA

Por cristianogiv - 12 de Octubre, 2006, 14:50, Categoría: General

 

 

Capítulo V

 

PRIMERA INTRODUCCIÓN

A LA TIENDA[1]

 

 

 

La Iglesia, las cortinas del Señor

AHarás el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; y lo harás con querubines de obra primorosa@ (Éxodo 26:1).

La vez pasada vimos una introducción panorámica del tabernáculo, pero quedamos en poderlo ir viendo un poco más minuciosamente; entonces hoy vamos a ver lo relativo a las cortinas.  Los primeros versos de Éxodo 26 son los que nos hablan de las cortinas.  Aquí aparecen cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí.  Más adelante aparecen cubiertas de pieles de carneros teñidas de rojo y de pieles de tejones, pero las primeras o más interiores cortinas que aparecen son estas cortinas de obra primorosa detalladas aquí.


En primer lugar entendamos que las cortinas del tabernáculo represen­tan la morada, la habitación de Dios.  La Palabra del Señor nos dice que el arca de Dios mora entre cortinas[2].  Esta expresión, por ejemplo, la encontramos en 1 Crónicas 17:1.  Allí hay unas palabras del rey David, porque él moraba en casa de madera, y se preocupaba porque teniendo él casa de madera, en cambio el Señor moraba entre cortinas.  AAconteció que morando David en su casa, dijo David al profeta Natán: He aquí yo habito en casa de cedro, y el arca del pacto de Yahveh debajo de cortinas@.  David pensó: Bueno, yo tengo casa, pero )el Señor?  Fíjese en que las cortinas representan la morada del arca.  El arca del pacto habita debajo de cortinas.  Sabemos que el arca representa al Señor mismo, pero el arca habita entre cortinas; o sea que las cortinas representan la habitación del arca; representan por una parte al Señor Jesús como morada de Dios, siendo también Él Dios mismo; y por otra parte a la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo; como dice Efesios 3, el misterio de Cristo no consta solamente del Señor Jesús, sino también de la Iglesia, del cuerpo de Cristo.  El tabernáculo representa el misterio de Cristo completo: Cristo y la Iglesia como habitación o como morada de Dios.  Veamos unos versos que nos dan también esta confianza de interpretar de esa manera las cortinas.  En el Cantar de los Cantares vemos a la esposa del Cordero, que es la esposa del hijo de David, de Salomón, confesándose a sí misma como cortinas.  Dice ella de sí misma; es decir, ella se dio cuenta. )Quién era ella? )Cómo era ella?  Dice la amada, la esposa:

AMorena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable como las tiendas de Cedar, como las cortinas de Salomón@ (Cantares 1:5).

Esto quiere decir que ella se identifica a sí misma como tienda y como cortinas.  Vale la pena decir, y me gusta mucho que sea así, que aquí el Señor nos muestra la esposa en Su Palabra, que está simbolizada por una mujer de raza negra.  Interesante, porque generalmente la raza negra ha sido despreciada por los seres humanos, y el Señor escogió a la esposa de raza negra, para representar a la Iglesia.

A6No reparéis en que soy morena, porque el sol me miró.  Los hijos de mi madre se airaron contra mí; me pusieron a guardar las viñas; y mi viña, que era mía, no guardé@.

Eso era solamente una nota al margen.  Pero vale la pena mencionarla, porque es que muchas veces nos imaginamos a la esposa a lo mejor rubia y de ojos azules, y pensamos que la belleza es así.  Pero el Señor piensa diferente; aquí la esposa es morena; y Moisés, que también era el legislador, figura de Cristo, se casó con una mujer cusita, de raza negra también, y Myriam y Aarón lo criticaron; y Myriam quedó leprosa por haber criticado a Moisés, por haber tomado Moisés a una mujer de raza negra.  Miremos cómo el Señor simbolizó a la Iglesia con una mujer de raza negra.

 

Las cortinas extendidas

Vamos a Isaías 54, y vamos a relacionarlo con la epístola a los Gálatas; porque justamente San Pablo en la epístola a los Gálatas tomó el pasaje de Isaías.

A1Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho Yahveh.  2Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas@ (Isaías 54:1,2).


Fijémonos en cómo el Señor le habla a Su pueblo, como si Su pueblo fuera una tienda con estacas, con cuerdas, con cortinas; y le dice, alégrate y ensancha el sitio de tu tienda.  San Pablo utiliza este mismo pasaje en el capítulo 4 de Gálatas, donde interpreta esto como una alegoría, y vamos a ver esa alegoría porque nos enriquece.

A21Decidme, los que queréis estar bajo la ley: )no habéis oído la ley? 22Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre. 23Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. 24Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. 25Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud@ (Gálatas 4:21-25).

Agar representa el Antiguo Pacto, y es la desamparada; porque a través del Antiguo Pacto nadie hereda nada.  Por lo tanto, por confiar en la ley, por confiar en la propia fuerza de uno, en el propio esfuerzo de la carne para agradar a Dios, nadie va a obtener ninguna herencia; por lo tanto, la desamparada está representada por Agar, y Agar era la que tenía primero más hijos según la carne. Parece que la carne hace muchas cosas, pero que no hereda.  En cambio el remanente del Señor parece que son muy pocos, y parece que son menospreciados, pero el Señor les dice: Alégrate, regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz.  La que no podía dar a luz era Sara.  Entonces dice que el uno, el primer pacto proviene del Monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar, porque Agar es el monte Sinaí en Arabia; es decir, cuando se repartió la tierra, a Agar le correspondió ese terreno, y corresponde a la Jerusalén actual, pues está en esclavitud junto con sus hijos; mas la Jerusalén de arriba, se refiere al otro pacto, al Nuevo Pacto; se refiere a la esposa del Cordero, porque esa es la Jerusalén de arriba, la esposa del Cordero. En Apocalipsis aparece la esposa del Cordero, la Jerusalén celestial; y la esposa del Cordero en el Nuevo Testamento es la Iglesia.  Vemos que Pablo utiliza ese pasaje que leímos en Isaías 54, que habla del Señor dirigiéndose a Su pueblo como tiendas, como cortinas que deben extenderse, y fíjese en que se refiere a la Iglesia; porque dice:


A26Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre. 27Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido. 28Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. 29Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora. 30Mas )qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre@ (Gálatas 4:26-30).

Pablo aplica a Isaías 54, referido a Sara como figura del Nuevo Pacto, de la Iglesia.  No somos hijos de la esclava, no somos de la desamparada.  Somos hijos de la libre; es decir, de Sara.  Entonces fijémonos que por este pasaje Pablo aplica Isaías 54 a Sara, que había sido la estéril, la que no podía dar a luz, la que representa el Nuevo Pacto; porque las dos mujeres son los dos pactos, y Agar representa el antiguo, la desamparada.

Todos los que pretenden confiar en sí mismos, por guardar la ley, están desamparados; porque han caído de Cristo, porque no se protegen en Cristo, sino en sí mismos.  Al ser identificada la amparada, la libre, con el nuevo pacto, es identificada por Cristo, y Cristo también representa aspectos de esas cortinas.  Esas cortinas son de carnero teñidas de rojo.

 

Las cortinas representan a Cristo

Vamos a ver todos los detalles de las cortinas, las cuales representan a Cristo y también a nosotros; pero a nosotros como cuerpo de Cristo, por el misterio de Cristo.  Las cortinas representan a Cristo y a la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo, porque el tabernáculo representa la unión de Dios y el hombre; por eso se le llama el tabernáculo de reunión, donde el Señor mora con Su pueblo, se incorpora en Su pueblo, y Su pueblo mora en el Señor como su habitación.

AEl que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente@.  En las cortinas, vemos un doble aspecto.  El aspecto de Cristo y el aspecto de la Iglesia, por cuanto la Iglesia es el cuerpo de Cristo y vive por Cristo, y Cristo cubre a la Iglesia consigo mismo, y la Iglesia es también representante de Cristo.

El estar en el Antiguo Pacto es estar sometido a la dependencia de la obediencia propia para merecer la vida; en cambio el nuevo pacto es recibir la vida por gracia; y toda persona que depende de las obras de la ley para justificarse delante de Dios, es una persona que está en esclavitud y bajo maldición. Eso sucede con cualquier persona que confía en sí misma, en sus propias obras de la ley, para salvarse por sus propios méritos; no está cubierta; y por eso es que vamos a ver ahora las cubiertas y distintos aspectos de las cubiertas; cómo nos cubre Cristo.

 

La tienda de Dios


A1Harás el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; y lo harás con querubines de obra primorosa.  7Harás asimismo cortinas de pelo de cabra para una cubierta sobre el tabernáculo; once cortinas harás@ (Éxodo 26:1,7).

Las interiores son diez; las siguientes son once, porque tienen algo añadido, y son justamente de pelos de cabra. )Por qué diez cortinas? )Qué significa el número diez en la Biblia?  Con el número diez el Señor ha identificado a lo largo de la Palabra, las naciones en general.  La estatua tenía diez dedos, eran diez las vírgenes.  El número diez es el número de las naciones, y como la Iglesia sería tomada de las naciones, por eso está representada con las diez cortinas.  El número normal es el diez.

Notemos que hay algo que se llama el tabernáculo, algo que se llama la tienda y algo que se llama la cubierta.  Vamos a verlo en el libro del Éxodo.  En el capítulo 26 esta el mandamiento, y en el 36 está la construcción.  Vamos a ver paralelamente el mandamiento y la construc­ción.

ATodos los sabios de corazón de entre los que hacían la obra, hicieron el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; las hicieron con querubines de obra primorosa@ (Éxodo 36:8).

Vemos que se hizo conforme al mandamiento.  Volviendo al capítulo 26, vemos que el lino torcido representa la justicia de Dios; es decir, que las personas tomadas de entre las naciones, diez cortinas, están justificadas por Cristo, y que viven la justicia de Dios en Cristo.  Eso es lo que representa el lino torcido.  El azul representa lo celestial, la naturaleza divina en este caso.  El púrpura, que es una mezcla del azul con el carmesí, representa la realeza.  El carmesí representa la redención, la sangre de Cristo; o sea, la humanidad.

El azul es entretejido o entrecamado, porque se le llama recamador; es decir, que van entrelazadas esas telas de azul, de púrpura y de carmesí.  Nótese que aparece el púrpura entre el azul y el carmesí, y justamente el púrpura representa la realeza, el reinado. )Por qué representa la autoridad de Dios?  Justamente por hablar de la encarnación de Dios.  El azul entrecamado con el carmesí nos da el rey, nos da la realeza, y a nosotros también nos hace reyes; por eso también aparece el carmesí; tanto la realeza de Cristo como la de la Iglesia en Cristo.

 

Los querubines y los dos campamentos


AY lo harás con querubines de obra primorosa@.   Miren qué interesan­te que el Señor quería que en esas cortinas hechas con lino, azul, púrpura y carmesí, hubiera querubines. )Por qué hay querubines?  La palabra del Señor siempre nos habla de dos campamentos. )Recuerdan de una vez que Jacob llegó a un lugar que llamó Mahanaim?[3] Él era un campamento; pero de pronto Dios le abrió los ojos y le mostró que junto al campamento suyo, terrenal, el del pueblo de Dios, en esta dimensión humana, visible, había otro campamento de otra dimensión, que era la de los ángeles que lo estaban acompañando; y cuando él se dio cuenta que él no era el único campamento, sino que junto a ese campamento, detrás de él, había otro campamento, Jacob le llamó a ese lugar: ADos Campamentos@, que quiere decir Mahanaim.  En el Cantar de los cantares, de la esposa del Cordero también se dice de ella que es como dos campamentos.  Acuérdense que Jesús cuando empezó a llamar a los discípulos, les dijo una cosa: ADe aquí adelante veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre@ (Juan 1:51); es decir, que hay un constante intercambio entre la otra dimensión y esta dimensión.  Nosotros somos la casa de Dios y el Señor está con nosotros, y hay un trabajo de ángeles entre Dios y nosotros; hay una comunicación.

Permítanme contarles una experiencia que tuvo el hermano Orville Swindoll. Una vez el hermano Swindoll estaba compartiendo la Palabra en un lugar, y de pronto decía: (Aleluya, gloria a Dios! Y de pronto se calmaba.  De pronto volvía a decir: (Gloria a Dios, gloria al Señor!  Cuando terminó, a la salida lo estaba esperando una hermana ancianita para decirle que ahí donde estaba compartiendo, en la tarima, había un ángel grandote, y cada vez que le ponía la mano en la espalda, el hermano decía: Gloria a Dios, Aleluya. O sea que le transmitía del Señor mismo ese gozo.  Por Su Espíritu lo hace, pero Él utiliza los ángeles, como ministrado­res de los herederos de salud. La Palabra dice que los ángeles son ministradores de los herederos de salud.  Por eso es que el velo tiene que tener querubines allí, que representan este aspecto del trabajo de ellos como ministradores de los herederos de salud y guardianes de la reverencia.

Vamos a ver un versículo en la Palabra, aparte de ese, que nos ayuda a entender esto.  Vamos a mirar allí justamente este trabajo que está representado por esa obra primorosa de los querubines en el velo; y no sólo en el velo.  Siempre ustedes van a ver después más adelante, cuando se está construyendo la casa de Dios, que se les ponía en las paredes querubines, y también otras cosas, porque la tipología se hace más compleja después.  Aquí al principio era sólo querubines, pero después le ponían palmeras, granadas y otras cosas.


A20Él me dijo: )Sabes por qué he venido a ti?  Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá. 21Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe. 1Y yo mismo, en el año primero de Darío el medo, estuve para animarlo y fortalecerlo@ (Daniel 10:20-11:1).

Fíjese en ese trabajo; el ángel estaba con Darío el medo, y eso que Darío era un incrédulo, pero Dios lo usaba, y tenía su ángel, porque cada persona tiene sus ángeles; mínimo uno, porque el Señor dice: AMirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos@ (Mateo 18:10).  O sea, que hay otro campamento al lado de este campamento; por eso es que se llama Mahanaim: Por eso es que la esposa es como la reunión de dos campamentos.  Nosotros estamos viendo con nuestros ojos cosas aquí; pero aquí hay otro campamento.

En el Paraguay, en el tiempo en que murió (por que lo mataron) Somoza, el ex-dictador de Nicaragua, se armó un ambiente muy difícil, donde se prohibían las reuniones de más de tres personas, y los hermanos teníamos que reunirnos y ver lo que decía la Palabra.  Había que reunirse en las casas, como en secreto; y justamente en una ciudad llamada Caaguazú, nos reunimos donde vivía uno de los ancianos, Atilano, y la hermana Martha, su esposa, estaba un poquito asustada, pues la reunión era en su casa, como clandestina, y ella tenía como miedo de la reunión, que de pronto bajara la policía y descubriera que estábamos en reunión.  De manera que ella, debido al susto, salió a la puerta como para fisgonear y se encontró en la puerta un ángel grandote, parado en el portón.  El Señor le permitió que viera el ángel, como cuidando la reunión; es decir, que el Señor le abrió los ojos para que lo viera.  Lo mismo que sucedió con Eliseo; le rodeaban ejércitos sirios contra él, y su criado Giezi estaba todo nervioso; entonces Eliseo le dice al Señor: Señor, abre los ojos a mi siervo para que vea; porque un poco antes le había dicho: No temas, porque más son los que están con nosotros.  Pero Giezi y el ejército sirio no veían sino sólo a Eliseo.  Pero Eliseo percibía a los ángeles alrededor.  Entonces sí nos damos cuenta de que existe un trabajo angélico para comunicar aquello que el Señor hace.  Por eso la escalera: ángeles que suben y descienden, que llevan las oraciones, que traen las respuestas.


Las oraciones de Daniel fueron directas a Dios, pero dice la Palabra que aquel ángel traía la respuesta, pero un príncipe se le opuso, y no lo dejaba entregar la respuesta, hasta que vino Miguel a ayudarlo.  Esto nos dice que hay una superposición del mundo visible y del mundo invisible.  Dos campamentos; no sólo este que vemos sino otro.  Por eso es que en los velos del templo, en las cortinas, después en las paredes, en el futuro, cuando ya se hizo el templo, no el tabernáculo, había obras primorosas de querubines.  Eso es lo que representa, la interacción del trabajo angélico a favor de nosotros como ministros de salud, y guardianes de la reverencia debida.  Dice:  Aestuve para animarlo y fortalecerlo@.  Por eso cuando el ángel le ponía la mano, el hermano Swindoll decía, aleluya, gloria a Dios, y eso mismo pasa con nosotros cuando estamos así.

ALa longitud de una cortina de veintiocho codos, y la anchura de la misma cortina de cuatro codos; todas las cortinas tendrán una misma medida@ (Éxodo 26:2).

Fíjense en los números de las medidas.  El 28 y el 4; y entre el 28 y el 4 está el 7, porque 28 dividido entre 4 es 7.  Entonces el número 7 representa el número de completación de Dios, porque Dios hace Sus obras en 7, y el número 4 representa el número de la creación. )Por qué aquí representa el número de la creación?  Porque el número 3 representa a Dios.  El Padre, uno; el Hijo, dos; y el Espíritu Santo, tres.  Pero aparte de Dios, aunque en Dios, pero sin ser Dios, )qué existe?  La creación.  El número 4 es el número de la creación.  Por eso cuando se habla de la creación en general se habla de los cuatro ángulos de la tierra; se habla de los 4 rostros de los querubines.  Siempre el número 4 se relaciona con la creación.  Como la casa de Dios es una obra de Dios con la creación, por eso aparecen el número 4 y el número 7; es decir, el 4 por 7 igual a 28.  Entonces la longitud es de 28, y el ancho es de 4. )Por qué?  Porque es que nosotros somos el contenedor; pero el contenido es el Señor.



[1]Enseñanza a la iglesia en la localidad de Teusaquillo, Bogotá, D.C., Colombia, en noviembre 29 de 1992. Transcripción: Arcadio Sierra Díaz-

[2]Cfr. 2 Samuel 7:2

[3]Cfr. Génesis 32:2

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