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Noviembre del 2008RETORNO DE ISRAEL (1)
Por Gino Iafrancesco V. - 7 de Noviembre, 2008, 22:46, Categoría: General
Pendón, Silbido, Señal y Trompeta Mesías,
Espíritu, Redención, Evangelio. por: Gino Iafrancesco V. RETORNO DE ISRAEL Los
misterios de Dios están estrechamente relacionados entre sí, y cada uno de
ellos es un capítulo necesario a la totalidad. No debemos olvidar ninguno de
ellos, a la vez que no debemos considerar a ninguno de ellos aislado de los
demás, ni sobredimensionarlo en detrimento de la armonía del cuadro completo.
Claro está que no se puede tratar de todo al mismo tiempo, pero debemos prever
que al considerar uno de los capítulos, al mismo tiempo se tengan también en
cuenta los demás. La razón de este preámbulo es para que podamos considerar el
misterio de Israel dentro del amplio contexto de los misterios de Dios. Éstos
comienzan y terminan con Dios mismo: el misterio de Dios a consumarse, el
misterio de Dios: Cristo, el misterio de la voluntad divina, el misterio de la
economía divina, el misterio de la piedad, el misterio del evangelio, el
misterio de la fe, el misterio de Cristo: En
trabajos anteriores hemos dedicado tiempo a todos estos respectos,
especialmente en los libros: “ Así
que pasaré inmediatamente, para esta hora coyuntural presente, a considerar el
divino tema revelado de la elección de Israel, de su lugar en la estrategia
divina, de su endurecimiento parcial en relación a la primera venida del Mesías
en aras de la inclusión de los gentiles en el misterio de Cristo, y entonces,
principalmente, por causa de la coyuntura presente, pasaremos a considerar de
su restauración tras la trasgresión y defección, de su admisión tras la
exclusión, y de su reinserción tras el desgajamiento. Ante el contexto complejo
y completo del misterio de Israel en todas las Sagradas Escrituras del Antiguo
y Nuevo Testamentos, no podemos, basados en una interpretación in vacuo de la parábola mesiánica de los
labradores malvados, pretender cerrar definitivamente el caso con una teología
del reemplazo absoluto de Israel. Ciertamente el Mesías dijo: “Por
tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a
gente que produzca los frutos de él” (Mt.21:43); pero, por el contexto
íntegro de las Escrituras, y por la sujeción del Mesías a ellas, debemos
comprender también el status
transitorio de tal declaración, y su objetivo aleccionador para Israel: para
despertarlos a celos. Tal despertamiento es el objetivo de la declaración
mesiánica, y no su exclusión definitiva de las irrevocables promesas divinas.
Tales promesas es necesario considerar atentamente. Todas ellas eran las que el
apóstol Pablo tenía presentes al escribir acerca del misterio de Israel a los
gentiles en su carta a los romanos. Escribía
allí (Rom.11) Pablo: “Digo, pues…”, (ya que en el capítulo
10 había hablado de la contradicción parcial y temporal de Israel frente al
evangelio); “¿Ha desechado Dios a Su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo
soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín”.
(Es decir, las iglesias de Judea, Samaria y Galilea, y los convertidos
cristianos regenerados de entre los judíos por toda la tierra y la historia,
demuestran que el endurecimiento de Israel es apenas parcial y temporal). “No ha
desechado Dios a Su pueblo, al cual desde antes conoció”. (Y aquí
emplea Pablo la misma expresión que usa en relación a la presciencia divina, a
Su conocimiento anticipado, para la elección y predestinación de Vemos,
pues, que Pablo hasta aquí ya ha hablado inspiradamente, y sobre la base de los
profetas, de la admisión de Israel y su plena restauración. Por lo tanto, la
teoría del reemplazo absoluto de Israel, no es consecuente con el tenor general
de las Escrituras inspiradas. Continúa entonces Pablo hablando de la santidad
de la masa restante de donde se tomaron las primicias, y de la santidad de las
ramas, gracias a la raíz. No todas las ramas fueron desgajadas, pues debemos
recordar el remanente constante; por lo tanto, mediante la fe, y por eso
hablamos abiertamente delante de Israel, habrá una reinserción nacional,
conforme a las promesas y al pacto de Dios para con Israel. El misterio de
Israel tiene, pues, en su final, tres partes principales: (1) Por sus pecados,
el pueblo escogido, Israel, sería endurecido en parte, y entonces corregido y
esparcido; (2) Serían entonces provocados a celos cuando Dios tomase un pueblo
para sí de entre los gentiles; (3) Israel sería entonces plenamente restaurado
como nación, volviendo de la dispersión, admitido al recibir la vida que viene
del Mesías por Su Espíritu, y reinsertado en el reino de Dios. Todo esto debido
al llamamiento y don irrevocables de Dios, por causa de la promesa a los
patriarcas, y del celo de Dios por Su propio Nombre. En
cuanto al actual retorno de Israel, que es la coyuntura presente, y lo que a
esto sigue, debemos recordar varias profecías que atañen a la tercera parte del
misterio referido. Por Isaías dice Dios claramente: “En
aquel tiempo el renuevo de Yahveh será para hermosura y gloria, y el fruto de
la tierra para grandeza y honra, a los sobrevivientes de Israel. Y
acontecerá que el que quedare en Sion, y el que fuere dejado en Jerusalén, será
llamado santo; todos los que en Jerusalén estén registrados entre los
vivientes, cuando el Señor lave las inmundicias de las hijas de Sion, y limpie
la sangre de Jerusalén en medio de ella, con espíritu de juicio y con espíritu
de devastación…/… Acontecerá
en aquel tiempo que La
Raíz de Isaí, Jesucristo, el León de la tribu de Judá, Heredero de todas las
cosas, ya ha sido puesta por Dios como pendón a todos los gentiles, y por eso
Su Iglesia se encuentra en todas las naciones. Una vez castigado Israel por sus
pecados e incredulidad, el Mesías, cual pendón a las naciones, envía apóstoles
a Occidente, al Norte de África, al Asia Menor, a Siberia, a Grecia, y a las
costas lejanas, a publicar la gloria divina, y a portar la señal divina que indique
que es la hora para que se recoja a los dispersos de Israel de nuevo a su
tierra. Incluso los gobiernos de las naciones, amigos de Israel, han de colaborar
en este asunto, para que los israelitas regresen a Israel desde Irak, Egipto,
Eritrea, Etiopía, Asia Central, Kuwait, Siria, Líbano y ultramar, etc.. Los
entendidos del plan divino deben cooperar para que las legislaciones contemplen
el ayudar y apoyar al retorno de los israelitas a su tierra. Y no solo desde
los ámbitos gubernamentales, sino también desde la filantropía civil. Entonces
vuelven los dispersos de Israel a su tierra desde el Oriente, el Occidente, el
Norte y el Sur, desde Sefarad y los principados de Tarsis, y desde Ahora
bien, en pleno tiempo de cautiverio y dispersión babilónica, también por Jeremías
profetizó Yahveh: "…Yo mismo recogeré el remanente de mis
ovejas de todas las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas;
y crecerán y se multiplicarán. Y pondré sobre ellas pastores que las
apacienten; y no temerán más, ni serán menoscabadas, dice Yahveh. He aquí que vienen días, dice Yahveh, en que levantaré a
David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y
justicia en la tierra. En Sus días será salvo Judá, e Israel habitará
confiado; y éste será Su nombre con el cual le
llamarán: Yahveh, justicia nuestra. Por tanto, he aquí que vienen días,
dice Yahveh, en que no dirán más: Vive Yahveh que hizo subir a los hijos de
Israel de la tierra de Egipto, sino: Vive Yahveh que hizo subir y trajo la
descendencia de Israel de la tierra del norte, y de todas las tierras adonde Yo
los había echado; y habitarán en su tierra…/…Porque he aquí que vienen días, dice Yahveh, en que haré
volver a los cautivos de mi pueblo Israel y Judá, ha dicho Yahveh, y los traeré
a la tierra que di a sus padres, y la disfrutarán. Estas, pues, son las palabras que habló Yahveh acerca de
Israel y de Judá. Porque así ha dicho Yahveh: Hemos oído voz de temblor; de
espanto, y no de paz. Inquirid ahora, y mirad si el varón da a luz; porque he
visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como mujer que está de
parto, y se han vuelto pálidos todos los rostros. ¡Ah, cuán grande es aquel
día! Tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo
de angustia para Jacob; pero de ella será librado. En aquel día, dice Yahveh sabaot, Yo quebraré su yugo de
tu cuello, y romperé tus coyundas, y extranjeros no lo volverán más a poner en
servidumbre, sino que servirán a Yahveh su Dios
y a David su Rey, a quien yo les levantaré.
Tú, pues, siervo mío Jacob, no temas, dice Yahveh, ni te atemorices, Israel;
porque he aquí Yo soy el que te salvo de lejos a ti y a tu descendencia de
la tierra de cautividad; y Jacob volverá, descansará y vivirá tranquilo, y no
habrá quien le espante. Porque Yo estoy contigo para salvarte, dice Yahveh,
y destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te
destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera te dejaré sin
castigo. Porque así ha dicho Yahveh: incurable es tu quebrantamiento, y
dolorosa tu llaga. No hay quien juzgue tu causa para sanarte; no hay para ti
medicamentos eficaces. Todos tus enamorados te olvidaron; no te buscan; porque
como hiere un enemigo te herí, con azote de adversario cruel, a causa de la
magnitud de tu maldad y de la multitud de tus pecados. ¿Por qué gritas a causa
de tu quebrantamiento? Incurable es tu dolor, porque por la grandeza de tu
iniquidad y por tus muchos pecados te he hecho esto. Pero serán confundidos
todos los que te consumen; y todos tus adversarios, todos irán en cautiverio;
hollados serán los que te hoyaron, y a todos los que hicieron presa de ti daré
en presa. Mas Yo haré venir sanidad para ti, y sanaré tus heridas, dice
Yahveh; porque desechada te llamaron, diciendo; Esta es Sion, de la que nadie
se acuerda. Así ha dicho Yahveh: he aquí Yo hago volver los cautivos de las
tiendas de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia, y la ciudad será
edificada sobre su colina, y el templo
será asentado según su forma. Y saldrá de
ellos acción de gracias, y voz de nación que está en regocijo, y los
multiplicaré, y no serán disminuidos; los multiplicaré, y no serán
menoscabados. Y serán sus hijos como antes, y su congregación delante de Mí
será confirmada; y castigaré a todos sus opresores. De allí saldrá su príncipe, y de en medio de ella su
señoreador; y le haré llegar delante cerca, y él se acercará a Mi; porque
¿quién es aquel que se atreve a acercarse a Mi? Dice Yahveh. Y me seréis por pueblo, y Yo seré vuestro Dios. He aquí
que la tempestad de Yahveh sale con furor; la tempestad que se prepara, sobre
la cabeza de los impíos reposará. No se calmará el ardor de la ira de Yahveh,
hasta que haya hecho y cumplido los pensamientos de Su corazón; en el fin de los días entenderéis esto. En aquel tiempo, dice Yahveh, Yo seré por Dios a todas las
familias de Israel, y ellas me serán a Mí por pueblo. Así ha dicho Yahveh: el
pueblo que escapó de la espada halló gracia en el desierto, cuando Israel iba
en busca de reposo. Yahveh se manifestó a mi hace ya mucho tiempo, diciendo:
Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Aún te
edificaré, y serás edificada, oh virgen de Israel; todavía serás adornada
con tus panderos, y saldrás en alegres danzas. Aún plantarás viñas en los
montes de Samaria; plantarán los que plantan, y disfrutarán de ellas. Porque habrá día en que clamarán los guardas en el Monte de
Efraín: Levantaos y subamos a Sion, a Yahveh nuestro Dios. Porque así ha dicho Yahveh: regocijaos en Jacob con
alegría, y dad voces de júbilo a la
cabeza de naciones; haced oir, alabad, y decid: oh Yahveh,
salva a Tu pueblo, el remanente de
Israel. He aquí Yo los hago volver de
la tierra del norte, y los reuniré de los fines de la tierra, y entre ellos
ciegos y cojos, la mujer que está encinta y la que dio a luz juntamente; en
gran compañía volverán acá. Irán con lloro, mas con misericordia los
haré volver, y los haré andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual no tropezarán; porque soy a Israel por Padre, y Efraín es mi
primogénito. Oíd palabra de Yahveh, oh
naciones, y hacedlo saber en las costas que están lejos, y decid: El que esparció a Israel lo reunirá y lo guardará, como
el pastor a su rebaño. Porque Yahveh redimió a Jacob, lo redimió de mano
del más fuerte que él. Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, y
correrán al bien de Yahveh, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las
ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán
dolor. Entonces la virgen se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos
juntamente; y cambiaré su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su
dolor. Y el alma del sacerdote satisfaré con abundancia, y Mi pueblo será
saciado de Mi bien, dice Yahveh. Así ha dicho Yahveh: Voz fue oída en Ramá,
llanto y lloro amargo; Raquel que lamenta por sus hijos, y no quiso ser
consolada acerca de sus hijos, porque perecieron. Así ha dicho Yahveh: reprime
del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario hay para tu
trabajo, dice Yahveh, y volverán de la tierra del enemigo. Esperanza hay también para tu porvenir, dice
Yahveh, y los hijos volverán a su propia tierra. Escuchando, he oído a
Efraín que se lamentaba: - me azotaste, y fui castigado como novillo indómito; conviérteme,
y seré convertido, porque Tú eres Yahveh mi Dios. Porque después que me
aparté tuve arrepentimiento, y después que reconocí mi falta, herí mi muslo; me
avergoncé y me confundí, porque llevé la afrenta de mi juventud.- ¿No es
Efraín hijo precioso para Mí? ¿No es niño en quien me deleito? Pues desde que
hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso Mis entrañas se
conmovieron por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice Yahveh. Establécete señales, ponte majanos altos, nota atentamente
la calzada; vuélvete por el camino por donde fuiste, virgen de Israel, vuelve a
estas tus ciudades. ¿Hasta cuándo andarás
errante, oh hija contumaz? Porque Yahveh creará una cosa nueva sobre la tierra:
la mujer rodeará al varón. Así ha dicho Yahveh sabaot, Dios de Israel: Aún
dirán esta palabra en tierra de Judá y en sus ciudades, cuando Yo haga
volver sus cautivos: Yahveh te bendiga, oh morada de justicia, oh monte
santo. Y habitará allí Judá, y también en todas sus ciudades labradores, y los
que van con rebaño. Porque satisfaré el alma cansada, y saciaré a toda alma
entristecida. En esto me desperté, y vi, y mi sueño me fue agradable. He aquí
vienen días, dice Yahveh, en que sembraré la casa de Israel y la casa de Judá
de simiente de hombre y de simiente de animal. Y así como tuve cuidado de ellos
para arrancar y derribar, y trastornar y perder y afligir, tendré cuidado de
ellos para edificar y plantar, dice Yahveh. En aquellos días no dirán más:
los padres comieron las uvas agrias y los dientes de los hijos tienen la
dentera, sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo
hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera. He aquí que viene días, dice Yahveh, en los cuales haré nuevo
pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice
con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto;
porque ellos invalidaron Mi pacto, aunque Yo fui como un marido para ellos,
dice Yahveh. Pero éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de
aquellos días, dice Yahveh: Daré Mi ley en su mente, y la escribiré en su
corazón; y Yo seré a ellos por Dios, y ellos Me serán por pueblo. Y no enseñará
más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: conoce a Yahveh;
porque todos Me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande,
dice Yahveh; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su
pecado. Así ha dicho Yahveh, que da el sol
para luz del día, las leyes de la luna y de las estrellas para luz de la noche,
que parte el mar, y braman sus ondas; Yahveh sabaot es Su nombre: Si
faltaren estas leyes delante de Mi, dice Yahveh, también la descendencia de
Israel faltará para no ser nación delante de Mi eternamente. Así ha dicho
Yahveh: Si los cielos arriba se pueden medir, y explorarse abajo los
fundamentos de la tierra, también Yo desecharé toda la descendencia de Israel
por todo lo que hicieron, dice Yahveh. He aquí que vienen días, dice
Yahveh, en que la ciudad será edificada a Yahveh, desde la torre de Hananeel
hasta la puerta del Ángulo. Y saldrá más allá el cordel de la medida delante de
él sobre el collado de Gareb, y rodeará a Goa. Y todo el valle de los cuerpos
muertos y de la ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón, hasta
la esquina de la puerta de los caballos al oriente, será santo a Yahveh; no
será arrancada ni destruida más para siempre…He aquí que Yo los reuniré de
todas las tierras a las cuales los eché con Mi furor, y con Mi enojo e
indignación grande; y los haré volver a este lugar, y los haré habitar
seguramente; y Me serán por pueblo, y Yo seré a ellos por Dios. Y les daré un corazón, y un camino, para que Me teman
perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. Y haré
con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi
temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de Mí. Y me alegraré con
ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta tierra en verdad, de todo Mi
corazón y de toda Mi alma. Porque así ha dicho
Yahveh: Como traje sobre este pueblo todo este gran mal, así traeré sobre
ellos todo el bien que acerca de ellos hablo. Y poseerán heredad en esta tierra
de la cual vosotros decís: está desierta, sin hombres y sin animales, es
entregada en manos de los caldeos. Heredades comprarán por dinero, y harán
escritura y la sellarán y pondrán testigos, en tierra de Benjamín y en los
contornos de Jerusalén, y en las ciudades de Judá; y en las ciudades de las
montañas, y en las ciudades de [1] La
segunda noche de |